El culto a san José durante los siglos coloniales fue quizás tan importante como el del Sagrado Corazón durante el siglo XIX. La escultura, como en este caso, ha perdido calidad. El cuerpo hecho de tela encolada da una apariencia acartonada que quita posibilidades expresivas. La cara y las manos, que son de madera, están hechas correctamente, pero la forma de pintarlas aumentó el convencionalismo de la representación. Las cejas demasiado arqueadas, las mejillas demasiado rosadas, la barba demasiado pareja de forma y color. Demasiados que convierten a la escultura en una expresión adocenada.
Observaciones del bien mueble
Las manos y la cabeza son de madera y el resto del cuerpo de tela encolada.