Juan era discípulo de San Juan Bautista y fue de los primeros en seguir a Cristo, quien lo distinguió con algunas preferencias. Según la tradición, antes de ir a Patmos estuvo en Roma, donde el emperador lo hizo poner en un caldero con aceite hirviendo y del cual salió ileso. Luego le quiso hacer beber una copa de vino envenenado, pero cuando Juan la levantó para beber, el veneno salió en forma de serpiente, tal como puede verse en este cuadro. Como se le consideró el más joven de los apóstoles, se lo representa joven e imberbe, con un tipo físico fácil de reconocer. El angelito que lo acompaña sostiene entre sus manos el grabado con la representación de la crucifixión: se ven tres cruces, Dimas, Gestas y Jesús en una escena casi nocturna.
Observaciones del bien mueble
Al pie del grabado lleva una inscripción: S. JUAN/Padeció bajo el poder de Poncio Pilato fue/crucificado, muerto y sepultado/. Le atribuyo toda la serie a José de Alcíbar.