Imagen principal
Clave del bien mueble
MX-SC-DGSMPC-BM-000088-000036-000
Número de Cédula
36
Tipo de objeto (texto)
Pintura
Tipo de objeto
Nombre o título del objeto
San Juan Bautista
Autor
Anónimo
Época
S. XVIII
Siglo de creación
Descripción del bien mueble
El Bautismo combina dos elementos de importancia: el rito de la purificación y la revelación teofánica de Dios. Es por esto que el tema ha jugado un papel crucial en el arte cristiano y ha sido obviamente la decoración por excelencia para los bautisterios. El acto del bautismo de Cristo es registrado por los cuatro EvÁngelistas. siendo la relación de Mateo la más detallada. En síntesis. éste se realizó cuando Jesús. desde Galilea, se aproximó al Jordán, donde su primo Juan, bautizaba a un grupo de seguidores; al verle llegar éste, se negó a proporcionarle el rito de la purificación, diciendo: "Soy yo quien debe ser por ti bautizado, ¨y vienes tú a mi?" Pero Jesús le respondió: "Dejame hacer ahora, pues conviene que cumplamos toda justicia." Entonces Juan condescendió. (Mateo III,13-17; Lucas III 21-22; Juan I, 31-34 y Marcos I, 9-11). El hecho de que sea precisamente Juan quien bautiza al Redentor, lo confirma como el Precursor de la era mesiánica, de manera que el santo ha sido considerado como el último de los profetas y el primero de los mártires. ligando en esta forma el Antiguo y el Nuevo Testamento. Teológicamente, este rito de purificación sacramental al que Jesús se somete, se explica porque, al hacerlo así, redimió a todos los hombres. sin necesitarlo él mismo. Por esta razón, el atributo principal del Bautista, a más de la zalea de piel de camello, es precisamente la cruz de larga asta con una filacteria que ostenta la leyenda: Ecce Agnus Dei qui tollit peccata mundi (Juan I,29), que es la forma en la cual se dirigió Juan a Jesús cuando este último llegó al rio Jordán. De acuerdo con el carácter teofánico del Bautismo, el aspecto mesiánico del Redentor se confirma por la voz del Padre que revela:"Este es mi hijo muy amado en quien mis complacencias" (Mateo III, 16-17). La presencia del Espíritu Santo en forma de paloma se encuentra en el EvÁngelio de san Lucas. y basándose en esta versión, los artistas la adoptaron como emblema de la Tercera Persona. En los EvÁngelios se asienta igualmente cómo era el atuendo del profeta: "...de pelo de camello, llevaba un cinturón de cuero a la cintura y se alimentaba de langostas y miel silvestre...". En las diversas representaciones que se han hecho del santo aparece éste vistiendo, además de la zalea mencionada, una capa que lo cubre parcialmente, tal es el caso de esta obra, en donde, además. sostiene con su brazo izquierdo un libro con una oveja o cordero que simboliza el Agnus Dei (el cordero de Dios), es decir, la pureza y el sacrificio de Cristo. En esta pintura, San Juan aparece de pie en la parte izquierda de la composición, mientras que en la derecha, de abajo hacia arriba, aparece Cristo dentro del rio cuya agua le llega a las rodillas; está de frente y con las manos juntas sobre el pecho en señal de oración. Junto a Cristo se encuentra San Juan bautizando a Jesús con una concha y agua. Sobre ambos se aprecia al Espíritu Santo en forma de paloma y, sobre está, a Dios Padre de medio cuerpo y con los brazos abiertos. La pintura tiene tres marcos; el primero es el original, el segundo (de madera) y el tercero (de argamasa) son del siglo XX.
Observaciones del bien mueble
Pintura de carácter popular.
Materiales constitutivos
pintura, madera
Técnica de manufactura
Óleo sobre lienzo
Alto 1
0.42
Ancho 1
0.28
Profundidad 1
0