Juan arzobispo de Constantinopla durante el siglo IV recibió el nombre de Crisóstomo, que quiere decir Boca de Oro, después de su muerte. Durante doce años fue predicador del obispo Flaviano y lo hacía varias veces por semana y en ocasiones varias veces por día. La presencia de este doctor de la Iglesia en este púlpito seguramente está relacionada con esta actividad como predicador. Está ataviado con mitra corta y capa y lleva en la mano un libro cerrado. La cabeza del anciano arzobispo de pelo y barba blancos es de gran dignidad y fuerza expresiva.
Observaciones del bien mueble
Inscripción con rojo, a la izquierda, "S. JUAN CRISOSTOMO"