Se trata de la figura de un hombre sentado, ataviado con túnica talar con detalles dorados en cuello, puños y bordes del manto. La ausencia de barba en este personaje nos remite a un hombre joven, que en orden al discurso iconográfico del retablo al que pertenece, nos sugiere que se trata de san Juan evangelista, el más joven de los apóstoles. En la mano derecha lleva una pluma, que alude a su desempeño como redactor de uno de los evangelios. En el lado contario, presumiblemente llevaría el libro. La ubicación de la imagen en el retablo es otro indicador de su personalidad ya que el rostro de la escultura lleva la mirada dirigida a lo alto, justo por debajo de un lienzo de la Virgen apocalíptica, se la cual tuvo la visión.