Última pintura de una serie de cuatro que se resguarda en la sacristía y que muestra el cadáver de San Juan Nepomuceno, que, tras ser arrojado al río Moldava, brilla con un fulgor misterioso sobre el agua indicando el lugar donde se encuentra. Este santo es considerado el mártir de la confesión ya que según se cuenta, se negó a traicionar a su penitente, la reina Juana.
Observaciones del bien mueble
Se atribuye a José de Alzibar esta pintura porque una de las cuatro pinturas que componen la serie esta firmada por él.
Materiales constitutivos
tela, pigmentos al óleo, madera
Técnica de manufactura
Óleo sobre lienzo
Alto 1
2.22
Ancho 1
1.32
Profundidad 1
0
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