En el primer plano de la composición y enmedio de un paisaje boscoso, se destaca la figura de San Juan Nepomuceno, de pie y con vestiduras sacerdotales; alba blanca, sotana negra, y muceta de armiño sobre sus hombros. Su cabeza está cubierta con birrete y aureola de cinco estrellas. Con su mano derecha sostiene un crucifijo y con la izquierda la palma del martirio. A su derecha, y sentado en el suelo un ángel niño, cubierto con un lienzo rojo, sostiene un libro abierto con su mano izquierda, en que se puede leer la frase: "PERPETVO SILEMCIO", tiene el dedo índice de la mano derecha sobre la boca. En su parte media y a la izquierda de San Juan, se ve el momento, en que el santo mártir es echado al río Moldava En el tercio superior, y a la izquierda; dos querubines lo contemplan y otro más está sobre su cabeza.