Puede decirse que este jesuita representa a san Luis Gonzaga porque es un joven imberbe, tal como se lo trata generalmente. Pero como en los casos anteriores, no tiene atributos que lo identifiquen. Insisto con esto porque los carteles con los nombres de los santos parecen en algunos casos, caprichosos. Tienen sentido de acuerdo a la orden a la que pertenecen, pero no en cuanto a cuestiones iconográficas. Como las demás esculturas, está maltratada y necesita restauración. En términos de restauración parece que las pinturas siempre tienen más suerte que las esculturas. Como las demás, esta imagen del joven jesuita tiene las manos muy grandes y malhechas. La expresión del rostro es idealizada.