Escultura que representa a un hombre de pie, tez blanca, barba, bigote y cabello -largo y ondulado- castaño, mirada triste y hacia el frente. En la cabeza lleva una aureola de metal dorada y calada. Viste túnica blanca con pequeñas cruces estampadas; al igual que las vistas y cinto a la cintura son
dorados. También un manto color de rosa con vistas doradas. En la parte inferior, sale de la túnica la punta de uno de sus zapatos. Uno de los brazos lo lleva ligeramente hacia arriba, doblado y de lado. El otro flanquea su tronco y con la mano izquierda, ligeramente al frente, sostiene un libro abierto e inclinado, en el que entre otras cosas se puede leer, en letras doradas, lo siguiente:
"San Pedro le llamo como hijo. Acompañó a San Pablo en su misión y lo siguió hasta roma".
Estas frases, al igual que el león (gris) qu esta a las faldas de esta imagen, se refieren, se relacionan y corresponden a San Marcos Evangelista.
O. Engelbert, La flor de los Santos, 1985, 153-154.