Se trata de la figura de un hombre barbado, retratado de tres cuartos casi de perfil y con túnica que sostiene entre sus manos un libro. Al fondo, del lado derecho se mira apenas insinuada la cabeza de un ángel que corresponde al evangelista san Mateo en el tetramorfos que, iconográficamente, es un tema muy repetido. Está basado en el texto del Apocalipsis de san Juan. La visión de estos cuatro seres tiene sus antecedentes en el Antiguo Testamento, concretamente en las visiones de Ezequiel y de Daniel.
Las representaciones de estos seres no presentan ninguna novedad, tienen sus orígenes en el arte del Asia Occidental incluso muchos autores no vacilan en identificar a los cortejos de animales que aparecen en las grutas prehistóricas como un origen de los animales bíblicos.
El Tetramorfos responde al principio de "Cuaternidad" unido a la idea de un orden en el espacio; así, en el Tetramorfos cristiano vemos una perfecta correspondencia entre los símbolos de los Evangelistas.
A San Mateo se le atribuye el hombre, generalmente alado, porque su Evangelio comienza por la genealogía de Jesucristo.
