San Miguel es el príncipe de las milicias celestiales. Los arcángeles, en su carácter de luchadores contra el demonio, se caracterizan por sus atributos guerreros, pero el arcángel san Miguel es el guerrero por excelencia, siendo sus habituales atributos la lanza o la espada, como en este caso. La organización de la milicia celestial parece estar calcada del ejército romano. Sin embargo, la indumentaria guerrera inspirada en la antigua Roma es de introducción tardía, ya que aparece en Europa en el siglo XVI. La imagen se halla parada sobre el cuerpo de una serpiente, en clara alusión al demonio, a quien el arcángel está mirando. Su brazo derecho se levanta y con la mano parece indicar hacia arriba. Quizás ésta fuera la imagen original del retablo que ahora está dedicado a san Martín de Tours, en cuyo remate aparece la frase Quis Ut Deus.