Dentro de un nicho neoclásico está el patrono del retablo de San Miguel Arcángel. Viste como militar romano, lleva armadura con el sol y la luna pintados en el pecho, su túnica dorada se abre al frente para dejar libres las piernas, sostiene en la mano derecha una espada flamígera y en la otra, un cetro que también puede ser el fiel de una balanza.