La escultura remata la calle central del Retablo de la Virgen del Rosario. El arcángel está representado de pie, con el cuerpo ligeramente flexionado hacia el frente, siguiendo la curvatura de la bóveda del presbiterio. Ambos pies descansan sobre la representación del demonio, un personaje mitad animal y mitad ser humano con grandes orejas. Viste faldellín azul y coraza del mismo color pero con estrellas. manto rojo y calza botas. Curiosamente lleva en la cabeza un penacho de plumas de colores en lugar del tradicional casco del uniforme militar que lo distingue como Jefe de los Ejércitos de Dios. En la mano derecha lleva la espada, símbolo de su lucha con el demonio, y con la izquierda sostiene un escudo con la imagen de la Virgen de Guadalupe. Estos dos elementos. el penacho y el escudo guadalupano, nos hablan de la necesidad de identificación ante la península por parte de los criollos novohispanos y que quedó materializada en este retablo muy posiblemente encargado o realizado por un criollo del siglo XVIII.