Colocado provisionalmente en el banco del retablo de san José esta composición escultórica nos muestra a un san Miguel venciendo al mal representado por un demonio que tirado a los pies del arcángel intenta cubrirse con la mano del golpe mortal de la espada de san Miguel. La poca naturalidad en el color de la piel de las figuras nos hablan de un infortunado retoque.