En esta pintura dos sonrientes diablillos atormentan a San Nicolas de Tolentino que contempla un crucifijo mientras hace penitencia.
Posiblemente haga referencia a un mismo episodio de la vida del santo, plasmado en la pintura contigua, donde el santo es confortado por dos angeles y sea una forma plástica de presentar el auxilo divino en la tentación.