San Pablo

Descripción del bien mueble

Se trata de una pintura de formato vertical, que por su temática, dimensiones y resolución forma un grupo con otras localizadas en este mismo templo. En el centro de la composición se observa un hombre arrodillado, de espaldas al espectador con el torso descubierto y sin cabeza, apoyado en un cubo. A sus pies, se observa su propia cabeza y una espada en el primer plano en la parte inferior de la obra. Por el lateral izquierdo, se advierte un muro que divide la obra en dos partes a la vertical, por el lateral derecho se abre la vista a un paisaje con azules que permiten divisar una montaña a lo lejos. La obra mantiene la tensión en la espalada del personaje principal que ha sido identificado como San Pablo.
Su culto ha sido asociado al de San Pedro por ser ambos los de los apóstoles. El atributo personal de Pablo es la espada, que puede observarse en esta pintura ya que también fue el instrumento de su martirio. Este emblema apareció en el siglo XIII, mucho más tarde que las llaves de san Pedro. San Pablo muere decapitado y estamos ante esa escena. muchas veces se representa la cabeza de pablo en una bandeja, como la de san Juan Bautista, o con los ojos vendados. Se cuenta que al ser degollado, la cabeza de Pablo rebota tres veces en el suelo y de allí salen tres fuentes de agua que representan la fe.
"Iniciada la vida pública de Jesús, uno de los hechos más importantes en orden a la difusión del mensaje evangélico fue la Vocación de los Apóstoles a quienes Cristo llamó paulatinamente hasta alcanzar la cifra de doce en correspondencia con las doce tribus de Israel. Los primeros llamados fueron Pedro y Andrés, a los que Jesús vio pescando en los lagos de Genesaret. Ya aparecen todos los más significativos en serie o en grupos. Los más representados fueron san Pedro y san Pablo, que como piedras angulares de la Iglesia están en las jambas o en las portadas de las Iglesias, tal como vemos en Huaquechula, Acolman y Yiririapúndario, en figuras de tamaño natural y con sus atributos característicos. Las mejores representaciones de Pedro y Pablo solos, son las de Martin de Vos, en la Parroquia de Cuautitlán; son figuras monumentales de pose miguelangelesca, ambos son dos tipos viriles de gran fuerza en sus cabezas, que recuerdan la recia personalidad de los ejemplares de Durero. En cuanto a la figura aislada en sí hay que citar la imagen de San Pedro, vicario de Cristo en la tierra, que presidió la sede de Roma católica y que se capitaliza ahora como reacción frente a la Reforma.
VER: Santiago Sebastián, Mariano Monterrosa, José Antonio Terán; "Iconografía del arte del siglo XVI en México", México, Universidad Autónoma de Zacatecas, 1995