Es una escultura mediana de cuerpo entero, representa a San Rafael de frente, con la cabeza inclinada hacia su izquierda y con su mirada para arriba, sus brazos y antebrazos están flexionados al frente y las manos en posición de detener algo, en la mano derecha no tiene nada pero debió tener una lanza o un bordón y en la mano izquierda detiene con un listón de tela a un pez. Su vestimenta hermosamente tallada es una dalmática diaconal, bajo la cual hay un fondo en voladizo que deja descubiertas ambas rodillas. Calza unas largas botas decoradas con listones dorados. Sobre su espalda hay dos alas talladas en madera que se abren en forma diagonal. Su base es lisa, delgada y redonda. Es una escultura de excelente talla, con bastante profundidad y movimiento, muy barroca, bien proporcionada y de gran belleza. Al parecer es del mismo autor que realizó la escultura de San Diego de Alcalá de la misma iglesia.