Sobre una base se ubica una escultura de cuerpo completo que representa a un personaje masculino joven cuya espalda se apoya en el tronco de un árbol. La figura ha sido identificada como San Sebastián mártir, cuyos atributos se reconocen en la pieza. Lleva en el cuerpo seis flechas clavadas, dos en el pecho una a la altura del muslo de la pierna de la derecha y otra más debajo de la pierna izquierda. Levanta el brazo de la izquierda e inclina la cabeza en esa dirección, mientras mantiene la vista al frente. Lleva sobre la cabeza un halo dorado. Se ha utilizado policromía en las zonas afectadas por las estrellas simulando sangre. La imagen está desnuda y sólo cubierta por un cendal dorado plano y anudado hacia el lateral derecho. La pieza está muy intervenida o mal restaurada y en algunos lugares parece como si estuviera muy mal terminada, a simple vista podría ser confundida con un yeso, por el tipo de resolución de manos y rostro. El árbol lleva frutos esféricos, parecidos a manzanas y naranjas.
La imagen de San Sebastián fue representada desde el siglo XVI en Nueva España, esta figura permitió a los artistas explorar el desnudo masculino. San Sebastián estaba considerado como el tercer patrón de Roma. Las flechas que fueron instrumento de su martirio se convirtieron en su atributo. Fue un santo ligado a la lucha contra las pestes, por ello tuvo mucha presencia durante la Edad Media. Se lo ha representado como un joven desnudo o como un anciano vestido. El tipo de anciano prevaleció hasta el siglo XV. El renacimiento lo difunde como un tipo de Apolo desnudo. Está casi siempre atado a un poste o una columna.
Observaciones del bien mueble
Véase:
Réau, Louis; Iconografía del arte cristiano. Iconografía de los Santos, Barcelona, Ediciones Serbal, 1999, Tomo 2, Vol. 5.
