Escultura que representa a una mujer de edad avanzada, con el pelo largo y canoso, sostiene en su mano derecha una paloma. Viste de rosa con manto azul y rojo. Se trata de Santa Ana, Madre de la Virgen María, esposa de San Joaquín, se le representa como una mujer madura; muchas veces se le representa con un libro con el que le enseña a leer a la Virgen y una paloma en referencia a que cuando María es llevada al templo se decía que era alimentada por ángeles así como las palomas reciben su alimento. Forma parte de las composiciones de la genealogía de Cristo. En el Protoevangelio de Santiago y en el Evangelio de la Natividad de María (Evangelios Apócrifos) narran la historia del nacimiento de la virgen María, ya que no aparece en la Biblia. En Nazaret vivían Joaquín y Ana, una pareja de edad avanzada que no tenía hijos. Cuando en una fiesta Joaquín se presentó para ofrecer sacrificio en el Templo, fue rechazado bajo el pretexto de que hombres sin descendencia no eran dignos de ser admitidos. Joaquín y Ana oran al Señor y le piden que si los bendice con un hijo, lo dedicarán al Señor. Sus oraciones fueron escuchadas; un ángel visitó a Ana y le dijo: "Ana, el Señor ha mirado tus lágrimas; concebirás y darás a luz y el fruto de tu vientre será bendecido por todo el mundo". Ana dio a luz una hija a quien llamó María.
Observaciones del bien mueble
La escultura se encuentra en el retablo, calle lateral derecha.
