La Composición De La Escena Se Ajusta A La Tradición Hispánica, Es Decir, Santa Ana Sentada Y La Niña -como De Diez Años- De Pie Lee Los Textos Bíblicos En Pliego Que Le Presenta En El Regazo Su Madre. El Tratamiento, Sin Embargo, Es De Una Idealización Extravagante, Sobre Todo En El Contexto Indígena Oaxaqueño. La Niña Es De Una Tez Blanquísima Y Lleva Cabellos Muy Rubios, Casi Dorados (¿así Lucían Las Niñas Del Semidesértico Y Agreste Medio Oriente De Los Tiempos Bíblicos?). Sobre Las Cabezas De Ambos Personajes Destacan Tres Ángeles De Grandes Y Blancas Alas, También Rubios, En Medio De Un Conjunto De Nubecillas. Una Jardinera Cercana Cierra La Composición Al Presentar Un Grupo De Azucenas, Símbolo De Pureza De La Niña.
Observaciones del bien mueble
Firma en ángulo inferior izquierdo. y fechada en 1905, Puebla.