La figura monumental de la Santa Ana que se acentúa ante la pequeña dimensión de la Virgen-niña y el niño mismo. De excelente manufactura es una de las obras maestras de nuestro siglo XVI. La señora Santa Ana carga en su brazo izquierdo a la Virgen y en el derecho al niño, logrando un grupo escultórico de refinamiento y reposo, gracias a la forma cerrada y las expresiones de los rostros con una marcada influencia clásica. Los pliegues del vestido son pausados y recogidos y la policromía es de elementos dorados.
Observaciones del bien mueble
Posiblemente la mejor escultura que se conserva del S. XVI. Fue restaurada en 1992, se ignora cual fue su sitio original. Se trasladó de la iglesia del convento al museo, donde se le colocó en la capilla de la Pasión para ejemplificar la transición al barroco, ocupa la parte central de la nave en la que adquiere gran importancia visual; como fondo tiene el retablo pintado del S. XVII.