Posiblemente la mejor escultura que se conserva del S. XVI. Fue restaurada en 1992, se ignora cual fue su sitio original. Se trasladó de la iglesia del convento al museo, donde se le colocó en la capilla de la Pasión para ejemplificar la transición al barroco, ocupa la parte central de la nave en la que adquiere gran importancia visual; como fondo tiene el retablo pintado del S. XVII.