Posiblemente ésta, la imagen de la reformadora de la orden del Carmen, sea de las pocas, por no decir la única imagen femenina con cierta personalidad en esta iglesia. En general, las esculturas masculinas son importantes y de buena calidad. En cambio, las femeninas dejen bastante que desear. Teresa de Avila tiene una cabeza fuerte, definida, de mirada firme como el trazo de la boca y el movimiento de las manos. Quizás el imaginero se dejó impresionar por la historia de la santa, o quizás el observador contemporáneo, que la identifica claramente por el bonete doctoral apoyado sobre el libro, atributo que la caracteriza.