Escultura que representa a Cristo muerto, una vez que ha sido bajado de la cruz. En este caso solamente se aprecian su cara con los ojos cerrados, su barba y sus pies. Sus vestiduras de tela son de factura reciente, al igual que su gorro, elaborados en terciopelo guinda. Se encuentra colocado adentro de una caja, con una pared de vidrio, cuya forma recuerda la de un ataud, razón por la que ha esta devoción se le conoce como el Santo Entierro.