Con la mirada perdida en el horizonte y los brazos entre abiertos, el santo no tiene más atributos que su hábito por lo que se hace imposible su identificación. Sin embargo son muchos los elementos plásticos que lo relacionan con la escultura que se encuentra del otro lado, en la calle paralela. El estofado, el movimiento del hábito a la altura de las piernas, el tallado del pelo y la falta de agregados en la cara. También creo que se trate de una imagen del siglo XVI.