Esculturas populares, independientes la una de la otra, consistentes en la representación de dos niños de pie, parados sobre una base de madera y detenidos a sus espaldas por medio de un palo (que va de la base a la espalda). Los niños visten túnicas cortas en color naranja y llevan en una de las manos un cáliz, colocado en postura distinta; ambos llevan la cabeza inclinada hacia un lado. El cáliz lleva tal postura que da idea de que en ellos se está recogiendo la sangre derramada por Cristo en la cruz, haciendo de esta forma alusión a que a la hora de la Consagración, el vino se transforma en la sangre de Nuestro Señor Jesucristo, derramada en la cruz para el perdón de los pecados (Mt. 26, 27 - 28)
Observaciones del bien mueble
En varias zonas han perdido la capa pictórica y también presentan faltantes en algunos miembros, sobre todo dedos y la base de uno de los cálices.