Después de tres horas de penosísima agonía y de encomendar a su Padre Eterno su alma con las palabras: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu", inclina la cabeza y expira el Redentor. El sol eclipsa sus rayos de luz, el velo del templo se rasga de arriba hacia abajo, pártense las rocas saltando en pedazos y hay truenos y relámpagos.
Observaciones del bien mueble
Está firmada en la parte inferior derecha. Está montada sobre un espejo veneciano. (Cédula No. 126).
Materiales constitutivos
pintura
Técnica de manufactura
Óleo sobre masonite
Alto 1
0.41
Ancho 1
0.27
Profundidad 1
0
Responsable del levantamiento de información del bien mueble