La Virgen se presenta de pie, sobre una media luna negra, sostenida por un ángel, con las plumas de sus alas en tres colores: verde, blanco y rojo. Viste un manto azul y túnica rosa. Su piel es morena, sus manos están juntas, a la altura del pecho, en actitud orante. No tiene atrás el clásico resplandor que la identifica.