Representación de la Guadalupana en la forma tradicional. Obra de gran calidad y paleta muy tenue. Nombre que recibe la Virgen María después de su aparición, en el cerro del Tepeyac, al natural mexicano llamado Juan Diego, a través del cual solicita la construcción de su santuario, en el lugar mencionado, y quien, como prueba de su aparición, entrega un puñado de rosas y deja impresa su imagen en la burda tilma que él llevaba.
Observaciones del bien mueble
Pertenece al retablo neoclásico de la cédula # 59.