La Virgen enmarcada en una mandorla color oro y rodeada de resplandor en oro, está coronada con las manos al frente en oración, la cabeza inclinada hacia abajo en tres cuartos perfil hacia la izquierda. Lleva un manto estampado de estrellas y la luna bajo sus pies. Sostiene a la figura, un personaje angélico.
La obra presenta dos líneas horizontales, podría ser la unión del soporte argot. Este hecho podría hacer inestable a la pieza y por ello sufrir daños.
El ferviente espíritu de la Contrarreforma se hace evidente en las representaciones de la imagen de la Virgen de Guadalupe con las apariciones. Se ha comentado en varios escritos como la imagen de la Virgen de Guadalupe se fue consolidando desde las representaciones realizadas en el siglo XVII y cómo esta imagen tomó elementos iconográficos de la Asunción de la Virgen así como de la Inmaculada Concepción. Una de las referencias para ver el proceso de incorporación de las imágenes de las apariciones, es la pintura de José Juárez del Convento Concepcionista de Agreda Soria, en España. La configuración de Juan Diego con los rasgos y vestimenta indígenas, también debe tenerse en cuenta a la hora de referir a la pintura de José Juárez de donde probablemente sale el tipo del indio.
Observaciones del bien mueble
Véase:
Sigaut, Nelly; José Juárez. Recursos y discursos en el arte de pintar, México, México, CONACULTA - INBA, 2002.
