De pie, ojos de cristal, brazos articulados, pestañas y pelo natural. Virgen protectora de los cautivos por turcos y sarracenos en la edad media. La orden de la Merced narra la aparición de la Virgen a San Pedro Nolasco, San Raimundo de Peñaforte y al rey Jaime I, el Conquistador, la noche del 2 de agosto de 1218, gracias la cual quedó fundada y aprobada la orden de la Merced. A partir del siglo XVI, la Virgen de la merced deja la indumentaria clásica de las representaciones marianas (túnica y manto) y toma el hábito de la orden mercedaria. M. Trens, María, iconografía de la Virgen en el arte español, 1946, pp. 322-328: En este caso la Virgen viste el hábito café de los franciscanos, indumentaria de factura reciente.