La Dolorosa está al costado izquierdo de la imagen de Cristo colocada en el camarín. Sus brazos se articulan y está viendo hacia Cristo, con una de las manos apoyadas sobre el pecho mientras el otro brazo paralelo al cuerpo termina en una mano que se abre como aceptando. En la cara se ven los ojos grandes y abiertos, la nariz fina y la boca entreabierta, guardando cierto recato en el dolor pero consiguiendo también expresividad.