Escultura que representa a la Virgen María en su advocación de Dolorosa, se encuentra de pie con las manos entrelazadas al frente a la altura de su pecho. La cabeza está ligeramente inclinada hacia arriba, hacia donde dirige su mirada y tiene la boca entreabierta. Lleva un velo blanco, una túnica morada y un manto azul que también le cubre la cabeza. El rostro de la Virgen y sus manos juntas expresan angustia, y el color morado de su vestimenta significa penitencia; es el color de la Cuaresma y de todas las conmemoraciones de la Pasión de Jesús. Durante el siglo XVI se representa generalemente a Cristo yacente a los pies de María, España dio realce al tipo particular de la Virgen de los Siete Dolores o Virgen de la Soledad, María permanece sola tras la crucifixión, entregada a su dolor.