Pintura en la que, sobre un fondo rojo se presenta un medallón colocado sobre una peana de base de planta triangular y con un dosel con cortinaje verde, en la parte superior, mismo que sale de una corona y cuyas cortinas flanquean al medallón; éste es ovalado y está ornamentado con flores de diversas especies y colores. El medallón enmarca una pintura en la que se representa a la Virgen María con el niño, imagen que se venera como a la Virgen del Refugio, patrona de la Orden de los Trinitarios. La Virgen va sentada, es de tez blanca, cabello largo, rizado y color castaño claro; sobre su cabeza lleva corona real y de ella salen rayos que culminan en una serie de estrellas diminutas dispuestas concéntricamente formando una circunferencia alrededor de la cabeza de María. Sobre la túnica, en los hombros y rodeándole el cuello, presenta un velo color ostión. Viste un manto azul, en el que se aprecian varios monogramas en dorado, como el IHS (Jesús Hombre Salvador) y el IMR con una V sobre la M (Unmaculada Virgen María Reina). La Virgen mira hacia el frente, al igual que su Hijo, quien está parado sobre una nube, a la izquierda de su madre, quien lo detiene con ambas manos. El Niño Jesús es de tez blanca, lleva cendal blanco y una túnica transparente ornamentada con motivos florales en blanco. Sobre la cabeza lleva una corona real. En la parte inferior de la pintura, sobre un cinto blanco se lee la siguiente inscripción: "Refugium Peccatorum" (es decir, Refugio de los Pecadores), frase que se reza en la Letanía Laurentiana del Rosario.
M. TRENS, María Iconografía de la Virgen en el Arte Español, 1946, pp. 329.
El Rosario en Imágenes, 1992, pp. 87.
Observaciones del bien mueble
Se localiza en el retablo dedicado a la Virgen del Refugio. La tela, en la parte superior está desprendida del bastidor.
