En esta escultura se han perdido las proporciones del cuerpo humano y la correcta relación entre las distintas partes del mismo. Es por esto que los brazos resultan pegados a los hombros de una manera artificial así como las manos a los antebrazos. La figura resulta de una enorme rigidez; predomina la frontalidad y nada logra romper la sensación de madera pintada.