En una cueva donde hay un sepulcro se deposita el cuerpo de Jesús por parte de José de Arimatea y de Nicodemo, observando está un muchacho de túnica café, San Juan quien con su mano derecha detiene una antorcha, la Virgen María desconsolada y en el extremo inferior izquierdo la Magdalena de espaldas y arrodillada se cubre su rostro con las manos llorando. Como fondo se ve un pequeño monte con tres cruces, una vereda y un campo verde con grandes piedras y árboles.