Nombre del Inmueble
Concepción de la Virgen Santa María Señora Nuestra (Catedral)
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000620
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000620
Contenidos
1.-ANTECEDENTES.
El territorio que hoy ocupa la ciudad de Campeche estuvo poblado desde el primer horizonte conocido de Mesoamérica, de modo que, al arribo de los españoles a la zona, en 1517, tenía una importante tradición de origen maya.
El lugar era llamado por los pobladores precortesianos Ah Kin Pech, palabra que algunos autores hacen derivar de las voces Kan serpiente y Pech garrapata y la terminación toponímica e (lugar de serpientes y garrapatas, por haberse encontrado en la zona una piedra esculpida que representa a ambos animales). Según otra acepción, Campeche es alteración de la palabra maya Kin-pech que quiere decir garrapata brava o picadora (kin, caliente). Cualquiera que sea el significado de Ah Kin Pech, que para los españoles sonaba Campeche, éstos bautizaron así la tierra descubierta por la expedición capitaneada por Francisco Hernández de Córdoba, que había salido de Cuba con destino a las costas de Yucatán, en el año de 1517.
Después de pasar por el lugar al que denominaron Isla Mujeres, los conquistadores combatieron a los mayas en el actual Cabo Catoche y continuaron hasta llegar a un pueblo al que bautizaron como San Lázaro en honor del santo a quien la Iglesia Católica había dedicado el día del descubrimiento: 22 de marzo.
Sin embargo, no fue sino a raíz de una segunda expedición que salió de Cuba en 1º. de mayo de 1518, al mando de Juan de Grijalva y con hombres como Francisco de Montejo y Pedro de Alvarado que se inició propiamente la conquista de Campeche. En ella participaron, de manera destacada, el hijo y sobrino de Francisco de Montejo, ambos del mismo nombre y apellido. En 1540 Montejo, el mozo, desembarcó en Champotón y logró una alianza con los caciques de Ah Kin Pech y Acanul, hecho que propició la fundación de San Francisco de Campeche, el 4 de octubre de 1540.
A partir de entonces, Campeche se convirtió en un centro de difusión de la cultura española y de trabajo evangelizador. Este se inició en la región hacia 1535 cuando llegó a Champotón la primera misión de franciscanos, que tuvo que volver a España el mismo año de su llegada, pues sus integrantes estuvieron a punto de ser asesinados. La segunda misión desembarcó en Campeche en 1546; formaban parte de ella, entre otros, Luis de Villalpando (comisario) y Lorenzo de Bienvenida, quienes procedieron a hacer fundaciones importantes.
La villa de Campeche en pocos años comenzó a dar muestras de progreso y ello suscitó el interés de los corsarios que merodeaban por las aguas de la región, tales como Francis Drake, John Hawkins, William Park y Lorenzo Graff, el famoso Lorencillo. A fin de garantizar la seguridad de la población saqueada varias veces por los piratas, el 3 de enero de 1686 se inició la construcción de una muralla con 8 baluartes, la cual fue demolida en buena parte a fines del siglo pasado, con motivo del levantamiento de las vías del tranvía, habiéndose reconstruido parcialmente en 1955.
Durante el movimiento de Independencia, Campeche que había sido elevada al rango de ciudad el 1º. de octubre de 1777, permaneció al margen de la contienda, al igual que toda la región. Después de la Independencia, la Península de Yucatán bajo cuya jurisdicciónn se encontraba Campeche, se separó en varias ocasiones de la nación mexicana, para reintegrarse definitivamente a ella en 1847, en atención a la ayuda que había recibido el Estado por parte del Gobierno federal para sofocar la sangrienta guerra de castas.
Diez años después, la secular rivali dad entre Mérida y Campeche llegó a su punto más crítico, hasta que, mediante un movimiento encabezado por el Lic. Pablo García, en agosto de 1857 se desconoció a las autoridades de Mérida, acordándose en mayo del año siguiente la separación de Campeche. El 19 de febrero de 1862, después de largas gestiones, el Presidente Benito Juárez expidió un decreto por el cual se erigió en Estado de la Federación al distrito de Campeche.
2.-EMPLAZAMIENTO.
La Catedral de Campeche se encuentra ubicada en el costado este de la plaza principal de esta ciudad, con su eje principal en el sentido oriente-poniente y se encuentra en una plataforma que más alta que el pavimento de las calles que la rodean, lo cual la hace destacar su gran volumen del resto de las construcciones aledañas, situación que se ve aun más acentuada por el gran espacio abierto de la mencionada plaza, la que da al conjunto un toque de verde frescura con su vegetación tropical.
Al norte del conjunto, y a menos de 100 metros del mismo, el Golfo de México presta su azul al paisaje, y sus rumorosas olas acarician la costa que fuera testigo de las diversas incursiones filibusteras. Restos de la muralla tardíamente construida, así como el fortín que aloja actualmente al Museo Regional de Antropología e Historia, parecen proteger todavía a la plaza de posibles invasiones y del embate de las olas en la marea alta.
Hacia el costado sur cierra el espacio abierto de la plaza un rico conjunto de edificios de dos niveles, con un portal de gran amplitud en la parte baja y sobre éste una igualmente vasta galería, ambos soportados por pilares y arcos de medio punto fabricados en cantera. Al oeste de la plaza, añosas construcciones de un solo nivel, pero con la altura propia del cálido clima y suficiente carácter para integrarse al conjunto, cierran el espacio generoso al que la catedral da acento de señorío y prestancia singulares.
García Preciat nos dice que está situada en el llamado centro de la ciudad, en la manzana 10 del cuartel 1º., frente a la Plaza Independencia, teniendo de por medio la calle 55. Colinda al norte y oriente con propiedades particulares, al sur con la calle 10, al poniente con la plaza y calle citadas y ocupa una superficie de 4,137.01 metros cuadrados (1). Como corresponde a la zona central de la ciudad, predominan en las manzanas aledañas las construcciones antiguas, muchas de las cuales son verdaderos monumentos históricos, aunque por desgracia la picata disfrazada de progreso ha demolido algunos ejemplos de gran valía, tales como el antiguo palacio de gobierno que fue derruido en la década de los sesenta y que ocupaba el predio en que actualmente se encuentra una triste fuente de dudosa modernidad, al costado oeste de la plaza y sobre la avenida 16 de septiembre.
3.-HISTORIA.
El auto de fundación de la villa de San Francisco de Campeche comprendía la creación de un templo parroquial, el cual se procedió a levantar hacia 1540. Con escasos elementos, se inició la construcción de la pequeña iglesia, la cual quedó bajo la advocación de la Concepción de la Virgen Santa María Señora Nuestra. Ese nombre le fue impuesto por Francisco de Montejo hijo, por haber sido el día de la festividad de la Concepción, en 1526 cuando el Emperador Carlos V ratificó y firmó en Granada España, la capitulación por la cual confirió a su padre la concesión para conquistar y poblar la Provincia de Yucatán y Cozumel.
Construida la iglesia al noreste de la actual plaza principal, permaneció por muchos años como una humilde choza. Al crecer la villa de San Francisco, la iglesia resultó muy pequeña para atender las necesidades del culto y hacia 1650 se pensó en levantar otra mayor en el mismo sitio.
No se sabe a ciencia cierta cuándo se iniciaron las obras del nuevo templo; se tiene noticias en el sentido de que la construcción tuvo que interrumpirse por falta de dinero, hasta que doña Margarita Guerra destinó parte de sus riquezas a la conclusión de los trabajos, lo cual ocurrió probablemente en los primeros años del siglo XVIII.
Por 1705, año en que fue bendecida por el obispo Pedro Reyes Ríos de la Madrid, la iglesia alcanzaba hasta donde hoy está el bautisterio, y carecía de capilla y de las torres. En 1758, el presbítero Manuel José de Nájera le dio la extensión que actualmente tiene; se le hizo la torre del lado del mar (norte), se colocó un reloj público y un escudo español en el centro del frontispicio, el cual fue destruido después de la Independencia. Asimismo, proporcionó al templo el tramo que comprende el coro y los altares de Animas y La Purísima. Los trabajos se iniciaron el 4 de agosto de 1758 y quedaron terminados el 22 de octubre de 1760 y su costo fue de diez mil novecientos noventa y nueve pesos. La segunda torre se terminó de construir en 1850. En 1777, por iniciativa del presbítero Gregorio Jiménez, se colocaron las campanas. El obispo Caballero y Góngora bendijo la campana mayor.
El 25 de julio de 1835 el obispo de Yucatán José María Guerra, nativo de Campeche, consagró con gran solemnidad la parroquia. Diez años después el cura Gregorio Jiménez amplió el presbiterio, construyó el púlpito, el altar mayor con su ciprés que era pequeño y mandó poner pavimento de mármol. A él también se debe la construcción de la torre sur.
En 1860 el presbítero Perfecto Regil obsequió a la parroquia la reja de hierro del presbiterio, hecha en la fundición de Eduardo Mc Gregor.
Posteriormente el también presbítero Valerio Couto y Sosa hizo algunas mejoras en la iglesia, entre ellas el enladrillado del atrio con más de 28,000 ladrillos belgas y el enverjado del mismo, así como la renovación y composición de varios altares, el decorado interior y la construcción de estantes para el archivo. La verja costó dos mil quinientos cincuenta y un pesos y fue elaborada en el taller de Antonio Moreno; los trabajos se terminaron en octubre de 1896. En septiembre de 1886 una descarga eléctrica ocasionó varios desperfectos al edificio, especialmente en la torre norte, por lo que el presbítero Valerio Couto y Sosa ordenó se hicieran las reparaciones necesarias y la legislatura del Estado dispuso se colocara un pararrayos en los edificios más altos de la ciudad, incluida la torre norte de la catedral. Esto no impidió que el 12 de a gosto de 1932 otra descarga eléctrica destruyera la cruz y causara algunos desperfectos en el remate de la torre sur, a la que se le colocó otro pararrayos.
Por bula del Papa León XIII, de 24 de marzo de 1895, quedó formada la nueva diócesis de Campeche, y en cumplimiento de ella, el 28 de julio de ese mismo año, el obispo de Yucatán Crecencio Carrillo y Ancona hizo, desde el presbiterio del templo, la declaración de la erección del obispado, elevando al rango de catedral la antigua parroquia de la Concepción.
En 1916 se instaló en la torre sur de la catedral un moderno reloj de 4 carátulas luminosas, para lo cual se redujeron los arcos del segundo cuerpo del campanario, en el que quedó alojada la maquinaria.
Anexa a la catedral se halla la capilla de Jesús Nazareno, destinada originalmente a oficiar en ella los últimos servicios de difuntos, pues el espacio conocido como patio de la capilla sirvió de cementerio a los vecinos del centro de la ciudad, de raza blanca, hasta el 19 de marzo de 1821, fecha en que se inauguró el cementerio general.
Por otra parte, sobre la sacristía y portal de la actual catedral se construyó la casa del obispado a instancias del obispo Francisco Mendoza habiendo quedado concluidos los trabajos el 12 de abril de 1907.
Por resolución del juez del Distrito de Campeche, el 3 de agosto de 1926 se sellaron las puertas de la sacristía y del obispado, las cuales permanecieron clausuradas hasta el 4 de julio de año siguiente en que se entregaron esas dos dependencias de la catedral a la Oficina Federal de Hacienda de la ciudad. Posteriormente se instalaron en el local las oficinas y bodegas de la Primera Zona Regional de la Defensa Agrícola y después la jefatura del sector de la mencionada Defensa Agrícola. En 1929 la casa del obispado fue devuelta a la iglesia y entregados los libros, muebles y alhajas que ahí se encontraban.
Otro anexo de la catedral es la casa cural construida en 1900 frente a lo que fue el cementerio, por mediación del vicario Luciano Pérez. Durante algún tiempo ella sirvió de residencia episcopal y tenía como oratorio la capilla de Jesús Nazareno.
4.-DESCRIPCIÓN ARQUITECTÓNICA.
El edificio de la Catedral de Campeche, se desplanta sobre una plataforma elevada 1.30 Mts. sobre el nivel de la calle, para acceder al atrio cuenta con una amplia escalinata frontal y dos menores ubicadas en su costado sur. La orientación de su fachada principal da al poniente, fachada que ostenta una hermosa portada flanqueada por altas y esbeltas torres-campanarios (2). El atrio se delimita actualmente por una reja asentada sobre un muro bajo, con columnas en las esquinas y a los lados de las entradas, que no cuentan con puertas para cerrar el espacio atrial. El diseño de tal reja, así como el material con que se construyó, nos llevan a la conclusión de que no es esta la verja que obsequio el presbítero Regil en 1860, de la cual se ignora el paradero.
El exterior del conjunto catedralicio se conforma por el templo mismo, a cuyo costado norte se adosa, al paño de la fachada principal, el muro correspondiente a la fachada del edificio que contiene las oficinas del Obispado por donde se accede al jardín de la capilla anexa de Jesús Nazareno, cuya espadaña es visible desde el exterior. Al sur y en el fondo del templo se encuentra el edificio de dos pisos que alberga dependencias del obispado, y la sacristía. Exteriormente la fachada de este pequeño edificio es detestable por el estilo y proporciones de su segundo piso con relación al antiguo portal, (sobre el que fue construido hace pocas décadas) pareciendo más bien una construcción ajena a la catedral y no un anexo de ella (3). Al severo juicio del cronista solo añadiremos que el volumen del edificio alcanza casi la altura de la nave del templo y lo remata visualmente en forma adecuada.
La fachada principal está constituida por dos altas torres que flanquean la portada, la cual es de piedra labrada con detallado aparejo y que consta de dos cuerpos a los que enmarcan dos esbeltísimas pilastras con altos basamentos, las que son rematadas por un perillón, mismo que se repite en el eje del imafronte, el cual es mixtilineo con coronamiento semicircular.
El primer cuerpo de la portada tiene al centro la puerta mayor, de grandes proporciones, cerrada por arco de medio punto.
El paño del muro que enmarca al arco tiene labradas estrias o entrecalles horizontales que convergen al centro del arco para realzar las dovelas del mismo, creando un singular efecto con la diáfana luz del sol. Un recio portón de cedro claveteado cierra el vano de la puerta, y a los costados de ella pilastras pareadas con basamento menor que las anteriormente mencionadas, albergan entre cada par sendos nichos, con arco de medio punto y ornadas con moldura en forma de frontón quebrado, en los que se encuentran las esculturas de San Pedro y San Pablo.
Separan al segundo cuerpo del primero y del remate superior entablamentos con cornisa de gran volado, en este, se repiten las pilastras y nichos del inferior, alojando también dos imágenes de Santos. El eje lo ocupa la ventana del coro, con arco trilobulado y una bella escultura de pequeñas proporciones. A los lados de la ventana, dos óculos ovalados se abren a la altura del arco y debajo de estos hay medios perillones realzados en el muro. En el imafronte, sobre un óculo circular y al centro del remate, se destaca un escudo con las insignias pontificias, habiendo desaparecido las de la Corona de España al ser colocado el Reloj que allí existió (4).
Las torres, fabricadas con material similar al de la portada, se componen de tres cubos o cuerpos cerrado s, separados entre si por discretas molduras, de planta cuadrada y recubiertos con aplanado, tres troneras se abren en los de la torre sur y una menor en el último cubo de la torre norte. Sobre estos, dos cuerpos mas, de piedra labrada y el original remate o cupulilla de forma bulbosa con cruz en su cúspide. El primero de dichos cuerpos es de planta cuadrada, con dos vanos con arcos de medio punto en cada cara, en tanto que el segundo tiene planta octogonal, con un vano similar a los anteriores en los cuatro lados coincidentes con los del cuerpo anterior. Remates de gran tamaño ocupan el espacio que deja el ochavo en la planta cuadrada, aparentando reforzar como contrafuertes que reforzaran la segunda estructura. En ambos cuerpos aparecen pilastras a los lados de los vanos en que se alojan las campanas.
La cúpula, de extrema sencillez, es planta octogonal y en gajos, teniendo la pecularidad el que la refuerzan cuatro arbotantes o arcos botareles dobles que le dan singular carácter en la región. El cupulín que la corona es de planta octogonal y tiene tapadas sus cuatro ventanas.
La portada lateral, al sur, tiene una sencilla portada de cantera, y adosada a ella, una construcción reciente y baja, de pobrísima calidad, demeritan su vista. Tres ventanas se abren en lo alto del muro del crucero y sobre el pretil aparecen remates en forma de perillón.
En el interior se aprecia la planta que es en forma de cruz latina, con una sola nave, repartida en seis entrejes que se dividen por arcos torales de medio punto de cantera labrada, sostenidos por pilastras de capitel dórico y base ática, unidas entre si por cornisamento volado que corre por los muros del templo. El coro ocupa el primer entreje, y en el quinto se forma el crucero que soporta sobre pechinas el tambor octogonal y la cúpula. El resto de la nave, así como los brazos de la cruz, tienen como cubierta una bóveda de cañón corrido, que al igual que los muros tiene aplanado como recubrimiento. La iluminación del templo se logra con ventanas altas en los muros laterales y el tambor de la cúpula. Dos puertas laterales comunican con el atrio y patio de la capilla anexa.
En el presbiterio se encuentra el altar mayor, de reciente factura, en un estilo que imita pobremente al neoclásico, el que sustituyó al que García Preciat describió hace algunas décadas como en forma de ciprés, de madera pintado al óleo (SIC) en blanco con algunos dorados. Este ciprés de malas proporciones y raquítica composición no tiene ningún valor artístico (5). En el extremo puesto al coro, sobre el primer entreje, se encuentra el coro, construido con madera, y cercano a la puerta principal, del lado derecho, la escalera que sube a este.
Insertado en el muro derecho, de gran espesor como todos los del templo, se encuentra el pequeño bautisterio, a la altura del segundo entreje, y en los brazos de la cruz se alojan sendas capillas con altares similares en estilo al altar mayor.
La capilla anexa bajo el patrocinio de Jesús Nazareno, es de una sola nave, cubierta con una bóveda de cañón corrido; consta de un altar modesto y un pequeño coro en forma de balcón. En el ábside se abre una puerta que la comunica con la sacristía, adosada al muro absidal. Su portada de gran sencillez consta de una puerta enmarcada en cantería, con arco de medio punto y sobre este un frontón quebrado con un escudo labrado en el centro. Una bella espadaña, con tres arcos para alojar campanas, remata la fachada y entre esta y la puerta una deteriorada ventana con marco y balaustre de madera ilumina el coro. A ambos lados de la puerta, y en la parte baja, se abren nichos con arco de medio punto y recubrimiento de azulejo de talavera de Puebla.
5.-OBRAS DE ARTE.
Es indudable que la antigua parroquia de Campeche contuvo en su recinto tesoros artísticos muy superiores a lo que actualmente podemos encontrar en ella, esto lo ejemplifica la descripción que hizo García Preciat hace medio siglo, en la que relata que colgada del centro de la cúpula de la hoy Catedral, existió una lámpara de plata montada con adornos y engastes de oro, de gran tamaño y que cuando la guerra de indios en 1848, se enajenó entre otras joyas, por orden de la autoridad civil y para gastos de dicha guerra (6). Seguramente no fue esta la única causa y ocasión en que fueron vendidos, destruidos o robados, por interés o ignorancia, objetos de arte del templo.
De lo que hoy podemos contemplar, destacan por su calidad artística, las imágenes de la Inmaculada Concepción, Patrona del templo, así como las de San Pedro, Nuestra Señora de la Merced, la Virgen del Rosario, San José y la Virgen de los Dolores, las cuales son anteriores a 1861, pues cronistas de esa época ya las consignan como parte integrante del templo, no apareciendo en la relación la de Jesús Nazareno, al que se dedica la capilla anexa, así como otras imágenes, y pinturas que actualmente se veneran ahí.
Dignas de mención son también las cinco esculturas en piedra que ocupan los cuatro nichos de la portada y la ventana del coro. Su antigüedad y buena factura enriquecen la arquitectura del templo, al igual que el bello púlpito de mármol de forma octogonal, en cuyas aristas sendas columnillas delimitan los paños lisos en los que aparecen imágenes de Santos en bajorrelieve. El cuerpo del púlpito descansa en una columna con capitel de gran vuelo, labrado con motivos vegetales y un capelo igualmente octogonal de mármol lo remata. En el coro alto se encuentra un antiguo órgano de fuelle, seguramente del siglo XIX, cuyo estado de deterioro, debido al descuido y abandono, es similar al de tantos otros en el país, y que requieren un urgente programa de restauración ya que son parte importante de nuestro Patrimonio Cultural.
6.-NOTAS BIBLIOGRÁFICAS.
(1) Preciat García, José.- LA CATEDRAL DE CAMPECHE.- CATALOGO DE CONSTRUCCIONES RELIGIOSAS. P. 10
(2) Preciat García, José.- CATEDRAL DE CAMPECHE en ENCICLOPEDIA YUCATANENSE. P. 511.
(3) Preciat García, José.- OP. CIT. P. 514
(4) Preciat García, José.- OP. CIT. P. 513
(5) Preciat García, José.- OP. CIT. P. 512
(6) Preciat García, José.- OP. CIT. P. 512
7.-BIBLIOGRAFÍA
Preciat, García, José.- LA CATEDRAL DE CAMPECHE, en CATALOGO DE CONSTRUCCIONES RELIGIOSAS.- Secretaría de Hacienda y Crédito Público, México, S/Fecha.
Preciat García, José.- LA CATEDRAL DE CAMPECHE, en ENCICLOPEDIA YUCATANENSE. Gobierno del Estado de Yucatán, Mérida, Yuc.
Piña Chán, Román.- ALGUNAS NOTICIAS SOBRE LA CATEDRAL DE CAMPECHE en INFORMACIÓN, No. 2, Marzo - Enero 1982, U.N.A.S. CAMPECHE, CAMP. 1982.
Rubio Mañe, José Ignacio.- ARCHIVO DE LA HISTORIA DE YUCATÁN, CAMPECHE Y TABASCO. Imprenta Aldina, México, 1942.
Elaboró: Arq. Ramón M. Bonfil
1984
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