Nombre del Inmueble
Dolores del Puente
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000384
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000384
Contenidos
1.-CONTEXTO URBANO
El pequeño templo de Nuestra Señora de los Dolores, más conocido por los poblanos como Dolores del Puente, para distinguirlo de la otra capilla de Dolores cercana al templo de Belén, se encuentra en un sitio que ha sufrido muchas transformaciones en el transcurso del último siglo. El río San Francisco y el puente que le daba su sobrenombre a la capilla fueron los primeros en desaparecer. La corriente se entubó y sobre ella se dispuso una avenida, que andando el tiempo incrementó su sección hasta convertirse en verdadero eje vial.
La capilla se salvó de milagro, pues fueron muchas las afectaciones originadas por esa obra que, por otra parte, generó nudos viales y abrió nuevos espacios libres donde antes había viviendas.
En cierto modo, puede decirse que el templo sigue contiguo a una corriente, pero ahora de vehículos que pasan velozmente a su lado. Pronto, los peatones requerirán de nuevo un puente para salvar la barrera vial que separa al entorno de la capilla de Dolores del magno conjunto franciscano, ubicado del otro lado de la avenida.
Entre los espacios y edificaciones más significativos en las cercanías de este templo se encuentra la antigua plaza de San Francisco, situada hacia el suroeste. Se trata de un espacio que en el siglo XVII constituía un tianguis importante, alargado hacia el sur, al que indígenas y españoles concurrían a vender y comprar, respectivamente. Luego, durante el siglo XVIII fué ocupandose con varias edificaciones más especializadas como el Coliseo de Comedias (1759) y el Parián, (17961801), con lo que se crearon varias plazuelas intemedias. La de San Francisco conserva aún un edificio aportalado de dos niveles, una fuente de cantera y el antiguo Coliseo, que se techó a mediados del siglo pasado transformándose posteriormente en Teatro Principal.
Sin embargo, la vecindad inmediata es menos apropiada, no solamente por los espacios destinados a la circulación y estacionamiento de vehículos, sino por la edificación de cuatro niveles que se levanta junto: un edificio de departamentos que empequeñece el de por sí reducido tamaño de el templo.
2.-ANTECEDENTES E HISTORIA
Como muchas ermitas y santuarios de su tipo, la capilla de Nuestra Señora de los Dolores en el puente de San Francisco no fue promovida por autoridad religiosa alguna, sino por la iniciativa de un grupo de feligreses que fomentó la edificación de un templo relacionado con sus devociones.
Ese fue el caso de la señora doña Ana María Lares de la Vega quien vivía, a fines del siglo XVII, con su esposo, el alférez Gregorio de Urosa, en el sitio donde se encuentra la capilla en la actualidad. En su oratorio privado tenía una escultura de la Virgen de los Dolores. Cuando murió el capitán de Urosa, su viuda manifestó sus intenciones de colocar la imagen en un lugar público donde se le pudiera venerar. De esa manera, solicitó licencia al señor obispo don Manuel Fernández de Santa Cruz para dedicar a esta devoción una sala baja de su casa con puerta a la calle. El obispo Fernández aprobó la iniciativa en 1699, poco antes de morir, y doña Ana arregló el local para colocar y lo abrió al culto.
Pronto, los vecinos tomaron interés y decidieron fundar ahí una Santa Escuela de Cristo, asociación catequística que consiguió limosnas y propuso la construcción de una pequeña capilla. Entonces, la señora Lares de la Vega donó su casa íntegra para que ahí se edificara el templo. Para la reconstrucción, tuvieron que reforzar su cimentación ya que, por encontrarse a las orillas del río de San Francisco, tenía que resistir con frecuencia las crecidas de la corriente. Entre todos los hermanos de la Santa Escuela reunieron los recursos necesarios y costearon la obra. Finalmente, la capilla se dedicó en el año de 1704, colocándose en el altar mayor a la venerada imagen.
Posteriormente, ahí se fundó en el una cofradía con el fin de estimular el culto y cuidar de la capilla. Esta asociación se agregó, más tarde, a la de los Siervos de María, también conocidos como 'Servitas'.
El interior del recinto estuvo decorado con retablos barrocos. El principal -según Veytia- cubría los tres lados del presbiterio y llegaba hasta la bóveda, a pesar de que en 1780 aun no había sido dorado.1 En el centro de esa obra se colocó la representación escultórica de los Dolores de Nuestra Señora que la esposa del alférez tuviera en su oratorio. Otro retablo estaba dedicado a la Virgen de la Candelaria; era tallado y dorado, con pinturas que representaban a mujeres del antiguo testamento.
El templo se encontraba en el límite oriental del territorio que dependía del sagrario para los servicios parroquiales. Cuando el obispo Fabián y Fuero (1764-1772) convirtió la iglesia de San Marcos en parroquia, la capilla de los Dolores se encargó de administrar los sacramentos de la extremaunción y la penitencia, pero sin poder realizar en ella bautizos ni casamientos.
Hacia 1833, este inmueble fue renovado por el capellán Manuel Falcón. Los retablos fueron reemplazados por altares neoclásicos y pinturas.
Mucho después, ya en la segunda mitad del presente siglo, el templo fue redecorado, de manera que únicamente se conservan algunas pinturas que datan la primera renovación. Actualmente, el recinto sigue abierto al culto, y es muy solicitado para la realización de diversas ceremonias, principalmente matrimonios.
1 F. de E. y Veytia, Historia de la fundación..., t. II, p. 204.
3.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
El templo es de una sola nave que corre de sur a norte a lo largo de cinco tramos. Además, cuenta con espacios de sacristía y anexos del lado del Evangelio. En general, se aprecian muchas intervenciones recientes que han deformado tanto la arquitectura como los elementos decorativos.
Los primeros tres tramos de la nave están cubiertos por bóvedas de cañón con lunetos, mientras que el balcón del coro se apoya en una estructura relativamente reciente y más corta. Entre el tercer y cuarto tramos hay un arco triunfal, por lo que es probable que éste haya marcado en otra época el inicio del presbiterio. En el cuarto tramo actual, el espacio forma una especie de prisma octogonal, alargado en el mismo sentido de la nave, que asciende directamente hasta el arranque de la cúpula gallonada, provista de ocho lucarnas y linternilla.
El presbiterio actual ocupa un corto tramo de cañón corrido y luego otro espacio exagonal, que asciende y toma el anillo circular de otra cúpula más baja y de menor diámetro. Seguramente tuvo funciones de camarín separado de la nave.
Por el exterior, el templo muestra su caja reforzada de contrafuertes hacia la avenida. La portada de mamposteria y argamasa ocupa casi todo el imafronte, entre los dos cubos para torres, de los cuales, sólo el del lado izquierdo cuenta con campanario.
En el primer cuerpo, el vano muestra su jambaje y arco de medio punto, ambos muy sencillos, enmarcados por sendos pares de pilastras toscanas sobre plintos y entablamento con resaltos en los extremos. Sobre la cornisa de este último se eleva un banco liso, también con resaltos, del que surgen pináculos bulbosos con perillones en los extremos y dos pilastras de fuste semicilíndrico, que alguna vez fué tritóstilo pero que ha perdido casi por completo su relieve. Ambas muestran capiteles jónicos sobre los que pasa otro entablamento. El marco que se forma deja al centro otro marco, el de la ventana del coro, mientras que arriba ocurren varias cosas a la vez: hay otros pináculos en los extremos del entablamento, y al centro se forma un frontón quebrado de perfil mixtilíneo, que deja espacio para un nicho flanqueado por pilastrillas jónicas.
Una cornisa curva remata el conjunto, y encima de ella una tosca balaustrada repite el mismo trazo.
El campanario y la cúpula también son rústicos: el primero es de dos cuerpos, con pilastras en las esquinas ochavadas, abajo de fuste prismático y en el segundo salomónicas. En cuanto a la cúpula, alterna lucarnas altas y bajas, a pesar de que todas intersectan los gallones, forrados de ladrillo, con el mismo tipo de vano de medio punto. Esto se logródándoles más cuerpo a las primeras medianto pilastras, cornisa y tríos de pináculos. La linternilla, su cupulín y la cruz de remate también son de factura popular, y se ven alteradas, igual que muchos otros elementos de este templo.
4.-OBRAS DE ARTE
La decoración de esta capilla a partir del siglo XIX hasta fechas relativamente recientes le ha sustraído muchos elementos barrocos, sin agregar nada de valor a cambio. El traslado del ciprés donde se encuentra la patrona del templo hasta lo que fué el camarín fué hecho tan desacertadamente, que lo hace lucir mas pequeño que los altares laterales bajo la cúpula principal.
En los muros laterales cuelgan cuatro lienzos del primer tercio del siglo pasado, en los que se representan otros tantos episodios de la Pasión. A pesar de que no son tan antiguos, muestran repintes hechos deficientemente.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
Dolores del Puente