Nombre del Inmueble
El Carmen
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001368
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001368
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
Las primeras órdenes religiosas que llegaron a Querétaro después de la conquista fueron los Franciscanos, Agustinos y Dominicos y un siglo después llegaron los Carmelitas, que establecieron su convento en Querétaro en el año de 1614.
Los antecedentes de esta orden se remontan al año de 1562, con la reforma iniciada por Santa Teresa de Jesús, quien quería hacer de su orden una vuelta Al ideal primitivo: hacer de los conventos otras tantas cuevas de ermitaños, austeridad en el hábito y en la comida, silencio absoluto, y sobre todo, una vida de intensa espiritualidad y de unión con Dios (1).
Después de muchos trámites de Santa Teresa y de San Juan de la Cruz, logran el envío de una misión de frailes que desembarca en Veracruz el 2 de septiembre de 1585, los cuales habrían de fundar a los pocos meses la provincia de San Alberto de México, cuya adjudicación levantó prontamente muchos conventos y templos en la Nueva España. Se calcula que para 1747 había establecido ya, entre conventos, iglesias, colegios y casas, unas 40 construcciones.
Los carmelitas llegaron a Querétaro en 1602, para que en 1614 se fundara el convento en medio de una ceremonia muy sencilla, consistente en una misa celebrada en la casa particular del Sr. Francisco Medina, ciudadano devoto e impulsor por entonces de obras pías. La fundación del convento tuvo, sin embargo, una encarnizada oposición de los padres franciscanos, con sede en Celaya, quienes tenían primacía en los asuntos eclesiásticos de Querétaro, por haber sido los primeros en llegar a evangelizar; presentaron litigio el 2 de enero de 1615, ante las autoridades, valiéndose de todos los medios posibles para impedir el establecimiento de los carmelitas en la ciudad, sin embargo, el fallo fue favorable a los carmelitas.
2.-EMPLAZAMIENTO
El templo del Carmen se encuentra ubicado dentro del Centro Histórico de la ciudad. Esta zona ha sido remodelada, presentando una imagen muy agradable.
El monumento se asienta sobre un terreno sin pendientes, en la zona del valle de la ciudad, y rodeado de construcciones que guardan un contexto antiguo, lo que permite una buena integración del conjunto religioso con su entorno urbano inmediato.
El templo y convento ocupan actualmente la esquina del predio formada por las calles de Morelos y Juárez, en donde se abre una pequeña plaza llamada del Carmen, la cual además de servir como plaza de acceso al monumento, le permite ampliar sus perspectivas visuales y lo jerarquiza en el sitio que ocupa. Desde aquí se pueden apreciar las fachadas frontales del templo y convento.
Viniendo por la avenida Juárez, la cual presenta un marcado uso comercial, podemos observar en principio parte del edificio del convento, cuyo paramento da a la banqueta, con lo que propició que los locales de planta baja fueron ocupados y utilizados como comercios. Siguiendo por esta avenida llegamos a la calle Morelos, desde la cual se puede apreciar la fachada lateral del templo destacando las cúpulas y la torre. Desde esta calle el templo se jerarquiza por la escala de su altura en relación con las construcciones aledañas, las cuales son de uno y dos niveles. Aquí el uso del suelo es marcadamente habitacional, existiendo una escuela federal en la parte posterior del templo en parte de lo que fue la huerta. Desde aquí se aprecian las fachadas posteriores del convento y templo, las cuales se encuentran deteriorados habiéndoseles desprendido el aplanado que protegía los muros. Por último adentrándonos más al predio en esta dirección se localiza un estacionamiento, desde donde también se aprecia toda la magnitud del monumento desde su parte posterior.
3.-HISTORIA
El conjunto fue realizado en varias etapas de construcción. El hecho de no haber tenido una fábrica definitiva desde un principio se debe a que no contó con las generosas contribuciones que otros conventos y templos sí tuvieron.
El terreno sobre el cual cimentaron los carmelitas su construcción pertenecía antiguamente a una casa propiedad de doña Isabel González señora noble y virtuosa, a cuyo ejemplo se movieron los ánimos de otras varias personas piadosas a contribuir con limosna para su conclusión (2). Su edificación estuvo a cargo del arquitecto carmelita Fray Andrés de San Miguel, quien levantó en la misma época los conventos de San Angel y del Desierto de los Leones, en la capital y otro en Salvatierra. El arquitecto San Miguel asumió, además, toda la responsabilidad de la obra, desde el diseño de los planos hasta la dirección de la obra misma, la cual no pudo concluir por su muerte.
Su primer encargado del convento fue Fray Pedro de la Concepción, apodado el Santo Tomás de las Indias por sus conocimientos en materia de patrología grecolatina que abarca el estudio sobre los santos padres.
El inmueble fue objeto, en el transcurso de los años, de variadas modificaciones, que su apariencia y estructura actual no nos permiten saber a ciencia cierta como fue el proyecto original. Lo que se sabe es que con la conmemoración del centenario de la llegada de los carmelitas a la Nueva España, en 1685, se realizaron algunas modificaciones, las cuales incluían una reconstrucción al templo y una ampliación al convento, obras que corrieron a cargo del benefactor queretano don Juan Caballero y Osio: ya que por él se pudo reedificar el templo desde los cimientos, dotándosele de ornamentos, cálices, copones, custodios, lámparas y otras joyas para el adorno de la imagen del Santo Cristo de los Trabajos, que se venera ahí desde 1685.
En el siglo siguiente se hicieron nuevas modificaciones: en 1717 fue reconstruído el convento por doña Ma. Antonia Rodríguez, marquesa de Selvanevada, quien contribuyó con una quinta parte de sus bienes.
Otra ampliación del convento se construyó a iniciativa de los propios religiosos, con una nueva fábrica de cal y canto, para solucionar el problema del templo, el cual era chico y muy oscuro. Esta reedificación, con la cual el templo se benefició con nuevos nichos y vidrieras, se concluyó en 1759.
Posteriormente, con la aplicación de las Leyes de Reforma, se amortizaron los bienes del convento, con la consecuente desaparición de la comunidad, y para que, durante el sitio de Querétaro, fuera convertido por los imperialistas en cuartel y caballeriza. Los inevitables daños que sufrió el edificio fueron reparados en 1870 por Fray José de la Soledad Barrios, quien, después de algunas gestiones para abrir el templo al culto público, sufragó todos los gastos con los fondos de su propia herencia.
Posteriormente después del Sitio de Querétaro, el templo fue clausurado y abandonado el convento, pero en 1875 fue nuevamente abierto al culto. Su primer encargado durante este período fue Fray José de la Soledad, quien encomendó al artista queretano Vicente Juárez la reconstrucción del edificio. Dichas modificaciones definieron al conjunto tal y como lo conocemos ahora.
4.-OBRAS DE ARTE
Las obras de arte que se conservan en el templo son entre otras, las esculturas de la Magdalena y de San Juan ubicadas en los pedestales a uno y otro lado del camarín atribuidas al escultor queretano don Mariano Arce; una imagen del Cristo Crucificado, hecha de bagazo de caña, probablemente del siglo XVII, ubicada en el crucero. Encontramos también tres lienzos adosados a los muros de la capilla anexa, de autor desconocido, con imágenes de Santa Teresa y que datan del siglo XVIII.
En el convento encontramos igualmente un gran número de lienzos de los siglos XVIII y XIX, que se ubicaron originalmente en el templo, son de autores desconocidos en su mayoría y con variados temas. Igualmente notable es la imagen de la Virgen del Carmen que data de mediados del siglo XVIII, y que es un buen ejemplo de talla en madera estofada, que en la actualidad se encuentra en el camarín del presbiterio.
5.-NOTAS Y BIBLIOGRAFIA
(1) SEPTIEN y Septién, Manuel. Historia de Querétaro. Ediciones de Gobierno del Estado. Querétaro, 1966.p.138 y 139.
(2) EZEQUIEL DE LA ISLA, Arcediano. Templo de la ciudad de Querétaro.
Imprenta Cimatario, 1982. p.28.
(3) SEPTIEN y Septién, Manuel. Op. cit. p.139.
ANGULO Iñiguez, Diego. Historia del arte hispanoamericano. Salvat Editores. Barcelona, 1945.
DE LA LLATA, Manuel. Así es Querétaro. Editorial Nevado. Querétaro, 1981.
MARTINEZ, Ramón. Los carmelitas descalzos en México. Editorial Jus, México, 1963.
RAMIREZ Alvarez, José Guadalupe. Querétaro, visión de mi ciudad. Editorial Provincia. Querétaro, 1956.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
El Carmen