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Nombre del Inmueble
El Carmen Bajo
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000321
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000321
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
El actual templo del Carmen Bajo es una reconstrucción de su antecedentes, la primitiva ermita de Las Lágrimas de San Pedro, edificada con adobe y techo de paja en 1544. Según la Gaceta de México de 1629, la ermita existía ya en 1530 y sirvió de catedral al primer obispo Juan López de Zárate, y más tarde la dedicaron a San Pedro (1). De acuerdo con este testimonio y con el de algún otro autor, éste hubiera sido el primer templo de la ciudad. Sin embargo, es posible que se trate de una confusión con la ermita de Santa Catarina, primera catedral nominal y futuro templo de San Juan de Dios.
Según diversos informantes, la fundación de Las Lágrimas de San Pedro cambió de advocación a lo largo de los años. Sucesivamente fu dedicada a Nuestra Señora del Refugio, a Nuestra Señora de los Dolores, al Espíritu Santo y, finalmente, al Carmen, cuya virgen alcanzó especial devoción.
Desde sus comienzos el templo estuvo al servicio de la población nativa oaxaqueña: mestizos, mulatos y ladinos, según las fuentes. Al dársele la titularidad del Carmen, se le vino llamando El Carmen de Abajo o Carmen Bajo, con objeto de diferenciarlo de la institución carmelitana establecida en la antigua ermita de La Santa Veracruz, sobre el Cerro de San Felipe del Agua, cuyo templo se conocía como El Carmen de Arriba o Carmen Alto.
La distinción no se basaba sólo en su ubicación geográfica, sino en el hecho de que El Carmen Alto poseía abundantes riquezas, y que sus feligreses fueron miembros de la nobleza colonial de Antequera (2). Pese a ser considerado El Carmen Bajo la fundación pobre, se le conocieron ricas donaciones, ornamentos y enseres de plata, como los obsequiados por don Manuel Fernández Fiallo, y de los que hizo justa ostentación con motivo de la canonización de San Juan de Dios en 1720, pues pasaba más de trescientas arrobas la plata repartida en blandores, ramilletes, frontales, arañas, etc. (3).
La iglesia gozaba de ciertas prerrogativas concedidas especialmente por la Sede Apostólica, como la facultad única de celebrar tres misas el Día de Muertos. Fue notable también la procesión que salía del Carmen en la tarde del Miércoles Santo.
En 1801 la techumbre de madera de la iglesia fue destruida por un temblor y reedificada por los feligreses (4). Es posible que con este motivo se haya cambiado la techumbre a bóveda. Tasada por la Oficina Federal de Hacienda en 1856 en 3,833 pesos, con motivo de la nacionalización de bienes eclesiásticos, la iglesia no cerró al culto, salvo por los daños sufridos a raíz de los terremotos.
En 1862 resultó arrasada por un incendio. Diez años más tarde fue reconstruida por el presbítero don Francisco Figueroa, con la ayuda del vecindario. Esta versión, que aún hoy pervive, fue levantada con modestos recursos y un planteamiento sencillo. Algunos de sus elementos siguen un estilo relativamente moderno respecto al resto de los templos coloniales de la antigua Antequera.
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1. MARTINEZ GRACIDA, passim.
2. PORTILLO, Capítulo VI, passim.
3. GAY, p. 390.
4. GAY, p. 432.
2.-EMPLAZAMIENTO
La esquina que forman las calles de Morelos y Porfirio Díaz, donde está el templo de El Carmen de Abajo, es una de las áreas más céntricas de la ciudad de Oaxaca, lo que hace todavía más notable la existencia de este pequeño templo, de escala casi doméstica. Sus funciones siempre se asociaron a sectores populares de la sociedad oaxaqueña, sobre todo si se toma en cuenta que está rodeado de mansiones importantes, de hasta dos niveles. Muchas de ellas siguen siendo habitadas por antiguas familiar del lugar, si bien son cada vez más las que ahora alojan negocios, despachos, comercios e inclusive centros de cultura, como es el caso del Museo Tamayo, a media cuadra de distancia. Pero cualquiera que sea su función actual, la mayor parte conserva, afortunadamente, los rasgos esenciales de la arquitectura doméstica antequerense: los frescos patios interiores porticados; las sobrias fachadas donde cuenta el predominio de los paramentos sobre los vanos enrejados; el juego de sombras de los cornisamentos, y el color de los aplanados.
Dos de las contraesquinas del templo muestran todavía típicos balcones de esquina, característicos de las mansiones de dos niveles en el centro de Oaxaca. En ellos, los trabajos de hierro forjado son dignos de observación.
3.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
El terreno que ocupa El Carmen Bajo tiene menos de 900 m² de superficie. A duras penas encuentran acomodo el templo -su planta tiene forma de cruz latina-, dos capillas, algunos locales anexos y dos atrios.
El tramo de la nave entre el ingreso y el crucero tiene cinco entre-ejes, todos cubiertos por bóveda semicilíndrica de cañón corrido. A la bóveda le han puesto tragaluces. Cada entre-eje se delinea claramente con las pilastras, los arcos fajones y el cornisamento lateral corrido. El sotocoro tiene entrepiso plano, pero aún conserva el arco escarzano que alguna vez fue el borde de una bóveda. En el crucero se levantan, sobre cuatro arcos torales y otras tantas pechinas, el tambor octagonal y la cúpula gallonada de perfil aperaltado. Este conjunto está decorado por adentro con discretas pinturas al fresco en tonos siena, que representan escenas de la Pasión de Cristo y a los cuatro evangelistas. Los brazos restantes del crucero también son cañones corridos, todos con tragaluz cenital. Por el lado derecho de la nave se ingresa a una capilla anexa, y junto a la entrada lateral, del lado izquierdo, hay otra capilla más pequeña con entrada desde el atrio.
El aspecto exterior del conjunto ofrece una volumetría interesante. Una barda de curioso diseño popular, relativamente reciente, y una portada atrial con una estupenda reja de hierro forjado aíslan al atrio frontal del trajín de la calle.
La portada principal del templo es muy sencilla. El vano central está enmarcado por las clásicas jambas y un arco dovelado, flanqueado por dos pares de medias columnas corintias de fuste liso que soportan un entablamento con resaltos, cuyo friso está decorado con motivos vegetales. Luego de la vigorosa cornisa sigue un recuadro central con un excelente relieve en cantera rosada donde aparece la escena de La Piedad. Encima va un medallón con el Corazón de María y guirnaldas. A los lados, encima de las columnas, están las ventanas del coro, y más arriba, una cornisa con remate de canaladuras sigue el perfil de medio punto de la bóveda del templo.
Mención especial merecen la torre y la cúpula, que le dan gran prestancia a la perspectiva exterior del templo. La torre tiene un diseño popular, seguramente de fines del siglo XIX. Sobre la base cuadrangular se levanta un cuerpo octagonal, en dos niveles, donde cuatro de sus lados alojan sendos arcos de perfil ojival enmarcados por breves almohadillados. Los otros cuatro, aunque quedan ciegos, aparecen finamente moldurados, y presentan en el nivel inferior, cuatro roleos estilizados en forma de hojas de acanto, y en el nivel superior cuatro flameros en relieve. Un tambor octagonal y un cupulín rematan la ascención de la torre.
El juego exterior de botareles y contrafuertes en su base, así como las franjas escalonadas para subir a ella, dan a la cúpula una fisonomía piramidal característica de otros templos cercanos, como San Felipe Neri, La Compañía y La Soledad. Es el acento oaxaqueño de esta obra tardía en el paisaje urbano de Antequera.
4.-OBRAS DE ARTE
El templo conserva todos sus retablos del siglo XIX. El del altar mayor, de madera pintada con toques dorados, presenta la figura de la patrona del templo en un camarín, flanqueada por cuatro columnas de fuste liso y capitel compuesto, que a su vez dejan espacios donde van sendos ángeles portando luminarias. Sobre el entablamento se levanta una alegoría pintada al óleo que se compone de rayos, nubes y ángeles en torno al Espíritu Santo.
Los retablos de los brazos del crucero son más sencillos, y casi idénticos. En cada uno se levantan cuatro columnas de fuste liso y capitel compuesto que flanquean sendos marcos con las imágenes del Sagrado Corazón (al lado derecho) y de San José (al lado izquierdo). Sobre el entablamento va un frontón cuyo adorno es una gloria o resplandor dorado. En la capilla del Espíritu Santo el retablo es todavía más sencillo, y va en grises y dorados.
Vale la pena mencionar las pinturas de principios del siglo que se encuentran en el templo, firmadas por I. Dávila Tagle, de Puebla, posiblemente emparentado con el poblano Daniel Dávila, quien pintó en un estilo muy semejante la mayor parte de las capillas colaterales de la Catedral. Del lado izquierdo de la nave se representan temas como la prédica de Juan el Bautista, Abraham ofreciendo a Isaac en sacrificio, y La Creación; al lado derecho están la Ascención del Señor, la Ultima Cena (parcialmente oculta por un altar nuevo) y la Natividad. Dentro de la Capilla del Espíritu Santo hay una pintura de la Santísima Trinidad en el ábside, y en el muro de la izquierda, otra de la Asunción.
ELABORO: ARQ ALBERTO GONZALEZ POZO
FECHA: 1986.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
Nuestra Señora del Carmen Bajo