Nombre del Inmueble
El Señor de los Trabajos
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000362
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000362
Contenidos
1.-CONTEXTO URBANO
El antiguo templo de San Pablo de los Naturales, hoy conocido como El Señor de los Trabajos, se encuentra en una de las zonas de mayor concurrencia del Centro Histórico de Puebla. Hace todavía dos décadas la actividad del rumbo era mayor, ya que frente al templo se encontraba la estación de ferrocarril que llegaba hasta el centro de la ciudad. Hoy, las instalaciones ferroviarias han desaparecido para dar paso a una Alameda, si bien se han dejado algunas vías con máquinas y vagones en ellas en forma de museo permanente, mismo que se extiende hasta el edificio de la estación.
Un jardín público, en el que probablemente estuvo el atrio de la iglesia, forma un adecuado espacio de transición entre el eje vial de la calle 11 Norte y la entrada al templo. Es posible que antes haya sido la plaza del barrio, a juzgar por el edificio de dos niveles que se encuentra en la esquina de 11 Norte y 12 Poniente, que muestra un portal de diez arcos en planta baja. Entre este edificio y el templo hay otro de tres niveles con departamentos, construido en 1960. No armoniza bien con el conjunto, pero al menos es sencillo y su altura se ajusta a su contexto.
El jardín está diseñado geométricamente,a lo largo de un eje longitudinal con tres plazuelas: una frente al templo, desprovista de mobiliario urbano; otra central, con una fuente de cantera labrada, de planta mixtilínea; y una más, frente al portal, con un pequeño busto de Alvaro Obregón sobre un pedestal desproporcionado. Los espacios jardinados están relativamente bien cuidados y las frondas de los árboles dan ya suficiente sombra a este sitio público.
El resto de las construcciones que rodean al templo o que flanquean las calles en que se encuentra son relativamente sencillas, casi todas del siglo XIX.
2.-ANTECEDENTES E HISTORIA
Durante la época virreinal, el templo actualmente conocido como del Señor de los Trabajos llevó el nombre de San Pablo de los Naturales. No existen datos sobre su fundación, pero se sabe que en 1550 ya existía una ermita con ese nombre. Hacia 1588 se decía que la ermita había sido fabricada a iniciativa de la madre de Francisco Rodríguez, un vecino del lugar. Otra versión indica que la propuesta de construir un templo dedicado a San Pablo de los Naturales la hizo, desde 1557, nada menos que el virrey Luis de Velasco I, pero que se construyó hasta 15901 año, por cierto, en el que su hijo inició su propio período como gobernante de la Nueva España. Se le llamó de los naturales para distinguirla de la doctrina dominica de San Pablo (actualmente llamada de los frailes). El barrio con el nombre de ambos templos se había poblado con indígenas provenientes de Tlatelolco.
El título del Señor de los Trabajos posiblemente se remonte al tema de una pintura ejecutada por un artista desconocido sobre un muro de adobe alrededor de 1612. La imagen representaba a Jesús, cayendo bajo el peso de la Cruz, ayudado por el Cireneo y seguido por María, Magdalena y San Juan. Esta representación era muy semejante a otra pintada en piedra de amolar que se hallaba en la catedral poblana, al grado que Veytia considera que ambas fueron realizadas por el mismo autor 2 Pronto, la tradición popular comenzó a atribuir milagros a la imagen, de manera que el trozo de muro se techó para protegerlo y, posteriormente, se le hizo una pequeña capilla para su culto, misma que funcionaba como capilla abierta.3 Con el tiempo, la devoción aumentó, por lo que en 1784, el trozo de adobe con la pintura se colocó en el retablo de la nave izquierda. Por esa época, el templo quedó incoporado a la zona administrada por la parroquia de San Marcos. Seguía conociéndose como San Pablo de los Naturales o incluso, más familiarmente, como San Pablito.
El 11 de septiembre de 1856, el arquitecto José Manzo se encargó de trasladar la venerada pintura al altar mayor, lo cual fue una proeza técnica.4 Ya antes, desde 1840, el templo comienza a conocerse con el nombre del Señor de los Trabajos.
Las transformaciones que sufrió la ciudad en la segunda mitad del siglo XIX modificaron aún más su situación. El antiguo barrio de indios de San Pablo había quedado estrechamente ligado al resto de la traza, convertido en zona de industrias y múltiples artesanías. El atrio del templo se acondicionó como plaza y frente a esta última se ubicó la estación del ferrocarril que trajo consigo el porfiriato.
Sin indicar fecha precisa, pero refiriéndose probablemente al lapso de las primeras décadas de este siglo de las cuales fue cronista, Almendaro cuenta que unos misioneros españoles ocuparon por un tiempo el edificio, pero que después, al sobrevenir la Revolución, abandonaron el lugar. Problablemente fueron ellos quienes solicitaron permiso en 1907 para ampliar la iglesia. La sacristía con cubierta mixta de riel y bóveda catalana podría ser de esta época.5 Luego, a partir de 1922, la iglesia quedó sujeta a la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús,6 aunque es posible que haya quedado abandonada hasta 1934, año en el que la Secretaría de Hacienda hizo entrega nuevamente del templo a una junta de vecinos, que pronto inició trabajos de reparación de grietas en las bóvedas, concluyendo esta tarea en 1938. En el mismo año se hicieron trabajos de remozamiento en la fachada. 7
1 SEDUE, Exp. 114-0004-26. (No ta de Bienes Nacionales del 9 de agosto de 1927).
2 F. de E. y Veytia, Historia de la fundación..., t. II, p. 234.
3 Luis Gustavo Lavandos, El teocali..., en Bulevar, p.1.
4 Leicht, Las calles de Puebla, p. 419
5 SEDUE, Exp. 114-0004-26
6 Almendaro, Indice de las iglesias..., p. 63.
7 SEDUE, exp. cit.
3.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
El edificio actual ha sufrido alteraciones que no permiten apreciar su verdadera antigüedad. A primera vista, podría tratarse de una construcción del siglo XIX o aún posterior. Varios rasgos, sin embargo, dan cuenta de su evolución.
El templo combina dos tipologías en una sola: al mismo tiempo que adopta una disposición en cruz latina, forma una basílica de tres naves. Como la misma solución se encuentra en Santa Anita, en San José y en La Compañía, debe suponerse hubo una particular predilección por este tipo de plantas en los templos poblanos. El rasgo es notable, sobre todo porque desde el interior se aprecia que las naves laterales tuvieron sus propios vanos de acceso desde el exterior, igual que en Santa Anita. Si los tuvieron abiertos, debe haber sido antes de que finalizara el siglo XVIII, porque Veytia conoció a esta iglesia con una sola entrada.
La nave central corre de poniente a oriente a lo largo de seis tramos, mientras que las laterales sólo llegan hasta el cuarto tramo. En la primera crujía se encuentran el coro y el sotocoro, ambos cubiertos por bóvedas de arista. El mismo tipo de bóveda se repite en el segundo y tercer tramo de la nave central, que es más alta que las laterales; éstas, en cambio, están cubiertas por cañones con lunetos en dirección transversal. La nave lateral del lado de la Epístola tenía una entrada también lateral a la altura del segundo tramo, clausurada desde hace mucho tiempo. Luego, en el cuarto tramo, la nave central asciende hacia la cúpula, apoyada en un tambor octogonal con cuatro vanos hacia los puntos cardinales. Este, a su vez, descansa en los arcos torales y las pechinas decoradas a principios de siglo con figuras de los evangelistas. Por su parte, los brazos del transepto están cubiertos por bóvedas de arista al igual que la nave central que avanza dos tramo más. En el quinto se encuentra el presbiterio, mientras que el sexto corresponde a un camarín. El espacio interior resultante es más bien lóbrego, ya que carece de elementos labrados en piedra o yeserías que lo hagan más atractivo. Parte del problema radica en que el templo ha perdido los espacios circunvecinos que permitían iluminar las naves laterales.
Lo mismo ocurre con su aspecto exterior, que ha sufrido muchas alteraciones. La fachada principal es más bien severa: la portada de dos cuerpos y tres calles coincide con la nave central, mientras que a las naves laterales sólo se les abrieron ventanas rectangulares en el coro y el sotocoro (aunque por dentro, como ya se ha señalado, se aprecian todavía los medios puntos de posibles entradas).
El primer cuerpo de la portada muestra, en la calle central, el vano de ingreso con sus jambas y un sencillo arco de medio punto, mientras que en las calles laterales hay sendos pares de medias muestras de orden toscano que soportan un entablamento. El segundo cuerpo repite la misma disposición, pero con la ventana del coro en el centro y un entablamento más peraltado, sobre el que se eleva, entre róleos, un frontón quebrado de trazo curvo, del que emerge un remate con cruz. Todo el imafronte, incluyendo la portada, están revestidos actualmente por una capa uniforme de cal color gris que permite adivinar algunas partes de cantera, especialmente las pilastras y molduraciones de la portada.
El mismo acabado grisáceo se aprecia en el único campanario del lado derecho de la fachada. Es de dos cuerpos de planta cuadrada, el segundo algo más angosto que el primero. Ambos muestran vanos de me dio punto hacia las cuatro direcciones, flanqueados por pilastras semicilíndricas. En el primer cuerpo son de orden toscano, mientras que en el segundo llevan capiteles jónicos. Un cupulín sobre corto banco octogonal, provisto de linternilla, completa el diseño del campanario.
En cambio, la cúpula deja ver, todavía, el nivel de competencia de los albañiles que la construyeron, a base de gajos convexos revestidos con ladrillo a petatillo, en forma similar a la solución de San Pablo de los Frailes. La linternilla que la corona y el chapitel con remate de veleta son igualmente pintorescos.
Hay otros indicios de que el aspecto exterior de este templo pudo haber sido mucho más alegre que el que tiene en la actualidad: un anexo construido en la primera mitad de este siglo sobre el costado sur del templo tapó la fachada lateral y la portada correspondiente. Sin embargo, aún se asoman por encima de esa nueva construcción los tímpanos de perfil mixtilíneo y las molduras de la parte superior del paramento sur de la iglesia. Incluso hay una cruz notable, formada por pequeños volúmenes piramidales, especie de diamantes, de losa de Talavera.
4.-OBRAS DE ARTE
Muy pocos objetos artísticos o decorativos son dignos de mención. El retablo principal carece de atractivo y la imagen del Señor de los Trabajos se muestra en una simple vitrina a un lado del presbiterio.
Los altares laterales son todos neogóticos, de muy escasa calidad y ya muy deteriorados.
Más interesantes son, en todo caso, los vitrales que forman parte del cancel de entrada, o los que se encuentran en la puerta de la sacristía.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
El Señor de los Trabajos