Imagen principal
Nombre del Inmueble
La Consolación
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000320
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000320
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
La tradición popular ha encontrado un significado especial al nombre del barrio de la Consolación y de su templo. Según Martínez Gracida (1) la leyenda de la propia imagen de la Señora de la Consolación cuenta que ésta, con su presencia física, hizo elevar las aguas de un pozo donde una niña se ahogaba, para salvarla. Desde entonces, el rostro de la Virgen habría quedado volteado hacia el otro lado del que sostiene al Niño Jesús, para consolar a la afligida madre de la niña. De ahí le vendría el nombre de Señora de la Consolación.
El primer templo en el barrio de la Consolación ya tuvo como patrona a la Virgen, bajo esa advocación. Fue construido entre 1656 y 1661 (2). Posiblemente, con todo y ser una modesta edificación de muros de adobe, prestó un gran servicio a la comunidad. Inclusive, las carmelitas la utilizaron en 1699 antes de fundar su convento frente al de Santo Domingo.
No se sabe cuándo se levantó el edificio de cal y canto, pero ebió ser durante la primera mitad del siglo XVIII, ya que las destrucciones sufridas en 1785 y 1788 se refieren a un templo en toda forma. En la última ocasión, las noticias hablan incluso de que, tras varios terremotos, el 5, 7 y 9 de mayo de ese año, hubo fuertes lluvias, un huracán, y finalmente, un rayo que: ...rompió el cimborrio, quitó a una efigie de San Antonio el libro en la mano, dañó parte del retablo, dañó los manteles, quemó atriles y tiró unos ramilletes... (3)
Las obras que se llevaron a cabo en 1792, según García Manzano (4), implicaron una reconstrucción a fondo como resultado de los daños mencionados, pero volvieron a sufrir deterioros con motivo del terremoto de 1795.
La primera mitad del siglo XIX transcurrió sin mayores cambios. El episodio de las leyes de reforma y su aplicación no parece haber afectado mayormente el funcionamiento del templo. Su valor estimado en 1856 para efectos de desamortización fue de 18,000 pesos, pero como era una capilla de indios sin convento no fue adjudicada a otros cesatarios.
En cambio, los terremotos de 1870 y 1872 dejaron recuerdos terribles. El primero convirtió al barrio entero en escombros (5), mientras que el segundo derribó la cúpula, sepultando bajo las ruinas a una mujer (6).
Las obras de reconstrucción después de ese percance fueron más efectivas, ya que no hay noticias de nuevos deterioros.
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1. MARTINEZ GRACIDA, passim.
2. Ibidem.
3. VAZQUEZ, Genaro, p. 74.
4. GARCIA MANZANAO, p. 117.
5. VAZQUEZ, Genaro, p. 6.
6. MARTINEZ GRACIDA, passim.
2.-EMPLAZAMIENTO
El recinto del templo ocupa la esquina que forman las calles de Bustamante y Moctezuma, en la parte sur del centro histórico de Oaxaca. El carácter popular que siempre tuvo el barrio aún se conserva, a pesar de que la calle de Bustamante es una de las entradas más importantes a la ciudad, viniendo desde Puerto Escondido, Ocotlán y el aeropuerto internacional.
La mayor parte de las casas vecinas al templo son de un nivel, y algunas aún conservan los rasgos de la arquitectura vernácula oaxaqueña.
Otras viviendas son más recientes y sencilla. En algunas ya aparecen cejas y losas de concreto, así como cortinas metálicas con que se cierran las accesorias en planta baja. En cambio, el cine a media cuadra, hacia el norte, constituye un elemento que rompe con la armonía del contexto urbano.
El atrio frente al templo es un sencillo espacio rectangular de 18 por 6.50 metros, delimitado por un rodapié de escasa altura que propicia la convivencia de los vecinos quienes lo utilizaban como asiento ocasional.
El atrio interior que se forma entre el costado del templo y los anexos parroquiales es más amplio y sombreado. Se trata de un espacio pavimentado de 15 por 33 metros, flanqueado por arcadas de tabique al oriente, al sur y al poniente, con un frondoso laurel al centro.
3.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
El espacio interior del templo sigue la forma de una cruz latina cuyo eje longitudinal recorre cuatro tramos de oriente a poniente. En el primero están el coro y el sotocoro. Este tramo está cubierto por una bóveda de cañón escarzano con lunetos decorados a base de pétalos en bajorrelieve. El borde del entrepiso es un arco de masivas proporciones que reposa sobre impostas bajas de capitel toscano.
Arriba, en el coro, el primer tramo de la bóveda de la nave es un cañón semicilíndrico que avanza un poco más adelante, hasta un arco fajón también soportado por impostas. La diferencia de posición entre los arcos del coro y el sotocoro crea un efecto plástico interesante. Luego, la nave prosigue con cañón corrido hasta el crucero, sin más adorno que una banda decorada que aloja iluminación indirecta. En este mismo tramo, a la izquierda, hay una puerta lateral de acceso desde el atrio interior.
En el tercer tramo se encuentra el crucero. Cuatro pares de pilastras esquinadas soportan a otros tantos arcos torales. Entre éstos y las pechinas con las figuras de los evangelistas se da apoyo al tambor octagonal, sin ventanas, y a la bóveda gallonada que se eleva al centro.
Tanto los brazos del transepto como el testero en el cuarto tramo están cubiertos por bóvedas de cañón corrido. En general, el aspecto de todas estas superficies planas, pintadas de azul claro, es de gran austeridad.
El aspecto exterior no ofrece detalles de ornamentación comparables a los de otros templos antequerenses más famosos. En cambio, vale más por el vigor plástico y la originalidad de la solución tectónica.
A primera vista, la fachada principal -portada central y dos campanarios- no parece aportar novedad alguna respecto de muchas otras disposiciones similares en templos coloniales. Sin embargo, los masivos contrafuertes laterales, con huecos para ermitas en el desplante, constituyen una solución estructural y funcional de gran originalidad. Así, la portada central y las dos portaditas laterales de las ermitas hacen que la fisonomía de este templo de una sola nave parezca de tres naves con sendos accesos desde el exterior.
Además, el perfil de taludes escalonados que asciende hacia las torres le da un carácter vagamente piramidal, y de paso lo emparenta con los perfiles similares en muchos templos rurales de Yucatán.
La portada principal se organiza a partir del vano de la entrada, cerrado por las hojas de la puerta de madera, construidas con tablones y bulas o remaches metálicos. El vano carece de jambas formales, y como el arco de medio punto tampoco está delineado por el extradós, se produce un tímpano liso sobre la puerta y entre las dos pilastras laterales. Estas últimas llevan fustes de medias muestras con canaladuras, y toscos capiteles que apoyan un entablamento liso con resaltos.
Sobre la cornisa se levanta el frontón de cúspide roma; ostenta cuatro medallones cruciformes. A sus costados surgen pináculos en relieve, y encima hay un vano con cerramiento escarzano cuyo interior muestra un tímpano perforado por el óculo del coro, de perfil mixtilíneo.
El remate del imafronte está resuelto con gracia y habilidad. Las cornisas que señalan la transición entre los cubos de las torres y sus campanarios, se prolongan en molduras sinuosas que convergen sobre la cúspide de la portada, dejando al centro un nicho con la imagen de la patrona del templo.
Por su parte, cada torre muestra cuatro vanos donde discretas jambas soportan arcos de medio punto sobre los que a parecen monogramas. Pares de pilastras ascienden hasta los entablamentos con resaltos, la cornisa y los pináculos. Más arriba se encuentran los cupulines con linternillas y cruces. Las portaditas de las ermitas laterales dan la impresión de haber sufrido diversas intervenciones. Algunos fragmentos de molduras que aún subsisten son inicios de diseños anteriores más interesantes. En cambio, la portada lateral hacia el atrio interior, a pesar de su sencillez, luce completa. Las jambas y el arco de medio punto con monograma en la clave que enmarcan el vano de acceso, están flanqueados por pilastras de capitel toscano que ascienden hasta el entablamento con resaltos, sobre el que se ubica una ventana de cerramiento escarzano.
4.-OBRAS DE ARTE
Son escasos los objetos artísticos que aún pueden apreciarse. El retablo en el presbiterio es de madera esmaltada de blanco, con detalles dorados. Sobre el banco se levantan cuatro columnas de fuste liso y capitel corintio que dividen el espacio en tres calles. La central lleva una vitrina con la imagen de Nuestra Señora de la Consolación, enmarcada por pilastras más pequeñas y por un estrecho entablamento que soporta un fronton curvo, quebrado, del que emerge una gloria. Encima pasa el entablamento principal, en cuyo friso decorado se alternan jarrones y rosetones en relieve. Sobre la cornisa hay un zoclo de poca altura con resaltos y una peana central donde alguna vez hubo una figura de bulto. En su lugar se colocó una vieja pintura enmarcada y protegida con un vidrio. Representa a la Santísima Trinidad en una de las formas que se consideraron heréticas en tiempos de la Inquisición: los rostros del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo son idénticos.
Aparte de eso, hay una pintura de San José del lado derecho de la nave, un crucifijo de regular calidad a la izquierda del sotocoro, y una pintura en la sacristía, que representa a la Virgen de Guadalupe y sus cuatro apariciones.
ELABORO: ARQ. ALBERTO GONZALEZ POZO
FECHA: 1986.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
Nuestra Señora de la Consolación