Nombre del Inmueble
La Merced
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001516
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001516
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
La historia de Querétaro es una de las más difíciles de determinar con la presición debida, en virtud de que sus orígenes se encuentran rodeados del más profundo misterio, según el historiador Septién (1).
Puede hablarse, en general, del paso de culturas importantes, como la teotihuacana (año 200 d. de c.), y la tarasca; respecto a ésta, y aunque son insuficientes las pruebas que se han extendido para demostrar que en Querétaro hubo un Cú o señorio, no se discute cierta influencia entre los indígenas pames y otomíes que por ese entonces vivían en la zona.
La cultura más importante que estuvo en la zona -y cuyos vestigios son los más sólidos para la investigación- fueron los aztecas, quienes llegaron a Querétaro en 1446, aproximadamente.
En 1529 llegó a la comarca queretana el conquistador Hernán Pérez de Bocanegra y se entrevistó con el cacique otomí de Xilotepec, llamado Conín, al que convence de la fe cristiana y encomienda a Fray Alonso Rangel, quien lo bautiza como Fernando de Tapia.
De esta época viene el nombre de Querétaro, aplicado a la región por unos indígenas tarascos que acompañaban al conquistador, y cuyo significado es Lugar de peñas, tlachco en Náhuatl, y Adamxey en otomí, son los nombres que anteriormente se daban al lugar, y que significan lugar de juego de pelota.
Una vez fundada la ciudad, quedaba por solucionar el problema de la evangelización de los indígenas que vivían en las zonas aledañas. Fueron muy comentados por entonces los asaltos que realizaban los chichimecas a las misiones religiosas en su mayoría agustinas, y en las cuales se dio muerte a muchos religiosos encargados de los modestos templos y conventos.
Mientras tanto en la ciudad, la orden franciscana se había adueñado de la direccción religiosa de los feligreses; además de haber sido los primeros en la enseñanza del cristianismo y en el bautismo de los indígenas convertidos, que veían más fácil la fundación de sus conventos e iglesias al pertenecer a ramificaciones de la orden franciscana.
El primer convento se fundó en el año de 1736, siendo inicialmente un hospicio con una capilla de techo de vigas, en la calle que durante varios años se llamó, la Merced Vieja y que ahora es un tramo de las calles de Altamirano (2). Se dice que su fundador Francisco Niz de Santa María, procuró darle a la construcción un aspecto digno y apropiado a las funciones que realizaba la orden. A propósito de éstas, agregaremos que la fundación se ganó rápidamente la simpatía del pueblo y su buena disposición para ayudarles en sus empresas, una de las cuales fue construir un templo más digno durante el siglo XIX.
2.-EMPLAZAMIENTO
El templo y anexo de Nuestra Señora de la Merced se encuentra localizado en la parte este del centro Histórico de la ciudad de Querétaro.
La temperatura promedio es de 20º C, y su altitud de 1,800 metros sobre el nivel del mar.
Considerándose adecuado para diseñar una ciudad en el siglo XVI, se plasmó una traza reticular, que hasta el día de hoy caracteriza a esta ciudad.
El predio que ocupa el inmueble, se localiza en la manzana limitada con las siguientes calles y avenidas: hacia el sur con la avenida del Progreso, al norte con la avenida Independencia; al este con la calle Altamirano y al oeste con Río de la Loza. Por la avenida Progreso donde la circulación es peatonal, y complementándose con una plaza pequeña, se puede apreciar la fachada posterior del templo y el tambor de su cúpula inconclusa; integrándose a la misma se encuentran edificios habitacionales de uno y dos niveles, de construcción antigua en mal estado de conservación, en este recorrido, también vemos construcciones nuevas como la casa cural que está anexa al templo, ubicada al este. Continuando en esa dirección, el entorno se compone de edificios antiguos, deteriorados y algunos hasta en ruinas, contrastando con construcciones nuevas, todas destinadas para el uso de viviendas.
Desde la calle Altamirano, (antes calle del Diamante), las vistas al monumento son nulas. Aquí se localizan dos antiguos edificios, uno de ellos bastante deteriorado y otro en buen estado, contribuyendo éste último a la imagen urbana del lugar, siendo además acorde al monumento. En la avenida Independencia, (antes calle de Cornelio), se observan también construcciones habitacionales antiguas de uno y dos niveles, las cuales han sido restauradas contribuyendo a la calidad del entorno inmediato del acceso principal al templo. Este se jerarquiza por una pequeña plaza, permitiendo encontrar un punto visual interesante para la fachada principal del monumento.
Finalmente por Río de la Loza, (antes calle de la Sarabanda), se aprecian casas de cosntrucción antigua, ligeramente restauradas, las cuales son destinadas en su totalidad al uso para vivienda.
3.-HISTORIA
La fundación del Hospicio de Nuestra Señora de la Merced en la ciudad de Querétaro fue en el año de 1736, actualmente del templo original no queda nada.
Poco puede decirse acerca de este monumento como construcción correspondiente al período colonial, pues la edificación del templo tal y como lo conocemos ahora se inició en una fecha relativamente reciente, 1850.
Ese mismo año se hizo cargo de las obras el comendador Fray Manuel Iturbe, a quien la muerte sorprendió antes de poder iniciarlas. Correspondió entonces al sucesor del padre Iturbe, Fray Trinidad Castillo, la construcción de la mayor parte del templo, sobre lo cual nos dice el historiador Septién y Septién que para suplir los enormes gastos de la obra, hacía rifas, tómbolas, peleas de gallos, corridas de toros, pastorelas,etc., y saliendo a las calles arengaba al pueblo para que los albañiles le dieran un día de trabajo, los pedreros acarrearan piedra, y en esa forma por demás pintoresca fue construyendo el nuevo templo, sorprendiéndole la muerte antes de ver concluída su obra (3). Antes de su muerte el padre Castillo tuvo el cuidado de dejar su sucesor en la persona de Fray Simón Acosta, quien asimismo se vio obstaculizado por cuestiones económicas; lo único que alcanzó a hacer fue cerrar el cimborrio (cuerpo que sirve de base a la cúpula) con envigado y a levantar la sacristía con la ayuda del presbítero don Timoteo Camacho. El padre Acosta había redactado por otro lado, un informe dirigido a la Sagrada Mitra, en el año de 1864, en el que asentaba que aún ocupaban el antiguo hospicio los mercedarios, de los cuales, sólo quedaban cuatro padres y uno de la Vicaría de Atarjea, y que todavía se encontraba abierta al público la capilla que les servía de iglesia, aunque se quejaba de la falta de ornamentos y vasos sagrados.
Poco después, sucedió al padre Acosta un religioso de la orden de la cruz, Fray José Guerra, quien poco pudo hacer y, finalmente, Fray Felipe Martínez, que inauguró la obra, inconclusa hasta nuestros días, el 23 de mayo de 1879. Quedó por construir la torre, completar la fachada y levantar la cúpula.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
Arquitectónicamente el conjunto de la Merced se compone de la casa cural, la sacristía, el templo y una capilla anexa, orientándose todo este conjunto en dirección norte-sur.
En la fachada principal orientada al norte, resalta la portada de cantera, caracterizada por dos pilares de estilo jónico, de donde nace un frontón circular bordeado por cornisa dentada, en cuya parte central aparece un escudo.
Enmarcando la puerta se tiene un arco de medio punto con clave y a los lados dos pilastras adosadas con acabado de estrías, sobre las cuales existen dos nichos con arcos de medio punto que alojan esculturas de piedra; estos nichos están coronados por vanos circulares.
Sobre el frontón circular se tiene un nicho central con arco de medio punto, con pedestal definido por una cornisa, sobre el cual se apoya una imagen, enmarcada por cuatro pequeños pilares de estilo jónico, rematados con doble cornisa y friso que siguen la forma de arco de medio punto, todo ésto dentro de otro arco de medio punto en piedra regular aparente.
El acabado es aplanado de cal contrastando con el detalle de cantera labrada que presenta falta de mantenimiento.
De la torre sólo podemos ver su primer cuerpo terminado y el segundo a la mitad. Esta es de forma cuadrada en su base dividida por cornisas, el primer cuerpo de forma rectangular, y el segundo asemeja al arranque de columnas adosadas, dos por lado que posiblemente cerrarían con arco de medio punto, para albergar ahí las campanas.
Es importante señalar que su base quedó como testimonio de lo difícil que fue financiar esta obra, por lo que se construyó solamente el tambor o base de la misma, que por su forma original permite pensar que le hubiera conferido un carácter formal específico a este monumento: la planta es elíptica, presentando en el alzado de su tambor, ocho lados, los cuales se diferencían por ventanales enmarcados por columnas; así pues el tambor presenta ocho ventanales con arcos de medio punto y clave, columnas de estilo jónico pareadas a los lados y rematando en una cornisa.
El templo presenta planta de cruz latina con su nave principal cubierta con bóvedas de arista. Inmediatamente al acceso principal hacia el oeste se encuentra una pequeña capilla, y al este una comunicación directa con la torre.
La nave está decorada por una sucesión de retablos pintados en los muros laterales, con nichos donde se albergan esculturas del Sagrado Corazón de Jesús y de diferentes Santos, hasta llegar el crucero coronado por la cúpula que permite la iluminación central a través de las ventanas que se encuentran en el tambor, el techo provisional es de lámina de fierro, a que está inconclusa la cúpula.
El espacio lateral al oeste del crucero, está adornado por imágenes y comunicado directamente con la sacristía, y ésta, a su vez, con el presbiterio, el cual presenta un altar muy reciente y sencillo con la Virgen de la Merced. Al este se desarrolla una circulación paralela al presbiterio que sirve como comunicación directa a la casa conventual de construcción moderna y cubierta con losa de hormigón, además de comunicar a un acceso secundario del templo por la parte posterior.
El altar también como podemos observar es muy sencillo, presentando tan solo un pedestal para el sacerdote que oficia la misa, y en su parte posterior una base rectangular en mármol sobre la que se levanta el nicho que guarda a la imagen de la Santa Patrona; como remate aparece una cortina que cubre hasta el entablam ento que abarca todo el presbiterio.
El coro alto ubicado hacia el norte está limitado por un barandal de madera y adornado por una pintura en el muro norte, es muy sencillo, el cual no presenta ningún elemento de valor arquitectónico que lo distinga teniendo solo un artístico lienzo al óleo de grandes proporciones, que ocupa casi todo el muro posterior del coro.
La capilla anexa presenta planta de una sola nave cubierta con bóvedas de arista rematando con dos linternillas para dar iluminación; hacia el sur se encuentra una imagen en escultura, completando el ambiente de veneración con un grupo de bancas para los feligreses. Integrándose a este espacio se tiene el coro bajo y el coro alto en proporciones reducidas. en la extensión de la nave de esta capilla existe un sótano, donde se puede encontrar una cripta con seiscientas noventa y cinco pequeñas gavetas, cuyo acceso es a través del cuerpo de la torre por una escalera de caracol.
5.-NOTAS
(1) SEPTIEN y Septién, Manuel. Historia de Querétaro. ediciones Culturales del Gobierno del Estado, Querétaro, 1966.
(2) DE LA ISLA, Arcediano Ezequiel. Templos de la Ciudad de Querétaro. Imprenta Cimatario, Querétaro, 1982, p.25.
(3) SEPTIEN y Septién, Manuel. Op. cit., p.156.
BIBLIOGRAFIA
DE LA LLATA, Manuel. Así es Querétaro. Editorial Nevado, Querétaro, 1981.
DE LA ISLA, Arcediano Ezequiel. Historia del Seminario Conciliar de Nuestra Señora de Guadalupe. Editorial Jus. México, 1963.
ROJAS, Pedro. Historia General del Arte Mexicano. Editorial Hermes. México, 1981.
SEPTIEN y Septién, Manuel. Historia de Querétaro. Ediciones Culturales del Estado de Querétaro. Querétaro, 1967.
RAMIREZ Alvarez, José Guadalupe. Querétaro: Visión de mi Ciudad. Editorial Pronvincia, Querétaro, 1956.
TOUSSAINT, Manuel. Arte Colonial en México. Instituto de Investigaciones Estéticas. 1974.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
La Merced