Imagen principal
Nombre del Inmueble
Nuestra Señora de la Asunción (Catedral-Basílica)
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000998
Estado, Municipio, Localidad
Aguascalientes > Aguascalientes > Aguascalientes (010010001)
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000998
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
El primer contacto de los chichimecas, que eran los habitantes de esta región, con los españoles, se dió cuando Nuñez Beltrán de Guzmán inicia la conquista del occidente de México, mandando de Tonalá, a unos kilómetros de la actual Guadalajara, en marzo de 1530, a Pedro Almendes Chirinos para explorar y pacificar la región al norte. Dicho capitán seguirá una ruta, probablemente cerca de la actual carretera de Guadalajara a Santa María de los Lagos, pasando por Tepetitlán y Jalostitlán hasta llegar a dicha ciudad, para luego seguir por Aguascalientes, hasta la región de los zacatecas (1). En su recorrido encontró en la región a los Guachichiles.
Para fines de 1530, el rey de España, Felipe II, nombrará a Beltrán de Guzmán, gobernador de la región que conquistó llamándola Nueva Galicia. Por 1535 hay nuevas entradas en la región pero no hay ningún asentamiento permanente. Cobrará el estado de Aguascalientes más importancia con la apertura de las minas de Zacatecas en 1548 como principal ruta a Guadalajara y México con la zona al norte.
Por los constantes ataques de los chichimecas se tratará de proteger la famosa Ruta de plata, fundando en 1563 Santa María de los Lagos. Pocos años después, hubo varios españoles en Aguascalientes y se fundó por 1570 un presidio para proteger el camino real en la actual ciudad de Aguascalientes, por disposición del virrey Martín Enríquez de Almanza.
La población creció, fundandose por cédula real de Felipe II la Villa de Nuestra Señora de la Asunción de las Aguascalientes el 22 de octubre de 1575. El pueblo recibió fuertes embates de los chichimecas; un año después de su establecimiento es flagelada por el metlazahuatl, fiebre eruptiva hoy conocida como tifo, quedando solo dos familias y dieciseis soldados en 1584 (2).
Se fue repoblando la ciudad, destacándose por su persistencia Juan de Montoro, llamado fundador de Aguascalientes por el cronista de la ciudad, Alejandro Topete del Valle (3). De 1602 a 1605 el obispo de Guadalajara. Alonso de la Mota y Escobar, visitó su diócesis que incluía la mayor parte del norte de México y así describió a Aguascalientes: Es templo frío y grandemente sano abra doze vezinos españoles. Tiene las casas de adobes y no con orden, y una iglesia parroquial... (4).
Durante el siglo XVII funcionará como centro ganadero y agrícola para surtir las minas, sobre todo las de Zacatecas, con víveres, madera y carbón. Creció Aguascalientes en población e importancia recibiendo el título de Villa el 18 de agosto de 1611. También se fundan varios pueblos de indios en esa época, San Marcos, Jesús María y San José de Gracia, promoviéndose el asentamiento de indios y españoles.
Se encontraron minas de plata en el noroeste del actual estado, en Asientos de Ibarra, a fines del siglo XVII aumentaron así la demanda de productos básicos. El siguiente siglo sería de pleno auge para la región y fue entonces cuando se construyen o reconstruyen la mayoría de las iglesias tanto en la ciudad como en los pueblos. A pesar de epidemias y sequía o inundación, la ciudad creció de doce vecinos en 1602 a más de veinticinco mil habitantes en 1813.
Antes de 1808, cuando entra Napoleón Bonaparte a España y abdica el rey Carlos IV, hay una inquietud libertaria en la clase media, destacándose el licenciado Francisco Primo de Verdad y Ramos, el coronel Ignacio Obregón, el doctor Valentín Gómez Farías, Rafael Vázquez, Rafael Iriarte y Pedro Parga. Al iniciarse la lucha de Independencia ent re Ignacio Allende en Aguascalientes en diciembre de 1810. Poco después, con la derrota del cura Miguel Hidalgo y Costilla en Puente de Calderón huyen los insurgentes por la región. Iriarte y Parga entre otros mantienen la causa, pero a partir de 1814 los realistas controlan la ciudad. El 13 de junio de 1821 cae Guadalajara en manos del ejército trigarante liberando así a toda la Nueva Galicia, asumiendo la gubernatura provicional de Zacatecas, el doctor Valentín Gómez Farías. Aguascalientes era subdelegación de Zacatecas desde la introducción de las intendencias en abril de 1786.
Como el gobierno de Zacatecas, liberal, se opone al gobierno del presidente Anastasio Bustamante, se da la lucha armada que trae al general Manuel Gómez Pedraza al poder. En 1834 los yorkinos, masones partidiarios de los liberales, se concentran en Zacatecas donde caerán ante el ejército de Santa Anna.
Al regresar por Aguascalientes el 1° de marzo de 1835 se le festeja al general victorioso, Santa Anna, presionándolo los separatistas de Aguascalientes para desligarse de la tutela de Zacatecas. El feliz resultado será el nombramiento de la región como territorio federal el 23 de marzo de 1835, castigando así a la liberal Zacatecas; Aguascalientes pierde su soberanía en 1847, regresando a Zacatecas, hasta que la Constitución de 1857 la nombró estado libre y soberano, condición que guarda hasta hoy, salvo su designación como departamento durante la intervención francesa.
2.-EMPLAZAMIENTO
La catedral se localiza a la mitad de la plaza principal de la ciudad de Aguascalientes en su costado poniente y está construída de oriente a poniente.
La plaza donde se localiza la catedral está en el centro de la zona histórica de la ciudad y participa de un trazo no regular, como otras ciudades de la República, pues afortunadamente Aguascalientes no pasó por la etapa en que se querían resolver los problemas viales de las ciudades a base de ensanchar calles o enderezarlas, quitándoles todo el sabor que originalmente tenían, sin considerar lo irreversible de un daño semejante. Esta plaza originalmente no era arbolada sino empedrada y con bellos portales junto a la iglesia, los que por desgracia han desaparecido. Afortunadamente el teatro Morelos se ha incorporado al conjunto a base de la plazoleta que se ejecutó al sur de la catedral, la cual se convirtió en una agradable área peatonal en la parte de lo que fue el antiguo cementerio. Al lado norte de la catedral aún se conservan edificaciones antiguas que armonizan y cierran la perspectiva al fondo de la calle con la actual Casa de la Cultura que ocupan lo que fuera el viejo convento de San Ignacio, perteneciente a las monjas de la Enseñanza, y una hermosa construcción en donde estaba instalado el seminario.
Por la parte posterior del templo queda la calle de Venustiano Carranza, en donde se encuentran además de antiguas casas habitación, las iglesias del Rosario y la capilla de las monjas de la Enseñanza, el llamado conventito.
La fachada principal de la catedral está orientada hacia el hemiciclo colocado bajo la gran columna de cantera que preside el jardín y donde alguna vez estuvo colocada la estatua en bronce de Fernando VII.
3.-HISTORIA
No se tienen datos exactos de la primera capilla de adobe que al parecer se construyó junto al presidio o fuerte; se dice que inicialmente estaba dedicada a San Sebastían de los Viajeros, pero con la fundación del pueblo en 1575 se dedicó a la Asunción de la Santísima Virgen.
En 1605, empezó el alcalde Juan de Monroy la construcción de una capilla nueva en el lado sur de la plaza, aún cuando la obra se había ordenado en la parte occidental por el visitador Alonso de la Mota y Escobar; por problemas topográficos se edificó al sur, sin embargó la construcción definitiva se hizo al poniente.
Al visitar la villa fray Francisco de Rivera en 1620, encuentra que aún no tiene puertas la parroquia y ordena que se cierre una entrada y que en la otra se ponga una puerta pequeña mientra se fabrican las puertas adecuadas. También ordenó que se fabricara una pila bautismal de piedra porque la única que tenían era de cobre.
La parroquia fue bendecida el 28 de febrero de 1621 siendo párroco Lorenzo de la Vera. Se le agregaron altares; en febrero de 1673 encuentra el doctor Francisco Verdún y Medina que se ha terminado el altar de San José en el crucero izquierdo, que donó don Gabriel López. También se estaba construyendo la capilla del Santo Cristo del lado de la epístola (5).
La construcción actual se inicia en 1704, cuando está en auge minero la región, pero la obra prosigue lentamente. El 5 de octubre de 1714 se coloca la imagen de Nuestra Señora de los Dolores en la capilla de la humildad del lado del evangelio, regalo del bachiller don Miguel de Cobot (6).
Con la llegada del licenciado Matias de la Mota Padilla como alcalde mayor en 1730, se acelera la obra. El 31 de marzo del mismo año, Martín de Figueroa, vicario y juez eclesiástico de Aguascalientes, dona a la parroquia una imagen de bulto de San Antonio. Sin embargo será la llegada del párroco doctor don Manuel Colón de Larreategui, que personalmente recoge limosnas en pueblos y ranchos para la obra, que se terminó la construcción, bendiciéndose el 22 de septiembre de 1738 y el mismo día se bautizó a un niño.
Se dedicó el templo el 4 de octubre de 1738 (7), estrenándose dos campanas, las de Nuestra Señora de los Dolores y la de San José. Por una semana se hicieron solemnes fiestas. Durante la construcción del templo se dividió la parroquia por auto de 25 de mayo de 1731, creándose otra parroquia en Real de Asientos. También tres años después de terminar la obra, se inicia la fiesta anual en honor de la Asunción de la Santísima Virgen.
Se siguió embelleciendo el templo con la bendición del retablo de cantera del Altar Mayor el 25 de octubre de 1744 fabricado en México por Felipe de Ureña. En 1750 se dedica la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe y en 1758, el año en que sale el doctor Manuel Colón de Larreategui del curato, se substituye el altar de San José. Posteriormente él mandará de Guadalajara un lienzo de Nuestra Señora de Loreto, los doce cuadros del apostolado y un cáliz con su patena.
Se bendicen otros altares, el de Nuestra Señora de los Dolores y el del sagrado Corazón de Jesús en 1763, mismo año en que se inicia la construcción de la torre norte que se bendijo poco más de un año después, el 12 de marzo de 1764 (8). En 1775 se amplian las construcciones de las dependencias de la iglesia, al sur, en el antiguo cementerio que se encontraba en el atrio del templo.
Se celebra la jura de Independencia con un solemne Tedeum en la parroquia el 6 de julio de 1821 .
Por la gran extensión que tenía el atrio de la parroquia se pide el 2 de septiembre de 1837 que el señor cura, José Ignacio Pérez, reduzca su tamaño. Ha crecido mucho la importancia de la región que ya cuenta con más de 35,000 habitantes y con cuatro parroquias. Seguirá creciendo la iglesia con la aprobación el 28 de febrero de 1839 para la construcción de dos capillas más.
Se consagró en 1883 una nueva campana, la más grande. Al año siguiente encuentra el arzobispo don Pedro Loza que el altar mayor ha sido substituido por otro más bello que aún no había terminado de construir.
Se consagró la parroquia el 8 de abril de 1894 por el entonces obispo de Zacatecas Fray Buenaventura Portillo, depositando en el altar mayor reliquias de San Cosme, San Marcial, Santa Aurelia, Santa Librada y San Basilio (9).
Por bula papal, Apostólica sedes, de León XIII, el 27 de agosto de 1899 se crea la diócesis de Aguascalientes, pasando de parroquia a catedral; el 3 de diciembre del mismo año el visitador Nicolás Averardi ejecuta el decreto siendo cura parroquial Mauricio M. López, tomando posesión el primer obispo fray José María Portugal el 29 de julio de 1902.
Poco después de entrar el nuevo obispo a sus funciones, en 1905, hizo un proyecto de mejoramiento para la nueva catedral (10), queriendo comunicar con arcos las naves laterales con la central y con un proyecto de torre adicional, llevando a cabo la apertura interior el maestro J. Refugio Reyes.
En 1912 se substituyó otra vez el altar principal, ahora por el actual que es de mármol, donado por Felipe Nieto, importante hacendado y diputado local. El 27 de noviembre de este mismo año, muere el obispo; es substituido al año siguiente por Ignacio Valdespino y Díaz. En 1914 se bendijo el nuevo altar en la capilla del Santísimo, fabricado en Alemania, y el 18 de octubre de 1919 llega una imagen de la Asunción procedente de Barcelona, bendecida el 7 de diciembre, substituyendo a la antigua que había sido donada por Felipe II.
La actual catedral de Nuestra Señora de la Asunción fue originalmente un templo parroquial comenzado a principios del siglo XVIII y que constaba de una sola nave, presbiterio rectangular y crucero de brazos cortos y sobre éste una cúpula gallonada o de gajos, soportada por un tambor octagonal con ventanas que enfatizaban el presbiterio y el crucero.
Este templo, aumentado por capillas laterales fue la base de la edificación actual y con la que contó el famoso Refugio Reyes para transformarlo en catedral cuando las necesidades cambiaron al originarse la diócesis de Aguascalientes a fines del siglo XIX.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
La solución adoptada en este templo, resuelta con gran habilidad por Refugio Reyes en el siglo pasado consistió en incorporar las capillas laterales a los brazos de los cruceros, creando dos naves paralelas a la central, que aumentaron el cupo y dan una idea de mayor amplitud y majestuosidad al conjunto.
Al frente de la catedral existe un atrio limitado por el ancho de la fachada principal y de factura neoclásica, a base de un perfil con pilastras coronadas con macetones de cantera y rejas intermedias.
La fachada principal, de cantera labrada, presenta una distribución general que no ha sido básicamente alterada al modificarse la planta del edificio, ya que el ancho de los basamentos de las torres coinciden sensiblemente con el de las naves laterales, no obstante, se aumentaron dos cuerpos bajos al frente (uno a la derecha y otro a la izquierda de las torres), con los cuales se simula lo que sobresalen las nuevas naves a los lados de dichas torres; igualmente sirven estos cuerpos para enfatizar la composición piramidal del conjunto. Esta fachada consta de cuatro niveles; el primero es más alto que los superiores y éstos van reduciéndose a medida que están mas arriba. El acceso se efectúa por su arco de medio punto cuya moldura perimetral se apoya en impostas que actúan como capiteles de una supuestas pilastras que solo se insinúan ópticamente por la superposición de relieves cuadrados a base de hojas de acanto; estos motivos se repiten en la superficie triangular de las enjutas que existen a ambos lados del arco.
La portada está flanqueada por pares de columnas retorcidas de estilo salomónico con guirnaldas siguiendo su forma y con capiteles compuestos a base de volutas y más hojas de acanto; en los intercolumnios se han horadado nichos aconchados envueltos en remates ochavados de tres lados, apoyados en ménsulas formadas por un par de pelícanos de perfil (símbolo de Cristo). Dentro de estos nichos aún existen las esculturas de dos obispos de factura muy popular y con aspecto muy rígido. Este primer cuerpo remata en una cornisa con ménsulas y un friso en que se alternan angelillos con motivos vegetales. Solo en la parte central deben haber sido raspados éstos para colocar la inscripción BASILICAE LATERANENSI IN PERPETUUM AGGREGATA, cuando este hecho tuvo lugar.
El segundo cuerpo continúa el diseño, (en menor altura) del inferior, con la excepción de que al centro lleva la ventana del coro, rectangular pero de perfil mixtilíneo rematado en un arco conopial con pilastras a ambos lados repitiendo los motivos a base de hojas de acanto; pero a cada lado de la ventana se tallan relieves muy planos de jarrones con elementos florales muy retorcidos.
El tercer cuerpo solo conserva la línea de las columnas centrales inferiores, terminando las laterales con pequeños remates. Al centro un relieve de la Asunción de la Virgen María siendo elevada por varios angelillos y rodeada por hojarasca poco resaltada y muy plana. Este cuerpo que probablemente en una época remataba la fachada, termina en un cornisa plana al centro e inclinada hacia ambos costados. Cabe señalar que en esta fachada se advierten claramente dos intervenciones muy claras; la primera que abarca hasta el tercer nivel, y otra de ahí en adelante cuando se construye otro cuerpo más, esta vez con su perfil superior mixtilíneo formado por una cornisa que en ocasiones se rompe para aparecer más arriba en una composición muy barroca de estilo churrigueresco. Este remate es ex clusivamente un muro decorativo pues no señala, como en otros casos, la altura mayor de la bóveda central o de la techumbre de madera, lo que comprueba que fue un agregado posterior, probablemente de la misma fecha de la torre (1764), cuando estaba en pleno auge el barroco mexicano. Esta decoración de espíritu más culto contrasta con la parte baja de la portada, la cual, tanto en el diseño como en la obra de mano es de sabor más ingenuo y popular, no siendo aventurado el considerar que en esta zona la intervención de abundante mano indígena, aún sin influencia por los criterios estéticos de la cultura europea, fué un factor determinado.
El templo, comenzado a principios del siglo XVIII (1704) no tuvo su primera torre sino hasta sesenta años después y se quedó solo con ella hasta mediados de este siglo, en que al lado izquierdo se eliminó una espadaña y se copió otra torre igual a la original. Ambas son iguales y de silueta muy esbelta, con un desplante inicial bastante mayor, al nivel de la nave central, reduciéndose rapidamente la base a medida que aumenta la altura. Estos tres cuerpos, de planta octagonal no tienen sus ocho lados iguales, sino mayores los paralelos y los transversales a la fachada y mucho menores los que quedan a 45°; su estructura es a base de grupos de pilastras que enmarcan los cuatro arcos de medio punto que en cada nivel existen en los lados mayores del octágono. Las torres rematan en un tambor también octagonal cubierto por un cupulín y linternilla y por su proporción y diseño, constituyen una de las partes mejor logradas del conjunto.
Las portadas laterales, probablemente realizadas cuando se construyeron las capillas a ambos lados de la nave principal, son de una composición neoclásica muy sobria, y semejantes pero no iguales, lo que denota que no fueron ejecutadas simultáneamente en un plan de conjunto sino que una trató de igualarse a la ya construída. Esto se marca también en las cúpulas que coronan cada acceso pues ambas son diferentes; por otra parte, la solución de colocar una cúpula sobre cada uno de los ingresos laterales no es común y le da una característica peculiar e interesante a la catedral. Las puertas de madera de las entradas hacen pensar que son las originales del templo, trasladadas al nuevo sitio de acceso, pues son de estilo barroco, con mascarones y entableradas, sin embargo, desconcierta el observar que estas puertas están compuestas para un vano o hueco rectangular, y en donde están colocadas, la zona superior lleva un arco de medio punto, lo que probablemente también sucedía cuando la iglesia aún no se había modificado.
Las portadas laterales son de un solo cuerpo de cantera labrada, llevando a cada lado de las puertas un par de columnas de orden toscano, en bases muy altas y que rematan con friso, cornisa y un frontón triangular roto, así llamado por llevar interrumpida la cornisa en la parte alta. Como remate superior llevan las pequeñas cúpulas de gajos, con tambor octogonal y por el exterior, todo el recubrimiento es a base de azulejos como en la gran cúpula del crucero.
Al penetrar al templo observamos que en la base de la torre izquierda se aloja el bautisterio, techado con bóveda de arista y con un hermoso lienzo al óleo de Francisco Martínez Sánchez, del siglo XVIII (con el tradicional tema), y que abarca todo el ancho del local y llega hasta la bóveda; frente a él hay una pila bautismal tallada en cantera. Frente a la puerta de este bautisterio existe una cancela d e madera y vidrio de estilo neogótico colocada en el sotocoro para proteger el interior del viento. Sobre esta zona se encuentra el coro, techado con bóveda de arista y limitado hacia la nave por un barandal de barrotes torneados en madera, el cual se apoya en un arco de cinco centros, llamado así por estar formado a base de tramos de círculos con diversos puntos para su trazo. Este coro cuenta con un gran órgano, que aunque de lineas usadas en estilos anteriores es de factura reciente.
La iglesia cuenta con cuatro tramos además del coro, el crucero y el presbiterio y de ser un templo de cruz griega con una nave, pasó a tener tres al anexarse las dos capillas laterales. Esto provocó que al taladrarse los muros intermedios se crearon pilares muy robustos, pero con un diseño tal que se remarca la verticalidad de éstos para aligerarlos. Todas las cubiertas son de bóvedas e aristas, y éstas así como la totalidad de la iglesia están decoradas al gusto eclético del fin del siglo XIX y principios del siglo XX, en que se mezclaban diversos estilos en una misma composición arquitectónica; debido a esto el templo ha perdido su aspecto original ya que todos los muros y columnas han sido cubiertos a base de decoración pintada, ocultando la cantera interior.
Al fondo de la iglesia, al hacerse la modificación para convertirla en catedral y requerir un lugar para el cabildo, tuvo que moverse la localización el altar mayor al centro del crucero, con lo que adquiere una mayor importancia al quedar bajo la cúpula que, la decoración a base de casetones que van disminuyendo hacia el centro provoca una sensación de gran altura y amplitud; además, el altar se desplanta elevado sobre una plataforma que no solo ocupa el crucero sino que se extiende hasta el entre-eje siguiente.
En la zona el antiguo presbiterio se colocaron tribunas en el muro testero para los miembros el cabildo, habiendose proyectado esta sillería de madera en un estilo que recuerda el renacimiento ojival de fin del siglo XIX. Estos sitiales a los cuales se asciende por cuatro escalerillas, llevan sobre ellos un tríptico alusivo a San Juan Nepomuceno y al centro otra escalera que baja y comunica con la sacristía que está atrás y a la derecha del presbiterio.
A ambos lados del actual altar mayor existen los altares neoclásicos del antiguo crucero y a un lado del de la derecha está la puerta que comunica con la antesacristía y la sacristía las cuales están techadas con bóveda de arista. En la parte posterior y también a la izquierda del templo existen diversas dependencias del mismo, y en la planta alta de ellas, otras, incluyendo una valiosa pinacoteca.
Estas dependencias fueron sustituidas siguiendo los lineamientos constructivos antiguos pero son de fábrica reciente, consiguiendose que, a base del predominio de muros en lugar de ventanas y con el uso de cantera y aplanados se integren al conjunto.
5.-OBRAS DE ARTE
Este templo, al ampliarse en el siglo XIX, y a principios del actual, perdió obras de arte de gran valor seguramente, como el altar mayor que era barroco y realizado en cantera de la Ciudad de México y sustituído sucesivamente por diversos altares, probablemente todos de tipo neoclásico; igual suerte deben haber sufrido los colaterales, y probablemente parte de las pinturas existentes en la pinacoteca procedan de estos.
Dentro de las valiosas pinturas que se conservan en las diversas dependencias (cerca de ochenta) y pertenecientes a los siglos XVII, XVIII, XIX y XX cabe destacar que existen obras de Juan Correa, Miguel Cabrera, Andrés López, José Alcíbar, Villalpando y muchos más anónimos, encontrándose en ellas algunas verdaderamente notables.
En el bautisterio, el óleo del Bautismo de Cristo se conserva afortunadamente aún en su sitio, al igual que el de la Virgen de Loreto (de la escuela de Cabrera) regalo del señor cura Larreategui, al dejar la primitiva parroquia en 1758, y que se conserva en la sacristía, sobre una hermosa cajonera, probablemente de la misma fecha pues el óleo cubre todo el muro, desde el arco de la bóveda hasta la cajonera. Existen además integrados a los altares neoclásicos diversas esculturas del siglo XVIII pero la mayoría han sido mal restauradas.
La imagen de la Asunción que existía en el altar mayor y que según se dice era regalo de Felipe II fue sustituida en 1919 por otra ejecutada en Barcelona y es la que actualmente se aprecia. Una imagen muy venerada también por los primitivos criollos desde principios de la creación de la iglesia es el Señor de la Humildad, escultura de madera, que aun se conserva.
Digno de mención es también el enorme tríptico de San Juan Nepomuceno, lienzo al óleo de Andrés López del siglo XVIII y que abarca todo el muro del fondo del antiguo presbiterio y sobre los sitiales de los canónigos; estos tres lienzos sobrepuestos para formar uno solo, probablemente procedan de algún altar barroco en donde deben haber estado separados.
6.-BIBLIOGRAFIA Y NOTAS
1. LOPEZ de la Mota Padilla, Matias Angel. Historia de la Conquista de la Provincia de la Nueva Galicia. I.N.A.H., Instituto Jaliscience de Antropología e Historia, Guadalajara, Ed. 1973, (Colección Hist. de Obras Facsimilares No. 3), pp. 49-51 y 54.
2. GONZALEZ, Agustín R. Historia del Estado de Aguascalientes. V. Villada, México, 1881.
3. TOPETE del Valle, Alejandro. Juan de Montoro: Fundador de Aguascalientes. Provincial, s/n., octubre 1942, pp. 3-7
4. MOTA y Escobar, Alonso de la. Descripción Geográphica de los Reynos de Galicia, Vizcaya y León. I.N.A.H., México 1966, p. 58.
5. BERNAL Sánchez, Jesús. Apuntes Históricos, Geográficos y Estadísticos del Estado de Aguascalientes. A.E. Pedroza. Aguascalientes, Ed. 1928, p. 302
6. TOPETE del Valle, Alejandro. Aguascalientes, Guía para visitar la Ciudad y el Estado. 3a. ed. revisada 1937, p. 136. Aguascalientes.
7. BERNAL Sánchez, Jesús. Op. Cit. p. 304
8. Archivo SEDUE, Expediente No. 65/10755
9. TOUSSAINT, Antonio. La Catedral de Aguascalientes y su Tesoro de Arte Sacro, Monografía de Arte Sacro, No. 2, México, Enero de 1979.
10. WEIGAND, Phil C. La prehistoria del Estado de Zacatecas, una interpretación, en Zacatecas, No. 1, 1978.
Elaboró: Arquitecto Liceaga
1983
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
Nuestra Señora de la Asunción