Nuestra Señora de la Salud

1.-ANTECEDENTES E HISTORIA
El florecimiento de las ciudades y la arquitectura en la Nueva España durante el siglo XVIII encuentra muchos de sus mejores ejemplos en la región del Bajío, especialmente en las villas donde la cercanía de actividades mineras, la agricultura, la ganadería y las artesanías se complementaban entre sí, como fue el caso de San Miguel el Grande.



Al auge económico debe añadirse la consolidación social y cultural de una incipiente burguesía criolla que buscaba afirmar su identidad a través de formas convencionales como la arquitectura o la pintura. Pero al mismo espíritu de autoafirmación, cercano ya a lo que ahora podría considerarse una expresión nacionalista, afloraba a veces de la manera más insospechada.



Estas consideraciones vienen a colación cuando se examina la influencia que tuvo el Oratorio de San Felipe Neri en la vida religiosa y cultural de San Miguel. En efecto, la orden felipense, establecida durante el siglo anterior en la villa, comenzó en 1718 a enseñar las primeras letras tanto a niños criollos como a indígenas. Más tarde, en1734, el rey de España dio prueba de su buena voluntad por la difusión de la cultura que hacían los felipenses al extender la siguiente cédula:



Por la presente confirmo y apruebo la nominada Congregación y Oratorio de San Felipe Neri de la villa de San Miguel el Grande de la provincia de Michoacán, concediéndole que pueda gozar todas las calidades, exenciones, inmunidades y constituciones que los demás Oratorios del mismo santo de aquellos y estos reinos y con facultades para que sus congregantes puedan enseñar publicamente a los niños en la escuela y a los mayores Gramática, Retórica, Filosofía, Teología, teniendo los que allí estudien el privilegio de graduarse en la Universidad de Mexico... (1)



De esta manera se dio gran reconocimiento e impulso al colegio de San Francisco de Sales, anexo a la casa del Oratorio, por cuyas aulas pasaron famosos personajes del Bajío como el doctor Juan Benito Díaz de Gamarra, el padre Luis Felipe Neri de Alfaro, don Ignacio Allende y don Juan Aldama.



Precisamente al padre Alfaro se debe la iniciativa de construir el templo de Nuestra Señora de la Salud, concebido como capilla anexa al colegio salesiano. Alfaro, originario de México, donde nació en 1709, se había ordenado sacerdote en 1735, y entre 1740 y 1766 se dedicó de lleno a la construcción del Santuario de Atotonilco, 15 kilómetros al norte de San Miguel. Las pinturas murales y el óleo que aún pueden admirarse en ese monumento histórico contienen un mensaje a la vez místico y nacionalista, resultado de los temas propuestos por Alfaro a sus artistas. (2)



No se tienen fecha sobre la construcción del templo de la Salud, pero muy bien podría haberse iniciado durante el decenio que va de la conclusión de la obra de Atotonilco y la muerte del padre Alfaro en 1776. Lo probable es que, como afirma un biógrafo citado por De La Maza, el felipense gasto gran parte de su patrimonio en la fábrica de este templo. (3)


2.-EMPLAZAMIENTO
El templo de Nuestra Señora de la Salud se encuentra ubicado dentro del conjunto formado por el Oratorio de San Felipe Neri, la Santa Casa de Loreto y el Colegio de San Francisco de Sales.



Al frente del templo se localiza una plaza que hace las veces de atrio, y en la cual se instala el tianguis. En esta plaza se encontraba una estatua del insurgente Ignacio Allende, la cual fue retirada durante el gobierno del presidente Díaz Ordaz.



El barrio cuenta con muchos establecimientos comerciales a lo largo de la calle de Mesones, es precisamente en el número 38 de ésta que se localiza el edificio que ocupara el antiguo Mesón de Jesús. Encontramos también muchos establecimientos artesanales, las casas donde se localizan éstos son casi todas de un nivel, en las calles cercanas predominan las viejas casonas de dos pisos, con pintorescos balcones y cornisas. Muchas de ellas se utilizan para alojar en ellas oficinas o bancos.


3.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
La planta del templo adopta una forma de cruz latina cuyo eje longitudinal corre de sur a norte. La nave se desarrolla a lo largo de cinco tramos, en el primero se localizan el coro y sotocoro, este último cubierto por una bóveda de arista que descansa sobre un arco de perfil rebajado.



El coro así como el segundo y tercer tramos de la nave se encuentran cubiertos por bóvedas de arista, las cuales descargan su peso sobre los muros laterales y los arcos fajones que las dividen; estos se apoyan en pilastras que se encuentran ligadas entre sí por un sencillo entablamento.



El cuarto tramo, ocupado por el crucero, parte de cuatro pilastras sobre las que se apoyan los arcos torales que junto con las pechinas soportan el tambor octagonal, el cual presenta vanos en cuatro de sus lados. Más arriba se encuentra la cúpula con linternilla.



El quinto tramo corresponde al presbiterio que se encuentra cubierto por una bóveda de arista.



Los brazos del transepto son más bien cortos y se encuentran cubiertos por bóvedas de cañón con lunetos. Desde el transepto sur se accede por una puerta enmarcada por jambas lisas a la sacristía, la cual está formada por tres tramos cubiertos por bóvedas de arista separados por arcos fajones. Por otra puerta situada enfrente de la anterior y de características similares a ésta se accede a los anexos del templo.



En el exterior encontramos que la fachada principal del templo se encuentra compuesta por la portada principal, la cual está flanqueada por dos cuerpos, de los cuales solo el de la derecha remata en una torre.



La portada principal consta de tres cuerpos, de los cuales el primero y el segundo presentan tres calles que se encuentran delimitadas por pilastras estípite decoradas con motivos vegetales, estas pilastras se encuentran apoyadas en plintos decorados con canaladuras y rematadas por capiteles corintios. En el primer cuerpo, encontramos que la calle central se encuentra ocupada por el vano de acceso, el cual está delimitado por jambas lisas con capiteles que apoyan un arco de perfil mixtilíneo, este presenta en su clave un medallón. En cada una de las calles laterales encontramos un nicho en el que se localizan estatuas de santas.



Apoyado en las pilastras estípite, encontramos entre el primero y segundo cuerpos el entablamento, el cual presenta un friso ornamentado con motivos vegetales.



En la calle central del segundo cuerpo encontramos, en su parte central un nicho en el que se encuentra la escultura de una santa. Este nicho se encuentra flanqueado por dos vanos rectangulares, los cuales están delimitados por sencillas jambas y dinteles.



Las calles laterales de este cuerpo, son similares a las del primero y contienen también los nichos con las esculturas de santas. El entablamento asimismo es similar al que se localiza entre el primero y segundo cuerpos.



Como remate del imafronte encontramos el tercer cuerpo, el cual adopta propiamente la forma de una concha o bóveda en cuarto de esfera que se encuentra decorada con estrías.



La torre que remata el cubo del lado derecho consta únicamente de un cuerpo, éste presenta en cada uno de sus lados un vano rematado por un arco de medio punto. Las pilastras decoradas con motivos vegetales soportan un entablamento con resaltos. Como remate de la torre encontramos un cupulín.


4.-OBRAS DE ARTE
El retablo principal del templo se realizó en piedra café, la cual fue dorada en algunas de sus partes. Presenta tres calles delimitdas por columnas de capitel corintio, las cuales apoyan el entablamento con resaltos, friso decorado, y frontón curvo. La calle central la ocupa una vitrina en la que se localiza la imagen de la Virgen de la Salud. En las calles laterales, dos nichos contienen las esculturas de un santo y una santa. En la parte central del tímpano se localiza una peana en la cual se encuentra una estatua de San José con el Niño.



El retablo en el transepto izquierdo se compone de cuatro columnas corintias exentas, las cuales se apoyan en plintos decorados con rombos y flores. Estas columnas sostienen un entablamento con resaltos y decoración a base de cuadros que remata en un frontón curvo quebrado. En la parte central encontramos una vitrina que remata en un jarrón y que contiene dos esculturas.



En el transepto derechos encontramos otro retablo formado por tres calles enmarcadas por columnas corintias que apoyan un entablamento, en el que el friso se encuentra decorado caprichosamente y que remata en un frontón. La calle central contiene una vitrina que aloja la figura de un Cristo. En las calles laterales encontramos, en cada una de ellas tres pinturas con pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento.