Nombre del Inmueble
Nuestra Señora de los Zacatecas (Catedral)
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001701
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001701
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
Es difícil determinar el origen de los primitivos pobladores del estado, porque la historia de esta parte de la República está envuelta en la misma hipótesis con que han tropezado muchos historiadores en la tarea de fijar la verdadera procedencia de las razas que poblaron a México antes de la venida de los toltecas, los chichimecas y los aztecas.
Los antiguos pobladores de Zacatecas descendían de las mismas razas que, procedentes del norte, se establecieron en diversos lugares de la República.
La palabra Zacatecas es de origen mexica o azteca y significa gente de Zacatlán, cuya voz viene de Zacatl, zacate o heno y de Tlan, país o lugar.
Tal vez desde que llegaron a Tonalá, supieron los españoles que hacia el septentrión había ricas minas; por ello al terminar la conquista de la Nueva Galicia en 1541 y quedar esparcidos por ese reino muchos soldados, se dieron éstos a la tarea de encontrarlas.
Unos de ellos, Juan de Tolosa, supuso la existencia de los yacimientos de Zacatecas, a juzgar por una piedra, rica en plata que le fue proporcionada en Tlaltenango por un indígena. Según éste, el sitio de donde procedía quedaba a unas 15 jornadas de distancia.
Guiado por el aborigen, Tolosa llegó a lo que hoy es Zacatecas el 8 de septiembre de 1546, fiesta de la natividad de la Virgen María.
A fines de 1547, se colocó la primera piedra de la que fuera también primera hacienda de beneficio de metales. De hecho esta primera edificación fue el comienzo de la fundación de Zacatecas, pero los historiadores toman como fecha de la fundación el 20 de enero de 1548, día en que se encontraban reunidos el propio Tolosa, Diego de Ibarra, Cristóbal de Oñate y Baltazar Temiño de Bañielos, así como algunos otros mineros y artesanos españoles.
En 1580 se nombró al primer corregidor, pues ya para entonces Zacatecas era Alcaldía Mayor, dependiente de Nueva Galicia.
El 18 de octubre de 1585, Felipe III expidió la cédula en que se le concede título de ciudad de Nuestra Señora, a la población de las minas de Zacatecas. La Real Audiencia de Guadalajara expidió en diciembre de 1586 la orden para que se guardara y cumpliera dicha cédula y los vecinos de Zacatecas nombraban libremente a sus alcaldes y regidores; colocándola así, en el rango de las poblaciones más importantes del reino de la Nueva Galicia.
Como complemento a la distinción antes mencionada, concediósele también el título de Muy noble y Leal Ciudad, así como escudo de armas, en recompensa de su lealtad y servicios prestados por sus habitantes, en cédulas respectivas despachadas por el mismo Felipe II en San Lorenzo del Escorial, el 20 de julio de 1588.
Cuando la flamante ciudad de Nuestra Señora de los Zacatecas tuvo su primer ayuntamiento (1587), ya contaba con hospital, con una ermita en la cima del cerro de la Bufa para su venerada Virgen del Patrocinio, con palenque de gallos y sitio para corridas de toros; ya tenía templo parroquial y tres conventos: El de San Francisco de Asís, el de Santo Domingo y el de San Agustín y más tarde se erigirían los de la Merced y San Juan de Dios y se fundaría el colegio de la Compañía de Jesús.
2.-EMPLAZAMIENTO
La ciudad de Zacatecas, se localiza geográficamente en el corazón de la República Mexicana.
Los cerros de la Bufa, la Virgen, Clérigos, El Padre y el Grillo, limitan y forman la cañada de Zacatecas donde se asienta la ciudad, pequeños escurrimientos que bajan de estas elevaciones drenan las aguas, pluviales y negras, por el lecho de la cañada y forman el Arroyo de la Plata, hacia Guadalupe por el Oriente.
Zacatecas se encuentra en una irregular hondonada de manera que las calles y edificios suben y bajan siguiendo los desniveles de la topografía.
Casi todas las tierras bajas, ahora completamente desforestadas estuvieron cubiertas de mezquites, palmas, magueyes y nopales que formaban intrincados bosques de xerófilas.
El edificio de la catedral se encuentra ubicado en la zona central de la ciudad, casi en los niveles más bajos del lecho de la cañada.
Debido a la impecable conservación de la zona histórica de la ciudad, este edifcio no obstante de ser único por sus características arquitectónicas, se encuentra perfectamente integrado con el resto del conjunto urbano, destacando armoniosamente entre las construcciones de diferentes épocas y estilos que le rodean y que al mismo tiempo, le sirven de marco para lucir su espléndida belleza.
Al oriente el tercio posterior del edificio, se encuentra oculto entre construcciones adosadas, por lo que cuenta solamente con tres fachadas; la principal está expuesta al poniente; carece de atrio y es limitada por una calle de regular anchura.
La fachada lateral norte, flanquea un extremo de la plaza cívica y forma una escuadra hacia el lado oriente con el tercer piso de una construcción del siglo XIX, que descansa sobre grandes arcos apoyados sobre el paramento de la catedral, generando en la parte inferior, un singular callejón techado. La fachada sur, forma también una escuadra o rinconada hacia el oriente con construcciones civiles, mostrándose hacia una plazoleta de forma triangular de reciente construcción (1983) que se integra a la pendiente de la calle lateral, en forma escalonada. Sus dos magníficas torres formadas de dos cuerpos cada una, le otorgan al templo la peculiaridad de ser aun la edificación de mayor altura en toda la ciudad haciéndole distinguible, casi desde cualquier punto de la misma.
3.-HISTORIA
Existen edificios que encierran gran importancia para el movimiento artístico del virreinato, independientemente de su propio mérito artístico. La antigua parroquia de Zacatecas, edificada suntuosamente por la liberalidad de los mineros zacatecanos y convertida más tarde en catedral,es uno de ellos. (1)
Es interesante observar que los constructores de este monumento parece que tenían en la mente la idea de una catedral cuando solo levantaban una parroquia. Así lo indican sus tres anchurosas naves, sus tres soberbias portadas y sus torres, levantadas más tarde.
Anteriores al actual, existieron dos templos parroquiales por lo menos. Su historia no es tan clara como fuera de desearse, pero procuraremos consignar los datos verídicos más importantes. El primer cura párroco que se menciona es el Lic. Fernando Maldonado de 1558 a 1562. Parece que su templo fue provicional o de poca importancia ya que en la primera de las fechas, Zacatecas llevaba diez años de fundada.
El nuevo templo fue construido según parece de 1567 a 1585 pero, arruinado a principios de siglo XVII, fue comenzado otro hacia 1612 y concluido en 1625. Duró bastantes años, casi un siglo, y se dice que su arquitecto fue Francisco Jiménez.
Para principios del siglo XVIII se encontraba deteriorado y en 1718 se comenzó la obra del actual monumento que fue solemnemente dedicado el 15 de agosto de 1752.
Tenían entonces solo la gran fachada principal y el primer cuerpo de la torre del lado sur, la cual fue concluida hasta el 5 de enero de 1782. Las portadas laterales parecen ser también posteriores a la dedicación, pues no figuran en la descripción publicada por el padre Miqueo en 1752 al respecto.
Se construyó el altar para el culto a la Virgen en 1761 en cuyo lugar se colocó una nueva imagen de Nuestra Señora de los Zacatecas, que costeó el Conde de Casafiel Don Francisco Xavier de Aristoarena y Lanz.
En el año de 1836 fue sustituida la vieja cúpula colonial, por otra que se imitó de modo poco feliz a la que corona el templo de Loreto en la ciudad de México.
El templo recibió categoría catedralicia el 5 de junio de 1864 según la bula Romana ecclesia expedida por Pio IX el 26 de enero de 1863 y anunciada en el consistorio el 16 de marzo del mismo año, por medio de la cual junto con Zacatecas se constituyeron las diócesis de: Chilapa, Tulancingo, Veracruz, León, Querétaro y Zamora; mas el vicariato apostólico de Tamaulipas; así como también Michoacán y Guadalajara fueron elevadas a arquidiócesis. El 12 de junio de 1864 el Dr. Ignacio Mateo Guerra tomó posesión como primer obispo de Zacatecas, instalándose el cabildo eclesiástico el 1º de noviembre del mismo año.
La parroquia continuó con la torre norte inconclusa hasta el año de 1904, en que el maestro Dámaso Muñetón, alarife de Jeréz, copió fielmente la torre existente. Levantando la faltante para completar el conjunto de la iglesia.
La primera piedra de dicha torre se bendijo el 1º de junio de ese mismo año, por el excelentísimo señor obispo Fray José Guadalupe de Jesús Alba y Franco, y se terminó y bendijo el 8 de diciembre del año de 1906. Se llama La torre de la Inmaculada.
Su costo lo sufragó la señorita Josefina Brillanti y Ferniza, y ascendió a, quince mil pesos porfirianos.
Debido a sus características especiales sigue siendo la catedral de Zacatecas, materia inagotable para los estudiosos del tema. Variadas personas y algunos eruditos han hecho tratados de ella, destacando las grandes virtudes de este singular edificio y de lo que constituye para la historia del Arte en México. Don Francisco de la Maza entre ellos la define así: Es la catedral la joya arquitectónica por excelencia de Zacatecas. Es desde luego, una de las obras mas representativas del barroco mexicano, es decir de ese barroco opulento y magnífico, matizado de indigenas, tan diferente al europeo en su técnica, en su espíritu y en su simbolismo internos. (2)
En la fachada aparecen adornos de conchas, acanto, trigo, vid, ángeles y querubines.
Las estatuas son trece: Cristo y sus apóstoles; colocadas cada una en su respectivo nicho formando así, la cena de Jueves Santo. Al centro la ventana circular del coro es rodeada por racimos de uvas y pequeños niños músicos, semejando el viril de una custodia a la que montan guardia en las esquinas, los cuatro doctores de la iglesia latina tratados en relieve. Arriba cerca del remate y perdiéndose entre una gloria de follaje y ángeles músicos, se localiza un Padre Eterno anacrónico de tipo romántico, que preside el Misterio Eucarístico que se desarrolla a sus pies.
En el primer cuerpo, la puerta principal se forma por un arco doble; el interior mixtilíneo y el exterior semicircular desgarrado por relieves vegetales y figuras de querubines; su clave es una imagen de la Virgen con corona y una media luna a sus pies. Flanquean el pórtico dos trios de columnas con fuste decorado por tallos de vid en espiral; entre ellas se encuentra un nicho con un apóstol, son cuatro en total. En el segundo cuerpo que separan del primero un ático y una cornisa continúan las mismas seis columnas, variando en su decoración; las tres de cada lado son distintas entre sí; las ornamentan: conchas, vides y acantos; tienen los mismos nichos y flanquean los lados de la ventana central, cuya clave es un ángel sosteniendo una custodia. El tercer cuerpo se desplanta también sobre un ático, continuando solo dos de las columnas centrales del segundo cuerpo, entre ellas se desplantan dos más sobre ménsulas para volver a ser seis, cambiando también de decoración; ahora son hojas, cariatidas y niños; entre ellas se abren cinco nichos, en el central se destaca majestuosa la figura de Jesucristo con un globo en la mano. Sobre la cornisa de este cuerpo y rodeándole, arranca una faja de ornatos vegetales y ángeles en relieve que a manera de un tapiz barroco terminan la gran fachada, donde se encuentra el Padre Eterno.
La portada de Nuestra Señora expuesta al sur, consta de dos cuerpos y es de un barroco exquisito más a la europea. Su puerta es de medio punto y la enmarca una ornamentación de medallones de entalladura geométrica, llevando un arcángel por clave; la flanquean dos vigorosas columnas de fuste decorado por vegetales en espiral, que sostienen el entablamento que separa a ambos cuerpos. Sobre éste, continúan otras dos columnas salomónicas, que a su vez soportan el entablamento superior del remate; al centro de ellas se abre un nicho con la imagen de la Virgen, formado por dos columnas cariatidas que se desplantan en ménsulas. Ocupando los espacios entre columnas y nichos, se encuentran en relieve medallones ovalados con santos clérigos y ornamentos que hacia arriba, rematan con un niño sosteniendo una concha. Sobre las cornisas del remate se yerguen a los extremos, dos elegantes figuras de arcángeles y al centro una fina cruz labrada que semeja filigrana.
La portada del Santo Cristo que mira al norte, no solo es distinta sino exót ica. Consta también de dos cuerpos; el primero, tiene un sobrio ornamento con su arco de medio punto y su entablamento sencillo; lo soportan a manera de columnas, dos ángeles atlantes que estiran sus brazos para detener el capitel y cuyo fuste es cubierto por espirales vegetales. El segundo cuerpo es un verdadero retablo popular, en el que se nos muestran con deliciosa ingenuidad, las desproporcionadas figuras en relieve de Cristo, flanqueado por la Virgen y San Juan, dispuestas de una manera arcaizante; las enmarcan dos sobrias pilastras estípites soportantes de un alto ático, donde el centro de su cornisa y desde un baldaquino descuelga una cortina de piedra que cobija las imágenes centrales. Remata a estos cuerpos en la parte superior, un relieve de perfil barroco delimitado por molduras que contiene una singular trinidad; en la parte superior está el Dios Padre anciano, en vigoroso alto relieve; a sus pies, el Espíritu Santo en forma de paloma con las alas extendidas y custodiada por dos ángeles, que sostienen el palo de la Verónica, donde aparece el rostro del Dios Hijo.
Las torres de la catedral son bellas y esbeltas, se componen de dos cuerpos, un cupulín semiesférico y una linternilla; en cada torre se abren dieciseis campaniles. Sus columnas, pilastras y cornisas, se ornamentan también ricamente con vegetación barroca. Aunque el estilo de las torres es distinto al de las portadas, se integran perfectamente a ellas, formando un increible y armónico conjunto.
El edificio se desarrolla sobre una planta de cruz latina y dos naves laterales; la nave principal y el crucero tienen bóveda de arista; las laterales un poco más bajas se cubren con bóvedas vaídas. Los soportes son grandes pilares de sección cuadrada, que reciben muestras de orden toscano, con un relieve de ornato en zig zag, en su primer tercio que provoca un sutil movimiento visual de toda la estructura. Su cúpula es neoclásica, sin ornamentos y se apoya sobre un tambor octagonal.
El coro descansa sobre un arco de tres centros y se encuentra entre los cubos de las torres donde se albergan dos capillas laterales. La sacristía se ubica al fondo y ocupa la nave central más la de la epístola, a la nave del evangelio corresponde una estancia. Sus antiguos retablos desaparecieron, el principal nunca se realizó; los altares actuales son neoclásicos del siglo XIX y sin mayor relevancia. De su ornamentación interior se conservan las claves bellamente talladas, de las que destacan entre hojas y frutos, imágenes y alegorías.
En la nave central se muestran obispos y santos clérigos, resaltando su categoría de iglesia mayor.
Las de la nave derecha son alegorías, relativas a la vida de la Virgen y corresponden al altar que al fondo se asigna a la imagen de Nuestra Señora de los Zacatecas, así como a la portada lateral exterior (sur) que a la misma imagen se dedica. Las de la nave izquierda son símbolos de la pasión de Jesús, correspondientes también al altar del Santo Cristo al fondo de la nave y a la portada exterior norte.
Le hacen caso excepcional en la arquitectura virreinal a este templo, sus tres fachadas que son completamente distintas entre sí. La principal a modo de un gigantesco retablo consta de tres cuerpos y se remata en dos róleos abiertos, semejando un arco conopial despuntado. Es todo un homenaje en piedra labrada a la eucaristía.
4.-NOTAS Y BIBLIOGRAFIA
(1). De la Maza, Francisco. México en el Arte. Nº 7, Primavera de 1949. El arte en la Ciudad de Nuestra Señora de los Zacatecas. p.11.
(2). De la Maza, Francisco. Op. cit. p.11.
Amador, Elias. Bosquejos históricos de Zacatecas. Partido Revolucionario Institucional. C.D. Estatal. México, 1982.
Esparza, Cuauhtémoc. Fasiculo de la Historia de Zacatecas. Enciclopedia de México. México, 1977.
Toussaint, Manuel. La Catedral de Zacatecas. Con notas de Don Federico Sescosse, Artes de México en Zacatecas Nº 194/195. Año XXII.
Cuevas, Mariano. S.J. Historia de la Iglesia en México. Ediciones Cervantes. México, 1942.
Bayón, Damián. Carta de Zacatecas. Banco Mercantil de Zacatecas. Zacatecas, 1983.
Varela de la Torre, José María, Rev. Un poema en cantera rosa. Banamex en Zacatecas. México, 1981.
Universidad Autónoma de Zacatecas. Estado de Zacatecas y ciudad de Zacatecas. Enciclopedia de México, 1977.
Universidad Autónoma de Zacatecas. Anuarios de Historia. Departamento de Investigaciones Históricas. 1977-1978.
Elaboró: Arq. Alberto Gómez (Bohabit), 1985.
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Nuestra Señora de los Zacatecas (Catedral)