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Nuestro Señor de Araro
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000519
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000519
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
Al igual que en Zinapécuaro, fueron los otomíes los primeros que poblaron Araró, habiéndose establecido estas tibus en la parte oriental del actual estado de Michoacán. La cerámica encontrada en la zona denota fuerte influencia de la conocida como Chupicuaro, lo que sitúa los primeros asentamientos en el horizonte clásico, de 300 años A.C. a 900 D.C. Arriban mas tarde al territorio tribus pre-tarascas, pero son los tarascos propiamente dichos quienes, guiados por Chapa, nieto de Tariácuri, conquistan después de cruentas luchas Etucuaro, donde el mencionado jefe conquistó un pedazo de los otomíes que moraban allí, hasta llegar a tomar asiento en el pueblo de Araró. (1)
Fueron estos mal llamados tarascos, ya que su nombre real es purépechas, quienes en su idioma dieron el nombre de Araró al poblado, lo que según Fray Alonso de Rea proviene de la costumbre indígena de perforarse nariz y orejas en honor de su dios principal, Curicaveri, para colgarse igual que éste adornos de plata, y era en Araró donde se hacia la ritual perforación. Así, para este autor, el significado de tal vocablo es Lugar donde se agujeran los tarascos (SIC) las orejas y las narices (2). Otros autores consignan el significado como Lugar apartado (3), derivándolo del vocablo ararani, apartarse.
El acicazgo de Araró adquirió gran importancia hasta antes de la conquista española, siendo mando de la región y el mismo Zinapécuaro dependió de él en lo político. En lo religioso, los purepechas depositaban en los hervideros de araró los corazones de los prisioneros sacrificados a Curaváperi, su diosa mayor, que tenía asiento en el cercano Zinapecuaro.
Si grande fue la importancia de Araró bajo el reinado purepecha en lo religioso y político, no lo fue menos en lo económico, ya que, además de otros productos, fué gran proveedor de sal, la cual se obtenía, y aun se obtiene, de los hervideros, brote de aguas termales de alta temperatura, y de estas salinas era llevada directamente a la casa del Cazonci o Rey.
Durante el virreinato fueron famosos sus baños, que Fray Matías de Escobar menciona cuando dice en 1729 a distancia de seis leguas, (de Zinápecuaro) poco más, están (los baños) de Araró. Tan frecuentados que apenas se desocupan...(4). Al igual que en Zitácuaro y otros numerosos poblados de la región, fueron los religiosos de la Orden de San Francisco de Asís, quienes llevaron a cabo la labor evangelizadora en Araró.
2.-EMPLAZAMIENTO
Tenencia del municipio de Zitácuaro actualmente, Araró está situado al noreste del estado de Michoacán, en la ribera oriente e la laguna de Cuitzeo, y antiguamente ostentó el nombre un tanto pomposo de San Buenaventura de Aguas Calientes de Araró, el cual hacía alusión a los hervideros, brotes de aguas termales con alto índice de azufre y llevadas temperaturas existen en él desde tiempos prehispánicos, los cuales hasta la fecha surgen en nuevos sitios y desaparecen en otros.
El poblado dista de la laguna escasamente un kilómetro, y se arriba a el a través de un camino que se desprende de la carretera que va de Zinapécuaro a Acámbaro, aproximadamente a cinco kilómetros del primero, el cual desciende en suave pendiente hacia laguna y poblado.
Con su eje principal orientado sur-norte y su portada hacia este último punto, el templo y santuario del Señor de Araró se encuentra situado en la parte baja de la población, de traza reticular en su mayor parte. Al frente del templo se encuentra la plaza principal, de la cual cabe consignar su agradable vegetación y la permanencia del tradicional kiosko, que trae a la memoria reminiscencias de paz y tranquilidad provinciana y sonidos de las melodiosas bandas durante la serenata que daba motivo de distracción y alegría a los habitantes. En la estructura urbana que conserva antañonas casas de tradicionales techos de teja, se mezclan construcciones de materiales no tradicionales las cuales no rompen aun con excesivas alturas el perfil bajo del poblado, en el cual sobresale la mole del templo, destacando en el cielo y laguna su cúpula y torre apuntando al infinito.
3.-HISTORIA
Dice la tradición que el Señor de Araró se llama así por haber tenido los primeros cultos en las salinas de un pueblo conocido bajo este nombre, en donde estuvo colocada la imagen desde el principio del siglo XVI, en una pobre y humilde capilla de adobe, hasta que se trasladó al templo en que hoy se venera (5). Tal capilla estuvo en el lugar que hasta la fecha se denomina los mezquititos.
Tras la conquista de Zinapécuaro efectuada por don Nicolás Montañez, cacique de Jilotepec, en 1526, y de que el Virrey don Antonio de Mendoza hiciera construir en tal población un presidio o fuerte para defensa contra las hordas chichimecas, los frailes Franciscanos se hicieron cargo de esa doctrina hacia 1530, levantando ahí convento e iglesia. Se adjudicó a la doctrina de Zinapécuaro como visitas los pueblos de Taimeo, Coro, Bocaneo y Araró, siendo este último el que tenía mayor número de naturales. Con la ayuda y trabajo de éstos, los franciscanos levantaron en el poblado una iglesia a fines del siglo XVI, colocando en ella un venerable Cristo cuya devoción creció con el tiempo y que es conocido como el Señor de Araró.
No existen noticias documentadas del actual templo sino hasta el año de 1761, en el cual los franciscanos estaban por terminar su construción. Es posible que en el largo periodo transcurrido desde fines del siglo XVI a esta fecha, haya existido algún otro templo dedicado al Señor de Araró, ya que no es creible que la imagen permaneciese doscientos años en la capilla de los mezquititos, dada la veneración que tuvo.
José Guadalupe Romero nos dice que El templo... sin duda fué construido en terreno poco sólido porque el temblor del 7 de abril de 1845 se resintó toda la fábrica y aun se temió su destrucción; con tal motivo mandó el gobierno civil hacer un reconocimiento, y en el informe que dió el comisionado asegura que el edificio estuvo al desplomarse por la causa indicada. Por fin se reparó solidamente en 1847 (6). Es posible que de esta fecha provengan los pesados contrafuertes que en forma de arcos botareles refuerzan los muros del templo, así como la actual torre o, al menos, algunos elementos de ella, ya que su diseño no corresponde al estilo en boga de mediados del siglo XVIII en que se construyó el templo.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
Antecedido por amplísimo espacio atrial delimitado por barda atrial baja con pilastras y remates periformes ritmicamente distribuidas, en el cual se abren tres puertas de acceso, el templo del Señor de Araró se encuentra actualmente confinado entre dos construcciones adosadas a sus costados ambas ocupadas por dependencias de la iglesia, los cuales ocultan los contrafuertes que refuerzan sus muros laterales.
Sobre el limpio muro aplanado de su fachada, sobresale la cantera de la portada que se desarrolla a partir de la puerta cerrada por arco de medio punto sobre pilastras tableradas sin basamento. En la saliente clave del arco, el rostro de un angelillo con una venera sobre él le da alegre toque a la rigidez de la sencilla molduración. Enmarcan al vano dos pilastras entableradas con alto basamento de voladas molduraciones cerrado por un entablamento sobre el cual se asientan tres esculturas representando al Padre Eterno al centro, y a los lados San Pedro y San Pablo. Sobre ellas una cornisa da lugar a que en los paños formados entre las imágenes se labren medallones. Dos curiosos remates triángulares, con tres pirámides realzadas en sus vértices que confluyen a una cuarta central, simbolizan la unidad de la Santísima Trinidad en un solo Dios verdadero.
Entre ambos remates, la ventana coral encierra su vano rectangular en jambas entableradas que continúan en el cerramiento cuya clave repite el motivo de la del arco de entrada, sólo que en ese caso como querubín. Una cornisa sobre el cerramiento sostiene dos remates caprichosos y entre ellos, sobre volada peana, se asienta una Virgen María; todavía sobre ella, una cruz acentúael simbolismo de la iconografía de esta portada, que se cierra con cortinajes en abultado relieve. Como remate del imafronte, una cornisa de cantera asciende en suave pendiente para cerrarse en forma de arco.
La torre, situada a la izquierda de la portada, arranca su primer cuerpo de cantera y planta cuadrada sobre el liso paño aplanado que, en solución de continuidad con la fachada, no acusa su cubo de soporte, solo abierto por dos pequeñas ventanas. Este primer cuerpo presenta cuatro vanos para campanas, uno en cada cara, entre dos nichos hoy vacios. Separado de éste por doble cornisa, el segundo cuerpo de base octogonal abre sus ocho vaños campanarios, aunque el del frente se ocupa por un reloj. Un alto tambor lo corona y sobre él una cubierta piramidal se cierra en un cupulín con cruz en su pináculo. Se destaca sobre el crucero la peraltada cúpula de gajos de planta octogonal, cuyo remate es gracioso cupulín con cubierta semiesférica y cruz en su remate.
En su interior, el templo muestra su planta de cruz latina, con coro alto sobre arco rebajado y bóveda de arista en la entrada, y en el muro izquierdo del sotocoro se encuentra la entrada al bautisterio situado bajo la torre. En el crucero cuatro arcos sobre pilastras generan pechinas, sobre las cuales un tambor octogonal con ventanas en cada cara sostiene la cúpula de gajos.
El altar principal de dos cuerpos, asentado sobre el recto muro absidal, es neoclásico de cantera al igual que los dos de las capillas laterales alojadas en los brazos de la cruz y otrro dos mas adosados a los muros de la nave. La cubierta de ésta es de cañón corrido, cortada por arcos asentados en pilastras en tres tramos, de cuyos capiteles parte, uniéndolos, una cornisa que recorre el total de los muros la que, al quebrarse para seguir el perfil de las altas ventanas que iluminan la nave da movimiento a la composición, rematando tal cornisa en los muros absidal y de fachada.
5.-OBRAS DE ARTE
Habría que destacar, en primer lugar, la iconografía de la portada, de buena calidad en su labrada cantería y en la cual se valora no sólo el simbolismo en ella contenido, sino los valores artísticos y expresividad de las esculturas, en especial las del Padre Eterno y de San Pedro y San Pablo, cuyo privitimismo y proporciones nos remiten a la época del románico en una interpretación que acusa influencia indígenas.
En el interior, el Señor de Araró es indiscutiblemente la obra de mayor valor artístico e histórico del templo. Bella escultura del Cristo en la Cruz, data del siglo XVI, y fué fabricada con la antigua formula que emplea pasta de caña de maíz aglutinada con jugo de orquideas, posiblemente en el taller que los artistas españoles de apellido Cerda instalaron en ese siglo en Pátzcuaro. Con un peso increible de 12 kilógramos, para tamaño que es el correspondiente a un adulto, esta hermosa imagen es motivo de veneración por infinidad de fieles devotos y se encuentra en el lugar de Honor en el altar mayor del templo.
De entre las numerosas imágenes y cuadros del templo, destacan por su calidad una Virgen del Carmen, escultura que se encuentra, con el niño en brazos y ricas coronas en ambas testas, en un altar lateral: Un San Pedro, escultura estofada de antigüedad y fábrica valiosas; un Nazareno coronado de espinas sobre una peana; la Virgen María en su invocación de la Inmaculada Concepción, situada en el presbiterio, así como los lienzos al oleo que en las capilla laterales, representan a la Santísima Trinidad y a la Virgen de Guadalupe.
Otras esculturas y cuadros de menor calidad complementan el acervo artístico de este santuario tanto en altares como en muros y en las pechinas del crucero, cuya relación se hace prolija para el corto espacio disponible.
6.-NOTAS BIBLIOGRAFICAS
1. López Lara, Ramón. ZINAPCUARO. Pág. 55 - 56.
2. López Lara, Ramón. BREVE HISTORIA DEL SEÑOR DE ARARO. Pág. 5 - 6.
3. Robelo, Cecilio A. TOPONIMIA TARASCO - HISPANO - NAHOA. Pág. 171.
4. Escobar, Fray Matías de. AMERICANA THEBAIDA. Pág. 49.
5. López Lara, Ramón. BREVE HISTORIA DEL SEÑOR DE ARARO.
Pág. 14.
6. Romero, Joé Guadalupe. NOTICIAS PARA FORMAR LA HISTORIA Y ESTADISTICA DEL OBISPADO DE MICHOACAN. Pág. 62.
7.-BIBLIOGRAFIA
López Lara, Ramón. ZINAPECUARO. Imprenta Madero, México, 1977. Monografías Municipales.
López Lara, Ramón. BREVE HISTORIA DEL SEÑOR DE ARARO Y SU SANTUARIO S.P.I., S.L.E., S.F.
Robelo, Cecilio A. TOPONIMIA TARASCO - HISPANO - NAHOA. Editorial Erandi del Gobierno del Estado de Michoacán Morelia, 1962.
Escobar, Fray Matías de. AMERICANA THEBAIDA. Balsal Editores. Morelia, 1970. Colección Documentos y Testimonios, 3.
Romero, José Guadalupe. NOTICIAS PARA FORMAR LA HISTORIA Y ESTADISTICA DEL OBISPADO DE MICHOACAN. Fimax, Publicistas. Morelia, 1972. Colección Estudios Michoacanos, I.
ELABORO: ARQ. RAMON M. BONFIL
FECHA: 1985.
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