Imagen principal
Nombre del Inmueble
Purísima Concepción
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001183
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001183
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
Cuexcomatitlán y otros varios pueblos situados en las riberas del lago de Cajititlán estuvieron rudimentariamente organizados desde épocas muy remotas. Es posible que los primitivos grupos asentados en el área hayan sido cazadores y pescadores que aprovecharon la riqueza que ofrecía el embalse. Los datos más precisos sobre los tiempos más antiguos de la región se refieren a los momentos en que ocurrieron algunos intercambios culturales entre los pobladores originales y contingentes de otras filiaciones que dejaron algunos rasgos interesantes entre los que destacan ciertos manejos de la lengua náhuatl; en efecto, el mismo nombre de la población se ha interpretado como lugar de cuaxtecomates, ... pequeños y rudimentarios silos de piedra apilada donde los indigenas guardaban el maíz (1).
A principios del siglo XVI fue fundado el tlatoanazgo -o cacicazgo- de Tlajomulco con una gran comunidad de indígenas de ascendencia coca. Desde 1519 (2) dependieron de aquella jerarquía, entre otros, los pueblos de Caxititlan (Cajititlán), Atliztaque, o Atlixtac (Santa Anita) y Xochitlán (San Juan) además de Cuyútlan y Cuezcomatitan (Cuexcomatitlán), que eran reconocidos como pequeños pero relativamente importantes cacicazgos (3). Todos estos asentamientos ofrecieron obediencia a las tropas de Nuño Beltrán de Guzmán cuando llegó a la región en 1530 (4) y cuando en 1542 (5) los conquistadores decidieron reorganizar la distribución de los naturales en los varios pueblos que ya existían en la actual zona central de Jalisco.
Los frailes franciscanos, que misionaban por los poblados después de que se consumaban las acciones de conquista y de que comenzaban a funcionar las fundaciones a la manera española, fueron los encargados de colaborar en la definición de las áreas propias del pueblo de Cuexcomatitlán así como, claro, en la evangelización de los naturales y en la disposición de un primer recinto religioso.
El tamaño y la importancia relativa de Cuexcomatitlán se aunaron a su ubicación respecto del lago y del camino que conducía de Tlajomulco a Cajititlán y sugieren, además que tuvo varios atractivos que no pasaron por alto ni los colonizadores ni los religiosos de San Francisco.
2.-EMPLAZAMIENTO
Cuexcomatitlán ofrece, como tantos otros pueblos situados junto a grandes depósitos de agua, una serie de perspectivas, de paisajes y de relaciones espaciales verdaderamente notables en la medida en que los cerros y el lago forman marcos contrastantes en medio de los cuales se asienta la arquitectura como una de las expresiones de la ocupación humana del sitio. La estructura urbana del poblado, por otra parte, es muy peculiar en virtud de no haberse partido de un esquema tradicional en el cual una plaza principal sea la encargada de orientar visuales o circulaciones. Si acaso así ocurrió en una primera etapa, es posible que el modelo haya sido abandonado y los terrenos se hayan redispuesto siguiendo más la topografía del lugar o las variables cercanías que se van teniendo a la orilla del lago.
La capilla de la Purísima Concepción se encuentra más cerca del embalse que del actual acceso al pueblo: eso se explica porque se trata de un edificio histórico que quizá se erigió en las cercanías del conjunto urbano cuando éste era mucho más reducido. La actualidad de la capilla incluye un contexto inmediato del mayor interés pues hacia sus costados este y sureste se encuentra el lago a relativamente pocos metros mientras el espacio que debía ser exclusivo del atrio es prácticamente todo un cementerio. Sólo dos calles desempeñan papeles de interés en el entorno de la capilla: las que les sirven de vías de acceso y de límites de la propiedad federal por el sur y por el norte; los demás componentes de la región de la capilla son varias de las casas vecinas a las que definen sus bardas, sus corrales o sus patios, por el poniente. El oriente enmarca varios lotes baldíos y una serie importante de visuales hacia el lago.
3.-HISTORIA
Es posible que en todos los pueblos ribereños del lago de Cajititlán se hayan construido recintos religiosos a partir del mismo siglo XVI; los edificios que sobreviven son originarios de otro período que quizá abarcó de principios del XVII a finales del XVIII. Cuexcomatitlán tuvo un importante conjunto formado por una iglesia y un convento franciscano del que todavía quedan rastros. En muchas construcciones del poblado se conservan piedras labradas (6) integradas tanto a bardas como a brocales de pozos y otras obras; esas piezas son los únicos testigos de lo que pudo tener la iglesia pues del convento, que fue demolido hace no tantos años, se tienen, como consuelo, algunas fotografías (7).
La actual capilla de La Purísima Concepción es un conjunto cuya erección se terminó hacia 1750 (8); esa noticia seguramente se refiere a una primera etapa constructiva que incluyó algunos aspectos de la superestructura y la portada. Es evidente que los muros, que son de adobe lo mismo que los contrafuertes que los refuerzan, son muy anteriores al cubo del campanario y a otros elementos. La sencillez de la portada sugiere por lo menos una intervención que modificó el diseño que debió haber ostentado primitivamente.
En ésta, como en muchas otras construcciones de carácter popular, poco se sabe del desarrollo histórico de los trabajos, pues la mayor parte de los resultados formales observables hoy día se deben a modificaciones o readaptaciones que han tenido lugar en el curso de los últimos años. Del aspecto original sólo se pueden suponer algunos rasgos del mismo modo que de los objetos del interior sólo se pueden recoger algunas tradiciones y leyendas como la que circula en el pueblo en el sentido de que la imagen de la Concepción ha realizado diversos actos milagrosos y se ha negado a salir de la iglesia.
El Cristo crucificado que forma parte del arreglo del presbiterio es uno de los motivos de orgullo del templo dadas su antigüedad y la calidad vernácula de la mano de obra que lo ejecutó. Es prácticamente imposible tratar de establecer si esa figura o la de la Virgen de la Concepción formaron parte de algún retablo, pero lo que sí es obvio es que todo en el presbiterio, excepción hecha quizá de una pieza de piedra labrada, fue organizado en el pasado reciente. La ausencia de coro no puede considerarse un rasgo histórico además de que las tendencias neoclásicas del siglo pasado no parecen haber dejado huella importante en el conjunto. Los resanes, lo mismo que el grupo de soluciones que ostenta hoy el inmueble, son, pues, resultado de trabajos realizados en los últimos años.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
La capilla de La Purísima Concepción está formada por un grupo de volúmenes que participan de la vida del pueblo a través de varios ángulos. A falta de una plaza en la cual se ordenen las visuales y las circulaciones, la calle que limita el ábside del conjunto se comunica con el espacio religioso gracias a un arco de piedra labrada que une el paramento de la fachada lateral oriente con el muro que señala la colindancia con una de las casas vecinas; la calle por la que se llega a la capilla continúa hasta encontrarse con el lago: unos metros antes, sin embargo, se halla una humilde puerta por la que debe accederse al cementerio, espacio que, como atrio, vestibula el último trecho hacia la portada de la iglesia.
La modestia de la comunidad de Cuexcomatitlán se expresa casi en todo, pero se acentúa en su cementerio: ahí coexisten sepulturas limpias con lápidas y cruces abandonadas y todo, hasta los árboles, con un paisaje sereno y vasto que se debe al lago. Las construcciones más formales son las bardas de los vecinos, por el poniente, y la fachada de la capilla, por el sur.
Esa fachada está integrada por la portada y por una espadaña primitiva que resulta desproporcionada para las dimensiones del cubo que la soporta; la portada es un ejemplo tosco pero sobrio pues no consta sino de un pequeño arco de medio punto que arranca de impostas molduradas sobre unas jambas sin mayores pretensiones, todo lo cual se encuentra flanqueado por un par de pilastras que van estriadas como las secciones de un rudimentario entablamento sobre el que corre otra moldura en la que parece descansar la ventana del coro. Esa ventana tiene toda la apariencia de ser una añadido muy posterior sobre cuyas conveniencias se dio marcha atrás en algún momento reciente, de manera que se le tapió.
El aplanado con que se dotó a la fachada no incluyó a la portada, de modo que se presenta en el inmueble una solución inusual que consiste en mantener de piedra el campo de la portada y aplanado todo el resto del paramento incluyendo, claro, el remate de la portada, componente al que, según parece, no se le concedieron mayores valores históricos o artísticos. En las perspectivas desde el noreste el edificio se presenta como si fuera más grande de lo que es en realidad: a formar esa apreciación contribuyen los varios paños de sus elementos verticales y, claro, las calidades individuales de sus distintos materiales.
El interior del recinto es largo y estrecho: su trazo partió de una planta rectangular en la que no hay elementos dispuestos sobre los muros laterales distintos de unas medias muestras que evidentemente coinciden con los contrafuertes del exterior y a las que se les ha asignado una función decorativa muy peculiar pues se les ha cubierto con tramos de lienzos a modo de cortinas que las ocultan siguiendo con toda fidelidad la curvatura de sus fustes.
La diferencia entre el área de feligresía y el presbiterio la establece un arco triunfal escarzano de reciente factura; antes de él, la cubierta, que es plana, no oculta haber sido construida atendiendo a la tradición regional de utilizar viguetas de acero y bóvedas catalanas. Sobre el área del altar la techumbre se resolvió con una bóveda de arista. El presbiterio propiamente dicho es un conjunto en el que, salvo las imágenes, no destaca un solo elemento: atrás del altar se levantó un murete escalonado que parece señalar -o conducir- hacia el nicho en el que se aloja la Virgen titular del templo; el efecto es poco afortunado, lo mismo que el de la escalinata que une a la nave con el sitio del oficiante.
5.-NOTAS Y BIBLIOGRAFIA
(1) RUBIN, Ramón. Lago Cajititlán. Colección Jalisco en el Arte. p.29 y 31. Jalisco, 1960.
(2) OROZCO, Luis Enrique. Iconografía Mariana de la Arquidiócesis de Guadalajara. Tomo I, p.148. Jalisco, 1954.
(3) DAVILA Garibi, José Ignacio. Apuntes para la Historia de la Iglesia en Guadalajara. Tomo Primero, Editorial Cultura, T.G., S.A., p.108 y 109. México, 1957.
(4) OROZCO, Luis Enrique. Op. cit., p.148.
(5) OROZCO, Luis Enrique. Op. cit., p.148.
(6) RUBIN, Ramón. Op. cit., p.35.
(7) RUBIN, Ramón. Op. cit., p.80 y 81.
(8) Cuarto Centenario de la Fundación del Obispado de Guadalajara. Artes Gráficas, S.A., p.44. Jalisco, 1948.
Enciclopedia de México, tomos 5 y 7, segunda edición. México, 1977.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
Purísima Concepción