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Nombre del Inmueble
San Blas
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001935
Estado, Municipio, Localidad
Aguascalientes > Rincón de Romos > Pabellón de Hidalgo (010070030)
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-001935
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
El sexto obispo de Guadalajara, Alonso de la Mota y Escobar cuando ésta era la capital de la Nueva Galicia y a los cuatro años de tenerla a su cargo, inició una vista a su extensa diócesis, todo el noroeste de México incluyendo la región de los actuales estados de Coahuila y Nuevo León. Se tardó tres años en recorrerla y como afortunadamente era buen observador dejó una descripción de esa enorme zona a inicios del siglo XVII, diciendo esto de la región de Pabellón: Desde esta villa de Aguas calientes ay diez y ocho leguas de Zacatecas en las quales no ay hinguna poblazon de yndios ni españoles solo estancias de ganados mayores por las cuales se va haziendo jornada hasta llegar a Zacatecas... (1)
Uno de los primeros asentamientos de importancia en la región, salvo las haciendas que ya se consolidaban como veremos adelante, sería el pueblo de indios de San José de Gracia, creado en la última década del siglo XVII seguramente para tener mano de obra barata y cercana para la Hacienda de Pabellón en cuyas tierras se fundó. La región alrededor de Pabellón fue fundamentalmente ganadera y agrícola que surtió de productos básicos a las zonas mineras; primero Zacatecas y después Asientos de Ibarra. En 1786 la región pasará a ser una subdelegación de la Intendencia de Zacatecas, uno de los resultados de las reformas iniciadas por los borbones, la nueva dinastía francesa en el trono español.
Cuando se desató el movimiento de 1810, en su mayoría los pobladores de la región apoyaban la independencia, y a las crisis de tipo natural, sequías y exceso de lluvias, se agregan otras, fruto de la lucha armada y de la violencia que se generó; después del inicio exitoso de la lucha, Miguel Hidalgo y Costilla, en contra de la opinión de Ignacio Allende, se enfrentó en Puente de Calderón a las fuerzas reales, guiadas por Félix María Calleja, general muy hábil, sufriendo una derrota, mas por las circunstancias que por falta de pericia: la explosión de una carreta de municiones sembró el pánico en el ejército, momento que aprovechó Calleja para atacar y vencerlos. Después de esta derrota huyen hacia Huejúcar (ahora Calvillo), pasaron por Aguascalientes para después juntarse y descansar en la Hacienda de Pabellón. Allí, ocho días después de la derrota, el 25 de enero de 1811 una junta de generales despoja del mando del ejército a Hidalgo saliendo poco después hacia Acatita de Baján.
Se restablece relativamente la paz, siguiendo la lucha entre conservadores y liberales, la cual no se calma hasta las últimas décadas del siglo, y como resultado de ello sigue afectada adversamente la región, no obstante la estructura del estado se mantiene y siguen siendo los grandes latifundistas quienes controlan el gobierno local. En esa época se fraccionan muchas haciendas, pero en el momento oportuno se inicia su consolidación de nuevo. Esto se ve claramente en las cifras, ya que para 1794 hay 25 haciendas, en 1837 hay 100 y en 1910 hay 31.
Durante la revolución se convoca a una junta de generales y gobernadores en Aguascalientes en 1914, pero ante su fracaso porque Venustiano Carranza no la apoya, sigue la lucha. Es entonces que Pabellón será punto de reunión del ganado del que se encarga Francisco Villa para su envío a Estados Unidos para la compra de armas; estos son años de problemas para el agricultor y el ganadero. Al restablecerse la paz se intenta hacer un reparto agrario impedido por los hacendados que siguen siendo fuertes en Aguascalientes. Al subir Plutarco Elias Calles al poder en 1924 y ya con el nuevo gobernador se inicia por fin el reparto, pero lo que es más importante, con un gran experimento: el primer sistema de riego, para lo cual se decidió construir en 1926 en Aguascalientes una gran presa que se inicia el mismo año. La Comisión Nacional de Irrigación terminó la presa Calles en 1929 y el siguiente año se construye el canal principal. El proyecto fracasó, por lo cual la cantidad de hectáreas susceptibles a riego se redujo a la tercera parte de las 33000 hectáreas planeadas; además las aguas taparon el antiguo pueblo de San José de Gracia, el cual quedó en el vaso de la presa. Con la desaparición del pueblo se suprime el municipio de San José de Gracia uniéndose sus tierras al de Rincón de Romos pero posteriormente se vuelve a crearlo. Finalmente en 1965 se creó otro municipio, el de Pabellón de Arteaga, el más reciente del estado, tomando tierras de la antigua Hacienda de Pabellón del municipio de Rincón de Romos.
2.-EMPLAZAMIENTO
El templo de San Blas se localiza en la población de Pabellón de Hidalgo en el municipio de Rincón de Romos a 48 kilómetros al norte de la capital del estado de Aguascalientes, en los antiguos terrenos de la hacienda de Pabellón. Su topografía es relativamente plana y su vegetación es del tipo de chaparral pues llueve poco. La vid y la guayaba se cultivan abundantemente desde hace pocos años y también la ganadería abarca parte de la actividad local.
El templo está situado frente al jardín principal del poblado y rodeado de las antiguas construcciones de la famosa hacienda, destacándose las imponentes ruinas de lo que la tradición popular señala como troje y que enclavada al noroeste del templo tiene la planta de una construcción circular cuyo techo debió estar sostenido por unas enormes columnas de sección cuadrada y de gran altura que aún se conservan.
Al frente se le ha construido un pequeño atrio de estilo neocolonial a base de un pretil bajo con molduras y remates de cantera labrada. Este atrio seguramente no estaba tan definido originalmente pues las capillas de las haciendas se construían junto a la casa principal y generalmente tenían al frente una gran explanada de tierra que servía para las funciones más disímbolas tales como corridas de toros, jaripeos, concentraciones de ganado, y área de juego para los hijos de los peones y de reunión de éstos, después y antes de sus labores.
Este entorno se ha ido modificando a medida que el centro de la hacienda se transformó en el centro del pueblo, por lo que se le construyó al frente el clásico jardín central arbolado con su quiosco y bancos para la reunión de los vecinos y cuando fueron cerrando con construcciones los cuatro lados del espacio. Estas construcciones son generalmente de un solo piso, si bien muy alto y en pocas ocasiones de dos niveles. Como en toda la arquitectura colonial los muros macizos predominan sobre los vanos (sean puertas o ventanas), dando un aire muy adusto y sobrio que respondía muy eficientemente al clima y al espíritu un tanto austero de la vida que se llevaba en las haciendas.
3.-HISTORIA
El cronista de Aguascalientes, Alejandro Topete del Valle, ha investigado la historia de la Hacienda de Pabellón (2), la más grande e importante del estado. El origen de la hacienda son las tierras conocidas como El Tepetate que se otorgan al capitán don Alonso Marín Altamirano el 19 de Julio de 1597, las cuales fueron aumentadas con otras, cuatro años después (3).
En septiembre de 1644 se confirman 15 sitios de ganado mayor y 12 caballerías al capitán Guerra como propietario de la Hacienda de San Blas de Pabellón que seguramente fueron comprados poco después por el capitán don José de la Peña Durán, rico agricultor y minero que en 1696 legaliza sus tierras que para entonces ya eran 24 sitios de ganado mayor y 13 caballerías (4).
Es interesante el procedimiento por el cual se van aumentando y legalizando estas tierras. Una es obviamente la compra de tierras colindantes o cercanas. En esa región generalmente sin asentamientos indígenas hay grandes baldíos que se iran integrando y controlando tácitamente y que junto con lo adquirido son legalizados. Para eso se miden las tierras por las autoridades del rey y si son en exceso a lo que supuestamente se tiene, por medio de un pago se justifica la nueva extensión. Además siempre había tierras adicionales que el hacendado controlaba, pero que no se medían, dándose este procedimiento hasta que ya no hay baldíos.
Poco después muere el capitán Peña y por remate compra la finca el capitán don José de Mendoza y Santa Coloma, probablemente pariente de la ciudad del anterior dueño, en 1715 sin poder precisarse la fecha. Se sabe, por muerte del propietario, que por 1763, tiene una extensión de 31 sitios y caballerías, siendo ya el nuevo dueño don Ignacio Urruchúa. Al morir él queda en manos de su viuda e hijos que lo venden el 7 de febrero de 1798 a don Bernardo Triarte con una extensión de 34 sitios de ganado mayor y 11 ½ caballerías (5).
En 1740 Felipe V, rey de España, pide al Conde de Fuenclara virrey de la Nueva España, un reporte del reino. El comisionado será José Antonio Villaseñor y Sánchez que reportará lo que encontró en los dos tomos del Theatro americano. Allí describe la ciudad de Aguascalientes, y agrega: Por la parte norte tiene dos Haciendas de nombre, la una a las tres leguas y media, que es el Pavellon, y la otra a las diez, que es la Hacienda del Fuerte (6).
No se conoce nada acerca de la capilla original que había en la hacienda, siendo sustituida ésta por la que actualmente se conoce, gracias a la familia Urruchúa, nuevos dueños de Pabellón en la segunda mitad del siglo XVIII. La capilla de San Blas es churrigueresca pero era austera para la época; en ella se ve reflejada la riqueza de la finca en ese momento. Por la inscripción que tiene en la entrada se sabe que se terminó de construir el 2 de febrero de 1782.
Después de los hechos históricos mencionados anteriormente, que tuvieron lugar en la Hacienda de Pabellón con la lucha de la independencia, (razón por la cual hoy se encuentra allí el Museo de la Independencia) entra en crisis la zona por la misma época turbulenta que vive el país con las luchas entre liberales y conservadores. La hacienda tiene problemas económicos y al fin el 5 de diciembre de 1833 es rematada al licenciado Marcos González Camacho.
Muertos los esposos heredan los cuatro hijos en forma indivisible la finca. La familia estaba estrechamente ligada al gobierno estatal, y uno de sus miembros, Miguel Velázquez de León será diputado local en esos años. Pero hubo problemas entre los herederos que no se arreglaron hasta que hicieron un convenio el 20 de febrero de 1886 (7).
Hay interesantes datos que dan idea de como era la hacienda por esas fechas. Además de ser de las más antiguas es de las más importantes en el Estado de Aguascalientes. Tenía 3 lagunas y 4 estanques para regar parte de sus tierras. Se usaba la maquinaria más moderna, hasta dos máquinas de vapor, y se experimentaban para cultivar y mejorar la productividad y el rendimiento. Tenía 550 trabajadores, enorme cantidad para ese tiempo, y que ascienden a 883 para fines del siglo. También se verá beneficiada por la apertura en 1884 del ferrocarril, contando con una estación propia. De nuevo es una época de progresos y se le considera no sólo la más grande sino también la más moderna de la región (8).
A partir de la presidencia de Plutarco Elías Calles se da el desmembramiento de la hacienda, que se trató de mantener indivisible durante todo el siglo anterior. En sus tierras se construirá la Presa Calles de 1926 a 1929 y donde después se abrirá el primer distrito de riego en 1931, siendo el dueño el latifundista don Manuel Azanza.
Será el fin efectivo de esta histórica hacienda. Posteriormente la capilla será inscrita como monumento histórico nacional.
En 1934 es clausurado el templo por considerarlo a punto de desplomarse y para reparar los daños causados por las explosiones. Abierto al público en 1937, aún se estaban terminando las reparaciones. En una nueva valuación en 1948 le es asignada estimativamente $120,000.00 y de nuevo se indica que estaba en perfectas condiciones. Finalmente en 1976 se practican nuevas reparaciones por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
El templo de San Blas tiene una distribución muy clara que se muestra desde la fachada. Esta, un tanto sencilla dentro de lo barroco de su estilo, resalta en cantera labrada sobre el gran muro aplanado del frente. De una sola nave presenta hacia la derecha y al paño de la fachada principal la única torre proyectada para ser solo una desde un principio.
La portada consta propiamente de tres cuerpos superpuestos: el inferior que tiene un gran arco de medio punto como acceso principal, flanqueado por pilastras que rematan en capiteles de estilo corintio. Estas pilastras presentan molduraciones semejantes a una especie de capiteles toscanos intermedios con relieves planos en el cuerpo vertical de la pilastra con perfiles que recuerdan los estípites que se encuentran en el altar mayor de estilo churrigueresco.
En ambos lados del arco se encuentran las enjutas, esos espacios de forma triangular llenos de roleos labrados en cantera. Toda esta portada tiene en la parte superior una cornisa con la parte inferior del entablamento bombeada (clásica del barroco). Sobre esta cornisa que marca el segundo cuerpo, se asienta propiamente la ventana del coro con forma de un octágono rectangular y con un perfil mixtilíneo, llevando en ambos lados unas pequeñas pilastras que rematan en otra cornisa de la que literalmente cuelgan, en ambos lados de esta ventana, nichos de cantera (ahora por desgracia sin sus esculturas) llevando al frente pilastras estípites a cada lado, que sostienen un arco mixtilíneo bellamente labrado.
Por último, el tercer cuerpo está formado por otro nicho central, también vacío, con las mismas características de los laterales a la ventana del coro. Este nicho queda al centro de un frontispicio semicurvo que acusa el perfil interior de la bóveda central. Este frontis está bardeado por una cornisa sobre la cual hay una serie de pequeñas almenas de planta cuadrada y remates piramidales, sin embargo al lado izquierdo y rematando el primer contrafuerte existe otra almena muy grande y un tanto desproporcionada.
Al lado derecho, al mismo paño de la fachada se desplanta la torre, toda de cantera labrada pero apoyada en un sencillo basamento aplanado y pintado en blanco, con pequeñas aspilleras que dan luz a la escalera de caracol que sube al campanario.
La torre es de planta cuadrada, tiene dos cuerpos semejantes, con un arco mixtilíneo en cada una de sus fachadas, enmarcadas en el primero por medias muestras con capiteles corintios con el cuerpo de la columna dividido en dos partes, la superior retorcida por su forma salomónica, y la inferior con relieves planos de dibujos un tanto geométricos; en cambio el cuerpo superior con vanos un poco más reducidos presenta en ambos lados de éstos unas supuestas cortinas labradas en cantera.
Sobre estos cuerpos, la torre lleva un tambor octagonal y una cupulilla peraltada, a gajos y con nervaduras exteriores sobre sus aristas, y rematando todo, la imprescindible cruz. Alrededor del tambor se han construido una serie de pequeñas almenas que aligeran el conjunto y lo hacen más barroco.
El templo tiene en su costado poniente un acceso lateral a base de una sencilla portada muy semejante al cuerpo inferior de la del frente. Esta portada destaca su cantera labrada sobre los grandes muros de piedra irregular del costado. Este lado del templo presenta cuatro grandes arcos botareles o contrafuertes exteriores con los cuales se envía una parte muy importante de los esfuerzos producidos por las bóvedas, hacia el piso; además de los tradicionales contrafuertes adosados a los muros que también se construyeron solo del lado izquierdo, ya que al lado derecho de la nave se eliminaron los contrafuertes al sustituirlos por los muros tanto de la sacristía como del bautisterio y otras dependencias del templo.
En su interior, el templo ha sido restaurado con acierto, manteniendo su gran nave con cinco tramos, techada a base de la intersección de una bóveda longitudinal de cañón corrido con otras transversales a menor altura, provocando los llamados lunetos. Estas bóvedas de lunetos están soportados por arcos formeros ahogados en los muros longitudinales y por otros llamados fajones, perpendiculares a la nave longitudinal y que en este caso son de cantera labrada apoyados en unos pinjantes o ménsulas de cantera que sustituyen a las clásicas pilastras interiores. Tanto estos arcos como las ménsulas anteriormente señaladas están fileteados con oro de hoja.
En el primer tramo de la crujía se localiza al sotocoro que funciona, por ser más bajo, como vestíbulo de la nave; posteriormente tres tramos más separan este coro del tramo del presbiterio que, de planta cuadrada, remata la nave con un hermoso retablo de madera pintada y dorada al estilo barroco que afortunadamente se conservó aún en la época en que el templo tuvo que cerrarse porque amenazaba venirse abajo.
Este templo tiene la peculiaridad de poseer una tribuna elevada de madera calada que nos hace pensar en que probablemente hacia el lado oriente, quedaba la casa principal de la hacienda de Pabellón y que esa tribuna servía para que los dueños presenciaran la misa, pues ahora quedó hacia las pequeñas dependencias que están a la derecha del templo, lo cual no la justifica ampliamente.
El templo presenta además tres bellas portadas en cantera. Una, la más hermosa, a la entrada de la sacristía, con molduraciones en planos descendentes y trazo mixtilíneo,otra bajo la torre, la cual conecta el exterior con la escalera que sube al campanario, y la tercera, bajo el coro y que comunica insólitamente con un pequeño bautisterio muy interesante, con una ventanita en forma de cruz.
5.-OBRAS DE ARTE
En el templo de San Blas, no obstante el abandono en que estuvo tanto tiempo, se conservan diversos objetos muy valiosos y dignos de mención; dentro de estos cabe recordar desde luego el magnífico altar barroco de madera dorada, el que conserva un lienzo al óleo con la imagen guadalupana, además de cinco esculturas estofadas y en muy buen estado de conservación. Este altar tiene la característica de no estar totalmente dorado, sino con gran parte de él pintado en color crema.
Igualmente interesante es el púlpito en estilo churriguera también pintado en blanco y oro; ambas obras, el púlpito y el altar mayor deben haber sido pintados como una reacción del neoclásico a la exhuberancia formal del churriguera, así como a la profusión de oro que en esas épocas vino a ser sinónimo de mal gusto y exageración y probablemente bajo las capas de pintura se encuentre aún el oro de hoja.
La tribuna, colocada en la parte alta del muro oriente del templo es también un mueble digno de analizarse pues los contados ejemplos de que se tiene noticia eran básicamente de conventos y han desaparecido casi en su totalidad, si bien en el Perú aún son comunes estas celosías de madera, en los balcones que dan a la calle. Esta celosía se conserva afortunadamente en bastante buen estado, debido tal vez a que sus apoyos son ménsulas de piedra y no de madera. Su diseño es bello y ligero y probablemente provenga de fines del siglo XVII o principio del siglo XVIII.
Empotradas en las esquinas del muro interior de la fachada existen dos pequeñas pilas barrocas de piedra labrada para contener agua bendita e igualmente es de piedra la pila bautismal que se conserva en el centro del bautisterio, el que extrañamente se halla a la derecha de la nave y en la parte posterior de la torre, cosa poco acostumbrada, pues normalmente estos locales quedaban bajo la torre izquierda y cuando solo había una, a la derecha. Este bautisterio tiene una pintura mural al fondo, ejecutada al temple y casi sin color pues propiamente es a línea y de un aspecto totalmente popular e ingenuo; la bóveda, de cañón corrido, está decorada con nervaduras, para dar la impresión de que éstas están resaltadas y de que la bóveda es de estilo gótico; ello hace pensar que tanto el mural como toda la decoración pudieron ser ejecutadas en el siglo XIX cuando se puso de moda el estilo neogótico. Igualmente es digna de mencionarse la delicada decoración floral que cubre las puertas de una alacena empotrada y los muros del bautisterio.
Existen en el templo de San Blas otras hermosas pinturas en buen estado de conservación, tales como un Viacrucis al óleo pintado sobre lámina de cobre pero que por desgracia ya no conservan sus antiguos marcos. También sobre uno de los muros laterales del templo existe un gran óleo sobre tela (aprox. 3.00 m. x 2.50 m.) con una escena en que aparece Cristo con diversos santos y las almas del Purgatorio, de factura popular y con un magnífico marco colado y dorado. Además se encuentran en el templo otros dos óleos sobre tela con escenas de la vida de la Virgen, también montados sobre magníficos marcos de madera tallados y dorados.
A un lado del altar mayor se puede aún admirar una mesita circular alta de madera, que sostiene un crucifijo antiguo con un Cristo de madera de 25 cms. de alto. Esta mesita es un raro ejemplar del mobiliario barroco que aún subsiste, pues está ornamentada con tallas de roleos que la hacen muy graciosa y ligera; actualmente está pintada en blanco, pero se duda que éste haya sido su acabado original.
Conviene también mencionar una escultura en andas de San Isidro Labrador, de factura muy popular con la clásica yunta de bueyes y todo el encanto característico de este tipo de obras.
6.-BIBLIOGRAFIA Y NOTAS
1. MOTA y Escobar, Alonso de la. Descripción geográfica de los reinos de Galicia, Vizcaya y León. I.N.A.H., México, 1966. p.58.
2. TOPETE del Valle, Alejandro. Aguascalientes. Guía para visitar la ciudad y el estado. Ed. por el autor. Aguascalientes, 1973, p.25-41.
3. TOPETE del Valle, Alejandro. Op. cit. p.26.
4. Ibid. p.27 y 28.
5. Ibid. p.28-34.
6. VILLASEÑOR y Sánchez, Joseph Anthonio. Theatre americano, descripción general de los reinos y de la Nueva España y sus jurisdicciones. México, 1746-48. vol. 2. Ed. Nacional, S.A. México, 1952. p.237.
7. TOPETE del Valle. Op. cit. p.39.
8. ROJAS, Beatriz. La destrucción de la hacienda en Aguascalientes, 1910-1932.
1a. ed. El Colegio de Michoacán, Zamora, 1981. p.30-32, 38-99.
9. Archivo SEDUE, expediente 65/12104.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
San Blas