Nombre del Inmueble
San Buenaventura
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000423
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000423
Contenidos
1.-ANTECEDENTES
La región de Buenaventura en el noroeste del estado de Chihuahua, pertenece a la zona medianamente regada por varios ríos, colinda al noreste con la zona desértica y al este con serranías de poca elevación, situación que determinó desde épocas prehispánicas, las características de su población.
Los primeros habitantes de que se tiene noticia, pertenecen a los grupos que habían logrado superar relativamente, el estado nómada y practicaban una incipiente agricultura que les permitía el trueque con los nómadas del desierto y también los obligaba a la defensa de sus ataques.
Esta situación se prolongó en los primeros tiempos de la colonización española. El atractivo para el asentamiento de colonos no fué en este caso la minería, sino la buena tierra con posibilidades de riego. Las primeras solicitudes de tierras por españoles, datan de la primera mitad del siglo XVII y dependían administrativamente de la alcaldía mayor que ya existía en San Antonio de Casas Grandes, más al norte. En el siglo XVIII dependió del presidio llamado también de San Buenaventura, a poca distancia de la actual población.
La necesidad de esta protección militar a la región nació de las continuas sublevaciones de los indígenas que trabajaban con los colonos principalmente sumas y algunos grupos de origen concho, que en otras ocasiones se unían a los ataques de apaches y janos del norte.
La atención espiritual de la población, en general de toda la Nueva Vizcaya, había sido dispuesta por el obispo de Durango, cabecera de la extensa diócesis, de modo que los misioneros desarrollaran su labor entre la población indígena exclusivamente y entre españoles y castas trabajara el clero secular. Este fue el tipo de actividad de evangelización y atención espiritual que determinó la construcción de templos y la presencia de sacerdotes.
2.-EMPLAZAMIENTO
La fértil zona de Buenaventura (al nombre oficial se le ha suprimido el San) pertenece al noroeste del estado de Chihuahua, en donde la aridez y el clima extremoso de los territorios circundantes, se ve mitigada por la vegetación que propician los escurrimientos de la no muy alejada sierra. Terreno plano dedicado a la agricultura intensiva desde tiempos de la Colonia, que tiene como centro al poblado que ha sido generado en torno, tomando como núcleo al templo colonial.
La población está enmarcada en una traza ortogonal regular, a base de calles anchas, bien trazadas en cuanto a los alineamientos de las construcciones, aún cuando la urbanización no haya sido completada en algunas secciones. Tiene un marcado eje vial constituido por la carretera que viene del norte (Casas Grandes) y se bifurca al desembocar en la plaza principal tomando hacia el oriente el camino a la capital del estado y hacia el poniente se dirige a la sierra.
El templo ocupa la cabecera poniente de aquella plaza, manteniendo así la costumbre de los templos misionales, principalmente franciscanos de abrirlos hacia el oriente.
La plaza se abre directamente al frente del templo, sin calle de por medio y constituye un gran rectángulo con su eje mayor oriente-poniente. Es pues amplia, con un arreglo a base de zonas jardinadas sumamente agradable y constituye el centro cívico de la población. Está rodeado por calles medianamente amplias (a excepción del eje de la carretera que lo es en mayor dimensión) en donde se hallan los principales edificios públicos, comercios y algunas casas habitación.
El conjunto interno de esta plaza no contiene más edificación que la del templo, que de esta manera puede ser apreciado en toda su magnitud sin ninguna obstrucción aún en sus fachadas laterales y posterior.
3.-ASPECTO HISTORICO
El templo de San Buenaventura tiene su origen en el presidio militar que existió en el Valle de San Buenaventura, pero no hay duda acerca de que un templo anterior fué construido, con carácter misional desde una fecha cercana a 1677.
La misión atrajo al fértil valle, a algunos colonizadores españoles y en 1678, Doña Catalina Sánchez de Villela hizo la denuncia de algunos terrenos ante el gobernador de la Nueva Vizcaya Don Lope de Sierra y Osorio.
Pero esta región fué en la época colonial una de las de más difícil pacificación y la misión tuvo corta vida, ya que entre 1670 y 1685 fué destruida por algunos indígenas presumiblemente apaches y es probable que en los siguientes treinta años el lugar haya permanecido sin atención espiritual.
Las tierras de San Buenaventura continuaron siendo objeto de interés para su explotación agrícola y ganadera y la denuncia original fué traspasada sucesivamente a D. Antonio González de la Parra, al Bachiller Daniel Pérez y una vez más a la familia de la Parra. Abandonados por un tiempo, los terrenos fueron nuevamente denunciados en 1710 por D. Nicolás Ponce, quien amparó cuatro sitios de ganado mayor.
Para entonces la población española y mestiza de la región había crecido al grado de requerir los servicios del clero diocesano, ya que los misioneros atendían preferentemente a la población indígena. Así, para 1703 se terminó la construcción del templo definitivo consagrado por el Ilmo. Sr. Ignacio Díez de la Barrera y quedó como primer párroco el P. Francisco Javier Ponce de León, a quien se debe gran parte del mejoramiento del templo ya que trabajó en este lugar hasta su muerte en 1744.
La vida activa del templo ha permanecido constante, con las naturales viscisitudes de la agitada historia de Chihuahua, hasta nuestros días en que la atención de la parroquia se ha encomendado a un misionero de María Inmaculada.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
Dentro de la más tradicional arquitectura misional del noroeste de Chihuahua, el templo de San Buenaventura siempre fue con el de Casas Grandes, el más importante por sus dimensiones de toda la región. Las ventajas de su emplazamiento y su buen mantenimiento refuerzan esta primera impresión.
Su atrio, delimitado por un muro bajo adornado con una también pequeñas columnas rematadas en moldura y arista y que por tanto resulta una división meramente formal, es parte integrante de la gran plaza central de la población, ambas secciones, atrio y plaza, correctamente jardinadas.
Hacia este atrio y mirando al oriente se eleva la fachada principal. Es ésta un alto muro, liso excepción de la sencilla portada en cantera y las dos franjas, también de cantera al paño que, al lado norte, acusan la torre y completa la simetría hacia el sur con un tratamiento similar. Estas dos secciones del muro de fachada completan su ornamentación con una pequeña moldura baja y un óculo con marco también en cantera. La portada está constituida por un arco de medio punto con tímpano y moldura de remate sostenidos por dos pilastras de base cuadrada, todo en cantera trabajada en relieves sencillos.
Junto a la austeridad del cuerpo principal de la fachada destaca en forma notable la esbeltez y originalidad de la torre única que se levanta en el extremo norte. Está formada por un solo cuerpo con remate, pero éste es de tales dimensiones e importancia que resulta más bien un segundo cuerpo, ambos realizados en una atractiva cantera roja de la región. El primero, desplantado sobre una cornisa sobresaliente del gran muro, tiene una base general rematada en molduras simples sobre las que descansan secciones de muro con una gran luz en cada cara, rematadas con arco de medio punto a partir de una imposta que rodea todo el cuerpo. Sobre ella dos florones laterales constituyen toda la ornamentación superpuesta. El segundo cuerpo es una pirámide truncada casi en el vértice superior, con un óculo redondo con marco y cruz metálica.
El templo está desarrollado en una sola planta con crucero y capillas laterales. La entrada, mediante una puerta antigua y rectangular que no corresponde en su forma al arco que la enmarca desde el exterior, conduce a la parte inferior del antiguo coro, estrecho y actualmente fuera de funciones, estructurado con el mismo sistema usado en todas las cubiertas, ésto es con vigas de madera que cubren todo el claro recibiendo encima un sencillo artesonado. Los apoyos laterales no tienen la tradicional moldura sobre el muro sino que el apoyo es mediante ménsulas de madera labrada. Las cubiertas presentan una ligera variante en su nivel de manera que la de la nave central resulta más alta que las de las capillas laterales y el presbiterio. Esta cubierta superior tiene una notable pendiente de sur a norte, apreciable desde el interior.
Las dos capillas laterales y los brazos del crucero se abren hacia la nave mediante correctos arcos de medio punto apoyados en pilastras de sección rectangular, con basa y capitel sencillos, en cantera.
Aparte de estos espacios principales del templo, otras dependencias completan, tanto los servicios necesarios, como la disposición absolutamente simétrica de la planta; junto a la entrada a ambos lados encontramos el bautisterio y la subida a la torre, al fondo, hacia el oeste de los brazos del crucero, el recinto del lado sur lo ocupa la capilla del Santísimo y el contrario la antesacristía y la sacristía. Adosados a esta ú ltima se encuentran tres pequeños cubículos dedicados a oficinas y bodega.
5.-OBRAS DE ARTE
La azarosa historia del campo chihuahuense, muy comunmente envuelta en guerras de diversa índole y sus terribles secuelas de destrucción, ha afectado grandemente al acervo artístico de sus templos. El afortunado periodo de paz y progreso que nos ha tocado vivir ha propiciado la restauración de algunos templos como el que nos ocupa, pero el dotarlos del esplendor que les corresponde es labor, en muchos casos, de siglos.
En San Buenaventura los valiosos retablos, cuadros e imágenes que poseyó, pertenecen únicamente a las vagas crónicas orales de algunos de sus habitantes. De todo aquello, la devoción popular ha conservado únicamente la imagen del santo patrón de la primitiva misión franciscana que le dió nombre a la población: San Buenaventura. Es ésta una talla de tamaño un poco menor que el natural, en madera policromada con el hábito decorado en ocres y oro. De correcta factura e indudable antigüedad que algunos datos orales hacen llegar hasta el siglo XVII.
Esta venerada imagen ocupa el nicho principal del altar de estilo neoclásico, correctamente realizado en cantera rosa que ocupa todo el muro trasero del presbiterio.
El resto de la imaginería es sumamente escaso, pero se nota, a partir de la última restauración, el deseo de que todos los accesorios del templo correspondan a su categoría. Dos esculturas de fabricación moderna ocupan, sin más ornamento que su muy sencilla repisa elevada, las capillas laterales. Tres más del mismo estilo y época, así como un crucifijo, completan el total de la imaginería del templo.
6.-BIBLIOGRAFIA
GRIFFEN, William B.
Indian Assimilation in the Franciscan area of Nueva Vizcaya.
The University of Arizona Press. Tucson, Ariz. E.U.A. 1979.
ARLEGUI, Fray José.
Chronica de la provincia de N.P., San Francisco de Zacatecas.
Calle de los Rebeldes 2. México. 1851.
ALDAMA, Francisco R.
Diccionario de historia, geografía y biografía chihuahuenses.
Ciudad Juárez, Chih. 1968.
ARCHIVO PARROQUIAL.
Parroquia de Buenaventura Chih.
ELABORO: ALBERTO VALENCIA
FECHA: 1984.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
San Buenaventura