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Nombre del Inmueble
San Esteban
Clave del estudio monográfico
MX-SC-DGSMPC-EM-000465
Estado, Municipio, Localidad
Estudio Monográfico
Clave del estudio monográfico
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Contenidos
1.-ANTECEDENTES
Los tlaxcaltecas fundaron su ciudad hacia el año 1300, fueron cuatro cabeceras del reino, una de las cuales era Tizatlán. Los cuatro señoríos formaban lo que se llamó La Confederación de Tlaxcala.
El nombre de Tizatlán es la unión de la palabra náhuatl tiza que significa caolín y la terminación tlán que quiere decir lugar de. Así Tizatlán era un lugar donde abundaba el tizatl o caolín. Es posible que este significado, que implica blancura del lugar, se halle en relación con el escudo distintivo del propio Señorio de Tizatlán, que es una garza de blanco plumaje y que ya aparece en el Códice conocido como el Lienzo de Tlaxcala.
Fué Tizatlán el escenario de dos hechos que significaron el primer contacto que tuvieron los tlaxcaltecas con la religión cristiana: Uno fue la erección hacia 1550, de una cruz de madera de la que el cronista franciscano del siglo XVI, Fray Gerónimo de Mendieta, en un capítulo de la Historia Eclesiástica Indiana que se refiere a la devoción y reverencia que los indios cobraron a la Santa Cruz... nos dice lo siguiente:
En los indios viejos de Tlaxcala quedó memoria de una cruz, la primera que se levantó en el mismo lugar, donde lo señores de aquella ciudad recibieron al Capitán D. Fernando Cortés y a su gente, que es una de las cuatro cabeceras, llamada Tizatlán. Dicen que ellos no supieron de donde vino, ni quien lo hizo más de que la noche siguiente después que llegaron allí los españoles, a la media noche hallaron levantada una cruz de altura de tres brazas, bien labrada... (1) el otro acontecimiento es de gran importancia por ser el primero en las tierras de Anáhuac. Se trata del bautismo de los cuatro Senadores de Tlaxcala y de sus dos hijas. Por la pluma de Fray Agustín Betancourt cronista de la Provincia del Santo Evangelio de México, sabemos que Lo más principal fué el que se bautizasen los cuatro señores: Maxizcatzin, nombre de Don Lorenzo; Xicotencatl, Don Vicente; Tlehuexolotzin, Don Gonzalo; Citlalpopoca, Don Bartolomé. Catequizolos y Bautizolos el padre Juan Diaz. (2)
En el lienzo de Tlaxcala, también referido al suceso: se ve al clérigo Juan Díaz bautizando a Xicotencatl, a los otros tres señores que esperan el bautismo arrodillados y a Cortés sentado empuñando un crucifijo, acompañado de la Malinche y algunos soldados.
Los padrinos de los nuevos cristianos fueron el propio Hernán Cortés, Pedro de Alvarado, Gonzalo de Sandoval y Cristóbal de Olid.
El haber impuesto a los indígenas las aguas sacramentales del bautismo, permitió que poco a poco los religiosos fueron ganándose su aceptación y voluntad.
2.-EMPLAZAMIENTO
Viajando sobre la carretera que conduce a la Ciudad de Apizaco, a 5 Kilómetros al norte de la Capital del Estado, se ve un señalamiento que indica una zona arqueológica y colonial. Ascendiendo por un sinuoso camino se llega a la población de San Esteban Tizatlán, que pertenece al municipio y distrito de Hidalgo.
En este ambiente hallan algunos restos del centro ceremonial de Tizatlán y la notable Capilla Abierta.
Algunos autores, como Don Miguel Toussaint, afirman que la Capilla Abierta de Tizatlán se construyó sobre el Palacio de Xicotencatl (3); otros, como Juan Benito Artigas, opinan que se construyó como parte del Palacio de Xicotencatl, no sobre él (4). Estas hipótesis han surgido por la situación de la Capilla en la cima de un montículo y por su cercanía con las referidas ruinas prehispánicas, que muestran restos de pintura polícroma y que formaban parte del centro en donde se asentaban las autoridades de esta cabecera. Lo cierto es que por ser el lugar de asentamiento de Señorío de Xicoténcatl, tuvo gran relevancia tanto civil como religiosa.
Se encuentra orientada (la capilla) de poniente a oriente. Su entorno, lo constituyen distintos elementos a saber: al norte un espacio para estacionmiento que marca el final del camino que lleva a la población; al sur (atrás) una capilla que sirve actualmente como pequeño museo, y al trasponerla, da paso a un medio del muro que corresponde a su presbiterio; al oriente, exíste un talud que detiene la construcción del montículo sobre el que se halla asentada la Capilla Abierta.
Algunos de los materiales empleados en la construcción de la Capilla son de manfufactura prehispánica, como puede verse claramente en los muros exteriores de la misma. Además parece comprobado, por los restos encontrados, que los indígenas ya conocían el ladrillo antes de la llegada de los españoles, aunque lo usaban poco (5) y uno de los ejemplos del empleo de este material es precisamente Tizatlán.
La vista que ofrece la Capilla desde su exterior hacia el oriente es magnífica. Se domina la ciudad capital de Tlaxcala, pueblos circunvecinos, la carretera y los campos sembrados, teniendo como marco, al fondo, el volcán conocido como La Malinche.
Por ser una zona de interés turístico, algunos de sus pobladores se han dedicado a la venta de pequeños artículos de artesanía local como bastones, plumas, bates, fuetes de piel, etc.; otros desempeñan diversas labores en la capital del Estado, pues la cercanía se los permite, y otros más se dedican al cultivo de la tierra y a la cría de animales.
3.-HISTORIA
Para llevar a cabo la obra de catequización de las grandes masas indígenas en la Nueva España, era menester contar con misioneros dispuestos a ganar las almas de los indios a la fe católica. Con Hernán Cortés vinieron el mercedario Bartolomé de Olmedo y el clérigo Juan Díaz, ambos estuvieron en Tlaxcala.
A mediados de 1524, llegaron a Veracruz los doce frailes franciscanos que habían de edificar en firme la gran fábrica de la conversión. Se dividieron en dos grupos y formaron cuatro provincias: México, Texcoco, Tlaxcala y Huejotzingo. La cabecera de la Provincia de Tlaxcala la establecieron en Ocotelulco.
Acostumbrados los indígenas a la celebración de sus ritos y ceremonias religiosas a cielo abierto, resultaba difícil para los conquistadores espirituales convencerlos a acceder a un espacio cerrado, por otra parte el gran número de indios que asistían a las ceremonias tampoco lo permitiría. Así, de una necesidad de carácter religioso, unida a una utilidad práctica, nació en el siglo XVI en México una peculiar forma arquitectónica: la Capilla Abierta, también llamada Capilla de Indios. En Motolinía encontramos ya una mención de ellas al decir que los indios celebraban las fiestas y Pascuas del Señor y de ... las advocaciones de sus pueblos... bailan y dicen cantares en su lengua... y tienen muchas lumbres en sus patios, que en esta tierra los patios son muy grandes y muy gentiles, porque la gente es mucha y no caben en las iglesias, y por eso tienen su capilla fuera en los patios, porque todos oigan misa los domingos y fiestas, y las iglesias sirven para entre semana... (6)
En ocasiones la Capilla de Indios era la única iglesia que existía en una gran región que comenzaba a evangelizarse. Tal es el caso de la de Tizatlán, construída sin templo ni casa conventual, lo que indica que el número de religiosos era muy reducido para las grandes comunidades indígenas aisladas, como la de Tizatlán, y que los religiosos de esta región tenían su asiento en el cercano convento de la Asunción de Tlaxcala.
Se ha manejado como fecha posible de construcción de la capilla el año de 1571, por la inscripción que aparecía labrada en el intradós de uno de sus arcos, y que actualmente casi se ha perdido, aunque el modelo arquitectónico de la capilla quizá sea anterior (7). Ya que consta su existencia en el Códice conocido como Lienzo de Tlaxcala, que fué elaborado aproximadamente hacia el año de 1550.
4.-DESCRIPCION ARQUITECTONICA
En los muros exteriores de la capilla es posible observar la utilización de materiales de construcción de procedencia prehispánica.
La entrada a la capilla la marcan cinco arcos de medio punto, moldurados en su parte exterior y sostenidos por columnas toscanas, de fuste liso. Su planta es cuadrangular con una prolongación trapezoidal que forma el presbiterio que se halla en alto, y al que se accede subiendo siete escalones.
Un gran arco triunfal apoyado sobre columnas adosadas a los muros divide el ábside de la nave. A ambos lados de ésta última y a media altura, se hallan sendas galerías para los coros y músicos, fabricadas en madera, que recibían iluminación mediante dos pequeñas ventanas, de arcos polilobulados, de influencia netamente morisca. En su lado norte, una puerta de madera enmarcada por jambas de cantera y dintel del mismo material, hoy clausurada, da paso a una pequeña bodega.
La elevación del presbiterio da lugar a la existencia de un sótano, que posee dos ventanillas que se han enrejado con posterioridad, y que suponemos era un espacio que se utilizaba como almacén.
Todo el piso de la capilla es de piedra laja. De pie, desde el presbiterio, es posible imaginar la amplitud y la iluminación que habría tenido la capilla, penetrándole luz a través de sus cinco arcos y reflejándola con la policromía de sus pinturas. Las diferentes alturas de los techos también tenían un papel importante en este juego de luces, además de servir para proporcionar el volumen interno al conjunto de la nave.
Los muros son muy altos y su techo es de viguería apoyado sobre zapatas también de madera, dobles, y divididas por la talla de un grueso cordón franciscano.
Al lado derecho de la capilla, y adosado a ella, se encuentra un pequeño recinto, que en la actualidad cumple la misión de museo, conteniendo objetos religiosos de diversas épocas. Se penetra a él por medio de una puerta que se halla en el muro exterior del presbiterio que mira hacia el poniente. Se ilumina por dos ventanas; la que ve al oriente es un vano decorado en forma de flor; la que ve al poniente es digna de resaltarse, es rectangular y en su parte exterior se observa un arco conopial a modo de dintel, mismo que se ve cortado por un muro que en forma perpendicular remata contra este paño. Cabe suponer que pudo haber sido una puerta, debido al nivel que existe entre el exterior y el interior, el cual no es muy alto. Posee este recinto también una puerta que permite el paso hacia un mirador exterior.
Es visible que la capilla ha sufrido modificaciones, agregados y mutilaciones, pues puede observarse por ejemplo, que la torre no corresponde a su misma época y que le faltan las escaleras para subir a ella y a los coros altos.
Una iglesia que fue levantada hacia el siglo XIX, fabricada en mampostería, quedó prácticamente montada sobre la capilla abierta, tapando tres de sus arcos y restándole la continuidad que originalmente existió entre el espacio interior y el exterior, pues es claro suponer que el área que actualmente ocupa la Iglesia de San Esteban era en un principio, el atrio monumental de la Capilla Abierta de Tizatlán, que por algún tiempo funcionó como un anexo de dicho templo, comunicado con la sacristía.
5.-OBRAS DE ARTE
En la capilla sobre el muro derecho de la nave, se ve un fresco con la escena del bautismo de Jesucristo y a su izquierda, en el muro exterior del presbiterio que mira al poniente, se ve una pintura que hace alusión a la adoración de los Reyes Magos y que se halla cortada por haberse abierto en dicho muro una puerta para permitir el paso al pequeño recinto que sirve como museo. En el muro izquierdo de la nave y alrededor del marco de una puerta, se puede apreciar un borde con una doble greca ondulada en colores blanco y negro, y sobre el dintel, una discreta cruz apoyada sobre un círculo.
La pintura más interesante es sin duda la que decora el gran arco triunfal del presbiterio. Fué ejecutada al temple y representa, en vivísimos colores, al Padre Eterno rodeado de númerosos ángeles. Las zapatas que sostienen las vigas de la techumbre están también decoradas y en los espacios generados entre cada una de ellas, se ven las caritas de unos pequeños ángeles alados.
Los muros laterales del presbiterio también muestran restos interesantes de pintura, de manufactura del siglo XVI. En el que mira hacia el norte, se observan tres pinturas. La más clara es la que se halla en la parte superior, y es una alegoría del infierno, el que se muestra como un gran monstruo negro de fauces abiertas, con las figuras desnudas de Adán y Eva.
En el muro que se halla frente al anterior, se ven también pinturas con temas de la resurrección de Cristo.
En la parte central del presbiterio existía un retablo en forma de tríptico, que representaba escenas de la vida de San Esteban. Y decimos que existía, porque actualmente solo queda el marco, tallado en madera formando figuras de frutas, hojas y ángeles con remarcada influencia indígena en su parte superior, y los bastidores que sostenían tres lienzos, mismos que según consta en una leyenda que allí se colocó, fueron robadas en el año de 1963.
La capillita anexa, funciona como un pequeño museo. En él se exhiben entre otras piezas, atriles, candelabros y cruces. Una farola de hoja de lata del siglo XIX; unas andas del siglo XVIII hechas en madera torneada con figuras y formas vegetales y pintada a mano con oro de hoja; un fragmento de un retablo barroco del martirio de San Esteban, tallado en madera.
Por último, es digna de mencionarse una figurilla monolítica prehispánica, colocada sobre un pedestal, en el exterior de la capilla.
6.-NOTAS Y BIBLIOGRAFIA
1. Mendieta, Fray Gerónimo de. Historia eclesiástica Indíana. México, Antigua librería, Portal de Agustinos. 1870. Cap. XLXI págs. 308 - 309.
2. Betancourt, Agustín de. (O.F.M.) Teatro Mexicano. Imprenta de I. Escalante. México, 1871. V.z. cap. XVI
pág. 145.
3. Toussaint, Manuel. Paseos Coloniales. UNAM. Instituto de Investigaciones Estéticas. México, 1962. pág. 44.
4. Artigas, Juan Benito. Capillas Abiertas Aisladas de México. UNAM. México, 1982. pág. 142.
5. De Gante, Pablo C. La arquitectura de México en el siglo XVI. Edit. Porrua. México. 1954. pág. 7'
6. Motolinia, Fray Toribio de. Historia de los Indios de la Nueva España. Edit. Chavez Hayhoe. México 1941. Cap. XII.
pág. 79 - 80.
7. Artigas. Juan Benito. Op. Cit. pág. 131.
ELABORO: ARQ. JAVIER VILLALOBOS.
FECHA: 1986.
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
San Esteban